El
tercero de los McKenzie, que para la fecha tenía veintiséis años, era la
versión masculina de Aderyn en términos físicos y aunque todos ellos habían
sido excelentes estudiantes, él al igual que Aderyn solo parecía vivir para
aprender. Otra cosa que lo diferenciaba de sus hermanos, era que mientras Peter
y Kenny atraían a las chicas porque parecían dioses griegos, y Jonathan aparte
de ello tenía un aire rebelde muy al estilo Cornwall y las atraía como un
encantador de serpientes, Will era decididamente antipático. De modo que nadie
había logrado explicarse nunca, cómo era posible que las chicas aun así, se
peleasen por su atención.
Todos
los McKenzie eran rubios y de ojos azules, y aunque él había heredado las
mismas características, su cabello era de un rubio más oscuro y sus ojos de un
azul más profundo, según su padre heredados de su abuelo.
Todo
lo anterior era lo que resultaba fácilmente visible para los demás. Sin
embargo, había otras cosas que los demás ignoraban, como por ejemplo, que a la
edad de seis años Will había seguido a sus hermanos mayores un día sin que
estos lo notaran. Los chicos habían cazado a un pequeño Rifzul[1]
y se disponían a deshacerse de él, pero no se dieron cuenta que su hermano
menor los seguía, de modo que luego de encender el fuego que consumiría al
pequeño demonio, sellaron la cueva sin saber a quién más habían dejado dentro.
Cuando los chicos salieron, Will entró en pánico al darse cuenta que estaba
encerrado allí sin posibilidades de salir. Gritó pidiendo ayuda, pero aunque
era muy pequeño, pronto llegó a la conclusión de que nadie lo escucharía y
moriría allí consumido por el fuego del mismo modo que el Rifzul.
Lo
sorprendente había sido que aunque el niño había visto crecer y extenderse el
fuego, había escuchado los espeluznantes chillidos del Rifzul y había visto como el violento incendio había arrasado con
todo dentro de la cueva y había dejado la roca negruzca, a él no le había
sucedido absolutamente nada, ni siquiera había sentido calor. Se preguntó
incluso si aquel sería alguna clase especial de fuego que no afectaba a los
humanos, pero dos cosas lo convencieron de lo contrario. Primero recordó que
había escuchado perfectamente cuando sus hermanos lanzaban el conjuro para
iniciarlo y era el mismo que solían usar en cualquier ocasión que necesitaban
el calor de las llamas. Y en segundo término, sus ropas estaban completamente
calcinadas, pero obviando eso y a pesar de estar muy contento por no haber sido
consumido por las llamas, ahora tenía otro problema, estaba en una cueva de
sólida piedra que había sido firmemente sellada por sus hermanos y él seguía
siendo pequeño, de modo que en el improbable caso de que lograse mover las
piedras que bloqueaban la salida, ello le tomaría demasiado tiempo. Aun así y
no teniendo más opciones, comenzó la ímproba tarea.
No
obstante, las sorpresas no se habían
detenido allí. Apenas intentaba quitar la primera piedra, cuando se volvió
sobresaltado al escuchar una voz.
-
Eres un Arzhvael, usa tu poder
Will
se había pegado a la pared de tal modo que la áspera roca le hacía daño en la
piel de la espalda, pero no se atrevió a moverse mientras veía con asombro como
“algo”, que tenía la figura de una mujer se acercaba a él. La mujer repitió el
mensaje pero Will sabía perfectamente que sus poderes eran escasos a esa edad,
por no decir nulos y de ningún modo podría despejar la entrada con ellos. Sin
embargo, la orden fue repetida por tercera vez y él pensó que nada perdía con
intentarlo. Se paró frente a la salida sellada e intentó hacer memoria, levantó
ambas manos en dirección a la salida y cerró los ojos.
-
¡DINISTRIO!
Aunque
no estaba muy seguro de aquel fuese el mejor conjuro, vio con asombro que las
piedras que obstruían la salida habían quedado completamente destruidas. No
perdió el tiempo y caminó de prisa hacia la salida.
-
Espera
-- el sonido de la voz hizo que
se detuviese en seco como si lo hubiesen sujetado
Por
primera vez el niño se preguntó quién sería aquella mujer, se volvió lentamente
hasta quedar enfrentado a ella. Casi ahogó un grito cuando se percató que la
mujer o fuera lo que fuese aquello, parecía estar envuelta en llamas.
-
¿Qué…?
-- comenzó él, pero no estaba
seguro de si sería educado preguntar “qué era” en lugar quién era.
-
Mi nombre es Liminíades y soy un elemental del Fuego -- le
informó -- Como ya debes saber, a cada Arzhvael le es
otorgado un poder especial en el momento de su nacimiento, éstos pueden o no
estar determinados por algún elemento de la naturaleza. Yo he sido enviada para
hacer de tu conocimiento que tus poderes estarán directamente relacionados y
provendrán del elemento Fuego. Aún eres muy joven, pero a lo largo de tu vida
irás familiarizándote con tu poder.
Will
la miraba con la boca abierta y no muy seguros de haber comprendido lo que le
decía, pero mientras él decidía si estaba soñando o aquello estaba ocurriendo
realmente, el elemental orbitó a su alrededor y sus ropas quedaron nuevamente
en perfecto estado. A pesar de su asombro Will intentaba recordar si aluno de
sus hermanos había mencionado alguna vez algo como aquello, pero por más que
buscó en el recuerdo de sus escasos seis años, no encontró nada parecido.
A
partir de aquel día, Will se volvió cada vez más callado y aunque los demás
notaban sus extrañas y largas ausencias, lo atribuían a que le gustaba la
soledad del bosque, y como nunca dio problema alguno no prestaron mayor
atención. Pero lo cierto era que con frecuencia se encontraba con Liminíades y esta le hablaba de las
características de su elemento, de modo que poco a poco fue acostumbrándose a
ello y a la compañía del elemental.
Sin
embargo, un día antes de cumplir los siete años, estaba como de costumbre
conversando con Liminíades y al
llegar el momento de regresar a casa, ella lo sorprendió.
-
Ha sido un placer haberte servido -- le
dijo --
y espero que hagas buen uso del don que te ha sido otorgado.
-
¿Por qué me dices eso? --
preguntó el chico -- Suena como si no nos fuésemos a ver más.
-
Y así es
-- dijo el elemental --
Esta será nuestra última entrevista, has llegado a la edad en la que por
definición, termina la primera infancia. Ahora comienza otra etapa de tu vida y
tu educación formal
-
Pero…
-
Llegará el momento en el que debas tomar
una decisión de suma importancia, hasta entonces, no volveremos a vernos.
Una
vez dicho esto desapareció dejando a Will con un amargo sabor a despedida forzada. El chico amaba a sus padres y a sus
hermanos, pero Liminíades había sido
su primera amiga “real”, ya que los Arzhvaels comenzaban a hacer amigos cuando
comenzaban la escuela. De modo que esta
despedida no deseada, marcó de tal manera a Will que desde entonces evitó con
diligencia relacionarse o apegarse a alguien. No quería volver a sentir lo que
sintió en el momento que Liminíades
desapareció, porque aquella noche había llorado mucho y pasó un largo tiempo
antes de que se hiciese a la idea de que en realidad no la vería más.
Comenzó
a asistir a Develieng y su apellido lo precedía. Tanto Peter como Jonathan
habían rodeado a su apellido de una fama que aunque de distinta naturaleza,
ambas estaban relacionadas con su inteligencia y con las chicas. Por la parte
de sus capacidades intelectuales y si esto era posible, dejaba atrás a sus
hermanos, pero por el lado de las chicas, le traía sin cuidado tanto interés,
pero aun así no dejaban de acosarlo. Ni siquiera la bien ganada fama de
intratable, había logrado que lo dejaran en paz y por el contrario parecían aún
más decididas a atraparlo a como diese lugar. Era tan bien parecido como sus
hermanos, de eso no había ninguna duda, pero su actitud reservada que rayaba en
la hostilidad, le conferían un aspecto decididamente más varonil, en opinión de
aquellas chicas. No obstante, y por mucho que lo intentaron, ninguna logró
hacerse con el interés de Will.
No se
le llegaron a conocer ni amigos, ni amigas, las únicas relaciones medianamente
cordiales, eran las que sostenía con sus hermanos y sus maestros y aún los
últimos tenían ciertas dificultades. Aun así, tres de sus maestros notaron el
enorme potencial de aquel chico. Uno fue el profesor Alcemi, quien le enseñaba
Alquimia, la otra fue Endering en su clase de Metamorfosis y el otro había sido
el profesor Arnaz, que por entonces impartía las clases de Angreb y Varnir.
Durante el año que precedió a su entrada a
Develieng, Will había aprendido mucho acerca de las propiedades del fuego, así
como había comprobado que éste no le hacía ningún daño, pero sus conocimientos
en esa materia lo hicieron un excelente alumno en Alquimia, por lo que el
profesor Alcemi siempre estuvo muy al tanto de sus avances. En el caso de Metamorfosis, no era que
tuviese un especial talento para ello, pero su ahínco le valió el interés de
Endering. Mientras que lo desarrollado
de sus poderes, fue lo que marcó al profesor Arnaz.
Cuando
llegó a tercero, ya los maestros estaban seguros de que este otro McKenzie al
igual que sus hermanos, también aspiraría a convertirse algún día en un
Arzhaelí. Sin embargo, y para enorme asombro en unos casos y decepción en
otros, cuando le tocó decidir qué carrera seguiría, él se había decantado por
la investigación histórica. En opinión de muchos, aquello no era una profesión
sino un pasatiempo, pero en realidad sí lo era.
A la
edad de veinte años, no existía ni un solo lenguaje o alfabeto antiguo que Will
no conociese, no había hecho histórico que no le resultase familiar y que
pudiese citar con extraordinaria exactitud incluidas fechas y nombres, sabía de
memoria los nombres y procedencia de todas las razas, de los grupos y
asociaciones que componían o habían compuesto en algún momento de la historia
el mundo y la sociedad Arzhvael. Así como los nombres y jerarquías de los
Dioses nórdicos y celtas que constituían la base de las creencias de su raza. A
todo ello se sumaba un conocimiento teórico de lo más completo acerca de la
historia de los Firbolg, aunque nunca sintió curiosidad por ver su mundo de
cerca.
De
modo que el chico era un compendio de sabiduría en sí mismo y su colaboración
era requerida con frecuencia por los Arzhaelíes para sus investigaciones, por
historiadores, profesores, por estudiosos de culturas antiguas y hasta por
buscadores de viejos tesoros que en ocasiones aparecían con antiguos pergaminos
para que él se los tradujera, más de la mitad de los cuales, por cierto,
resultaban ser fraudes.
Pero
muy pocas personas conocían el poder de Will, ellos eran solo tres. Su hermano
Jonathan, que lo había descubierto por accidente. Endering, que era lo más
cercano a una amiga que había tenido después de Liminíades y Eowaz.
Jonathan,
que de los McKenzie había sido siempre el más revoltoso, lo había descubierto
por accidente. En una oportunidad había convencido a Will para que lo
acompañase a cierto lugar nada recomendable y las cosas habían ido muy mal.
Jonathan había sido atacado, encerrado y luego le habían prendido fuego al
lugar. Evidentemente Will había corrido en ayuda de su hermano y de ese modo
Jonathan se había enterado de la inmunidad de Will al fuego, porque mientras él
había sufrido considerables quemaduras,
Will estaba completamente ileso. Pero el chico le hizo jurar que no lo
diría a nadie y Jonathan había cumplido fielmente su palabra.
En el
caso de Endering, se había enterado de forma similar, pero menos grave. Al
final de una clase de Metamorfosis, uno de sus alumnos había tenido la
brillante idea de hacerle una broma a una de sus compañeras prendiéndole fuego
a sus cosas y dejándola encerrada en el aula, pero mientras la niña lloraba y
gritaba, no se había percatado que el fuego se había salido de control y al
verse encerrada en lugar de buscar salir, había intentado sofocar el fuego y
finalmente había perdido el conocimiento. Endering y Will se habían regresado
por algo que estaban discutiendo y querían comprobar, pero cuando se acercaban
al aula los sentidos de ambos se tensaron y se dispararon las alertas. Will ni
siquiera lo pensó, echó la puerta abajo y entró. Endering se había quedado
estupefacta por aquella actitud tan arriesgada, pero antes de que pudiese
reaccionar, Will ya salía con la chica en brazos. Endering sofocó las llamas y
luego de dejar a la niña en la enfermería, había tenido una larga conversación
con él y al igual que Jonathan había guardado su secreto, pero en el caso de
Endering, Will había sido más detallado al contarle todo lo que había sucedido
en la cueva y durante el año posterior.
Eowaz
se enteró de forma más traumática, porque fue durante el ataque a Clever House en cuestión de pocos
minutos, había sido testigo de cómo Will arrasaba con un grupo grande de
Nemhains con el menor esfuerzo aparente y posteriormente había visto cómo
gracias al chico habían podido salvar a más Krigers de los que habría sido
posible sin su intervención, ya que él los había sacado de la parte del
castillo que estaba siendo consumida por las llamas. Una vez que todo había
concluido y se habían instalado en Arx, Eowaz había pedido entrevistarse con él
y abordando directamente el asunto le preguntó la razón de que no hubiese
solicitado su ingreso al cuerpo de Krigers al igual que sus hermanos poseyendo
tan extraordinarias habilidades, e incluso le ofreció hacerlo entonces. Pero
Will con su proverbial parquedad, le agradeció el ofrecimiento y simplemente
declinó la oferta, solicitando eso sí, se le permitiera trabajar en la
organización de la Biblioteca de Arx. Aunque muy extrañado, a Eowaz no le quedó
otra alternativa que aceptar. Sin embargo, el anciano Arzhaelí no dejaba de
preguntarse los posibles motivos de aquella inusual conducta.
Y el
último y mejor guardado secreto de Will, era que finalmente había sucumbido al
amor. Este, y como era su costumbre, había invadido su corazón sin permiso y
sin ninguna consideración. Desde el
momento en que sus ojos chocaron violentamente con los de ella, supo sin
ninguna duda que aquella era la única mujer que amaría en su vida y entendió
una de las muchas cosas que le había dicho Liminíades
que en aquel entonces le parecían frases sin sentido.
“La dueña de tu corazón, será la única
que nunca podrá corresponder a tus sentimientos, y aunque estarás dispuesto a
dar la vida por ella, ella jamás lo sabrá”
Desde entonces, había hecho todo cuanto había podido
por relegar ese inoportuno sentimiento a lo más profundo de su corazón. No
podía ignorarlo, pero hacía todo lo humanamente posible por mantenerlo oculto,
y aunque al mismo tiempo hacía lo posible y lo imposible por permanecer cerca,
siempre lo hacía del modo más discreto para no ser notado. Pero Will era tan
humano como cualquier otro, de modo que se enfurecía con el desmedido interés
que ella despertaba a su paso, lo consumían los celos que en silencio iban
envenenando sus noches y le dolía una enormidad la adoración con la que ella
miraba al sujeto que inmerecidamente, a su juicio, había secuestrado su
corazón.
Ahora, encontrándose todos en Arx, tenía
mayores posibilidades de estar cerca de ella aunque eso significase
invariablemente, que su corazón se viese golpeado una y otra vez.
Eowaz sostenía una discusión con los
Arzhaelíes y no le veía posibilidades de llegar a un acuerdo.
- Es posible que
la chica sea una excelente Kriger
-- estaba diciendo Giulian --
pero resulta del todo inadecuada para esto y evidentemente no voy a
poner en riesgo a ningún miembro del cuerpo. Debemos buscar otro modo de hacer
esto.
- ¿Estás
perdiendo tus habilidades Giulian? -- preguntó Dorila con malignidad
- ¿Qué
propones? -- atajó Eowaz antes de comenzaran el pleito
- Si realmente
queremos que esto tenga alguna posibilidad de éxito --
dijo Eve -- creo que deben dejarme a mí hacerlo
- ¡NO! -- se
alzaron cuatro voces al mismo tiempo
- No puedes
permitirle hacer esto, Cornwall -- dijo Delos
- ¡No necesito
que tú me lo digas! -- exclamó Vlad con ira y luego se volvió hacia
su mujer -- y ciertamente no lo harás
- Siempre me
acusas de falta de juicio --
dijo Giulian -- pero en esta ocasión quien esta exhibiendo
falta juicio eres tú Vampi.
Eowaz se había quedado en silencio y
pensativo mientras ellos discutían, pero pensaba que Eve tenía razón. Aquella
misión de la forma que se había planeado originalmente, no tenía muchas
posibilidades de llegar a buen término
sin su participación. En principio se había planeado que una de las Krigers
junto con Giulian, se harían pasar por una pareja a la espera de un bebe, y de
ese modo se infiltrarían en los centros médicos de los Firbolg. Pero Laria, que
era la que había sido escogida para aquella tarea, carecía por completo del
conocimiento para desenvolverse en el mundo Firbolg y en el transcurso de las
dos semanas que llevaban en ello, había cometido tantos errores que se habían
visto obligados a cambiar de ubicación y finalmente a solicitar una reunión
urgente.
- Normalmente acato tus ordenes sin
discutirlas -- dijo Iván mirando a Eowaz --
pero bajo ningún concepto permitiría que ella lo hiciera
Todos miraron a Iván sorprendidos.
Primero, porque Eowaz no se había pronunciado en ningún sentido, y segundo,
porque tal y como había dicho Iván, él era el que menos solía discutir y menos
aún dirigirse en ese tono claramente desafiante a Eowaz.
- No he dicho que
vaya a hacerlo -- dijo él con paciencia --
pero hay que reconocer que tiene razón. Suponíamos que Laria era la
mejor preparada para esto, pero nos equivocamos lastimosamente, y si ella no lo
ha logrado, las otras Krigers tienen menos posibilidades aún.
- Entiendo eso, pero…
- Hay otra
forma --
lo interrumpió Jonathan -- pero no estoy muy seguro de que quieran
escucharla.
- Mientras no
incluya a Eve -- dijo Vlad
- No, no incluye
a Eve, pero creo igual no va a gustarles
-- dijo mirando a los gemelos
- ¿Por qué? --
preguntó Iván
Pero si pensaban que el asunto de Eve los
había alterado, ninguno de los presentes estaba
preparado para la explosión que
se produjo a continuación.
[1] Rifzul: Demonio del campo, que se come las cosechas y ataca a los
animales domésticos para beberse su sangre. La única manera de matarlos, es
encerrarlos en una cueva cavada en la piedra, y prenderles fuego.
Soy yo o este capitulo me parecio demasiado cortito jajajaja muy bueno pero me dejaste con ganas de mas :P
ResponderEliminarSaludos!
Buen día Keila :)...
Eliminarjajajaja, bueno eso debería alegrarme, quiero decir, que te haya parecido corto, ya que eso significa q debió ser al menos interesante, porque por lo general todos tienen entre 3000 y 3500 palabras y este está dentro de ese rango, jeje...
mil gracias Keila... nos leemos en el siguiente... kisses...