La Magia de Arzhvael

La Magia de Arzhvael
¿Qué es el destino? El destino es un conjunto de hechos inevitables o ineludibles, y existen distintas interpretaciones a cerca de él. Desde el punto de vista religioso, el destino es un gran plan creado por Dios y que no puede ser modificado por nada ni por nadie, algo que se contradice de entrada, con su concepto de libre albedrío. La filosofía en cambio le da un significado algo más amplio. Aceptando que nada sucede por azar, que nada se crea de la nada y que todo tiene una causa, entonces es porque estaba predestinado a suceder desde el momento en el que surgió la causa primaria. Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos resumir la cuestión, en que el señor destino, es una sucesión de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo y cuyas consecuencias afectan al futuro, porque las acciones presentes son consecuencia de otras pasadas y de ellas derivaran las futuras… Adentrémonos pues, en las vidas, acontecimientos y decisiones que han tomado nuestros protagonistas, y veamos que misterios, aventuras o desventuras traerá consigo… El Destino

martes, 13 de mayo de 2014

CAP. 05 La Historia de Will…



El tercero de los McKenzie, que para la fecha tenía veintiséis años, era la versión masculina de Aderyn en términos físicos y aunque todos ellos habían sido excelentes estudiantes, él al igual que Aderyn solo parecía vivir para aprender. Otra cosa que lo diferenciaba de sus hermanos, era que mientras Peter y Kenny atraían a las chicas porque parecían dioses griegos, y Jonathan aparte de ello tenía un aire rebelde muy al estilo Cornwall y las atraía como un encantador de serpientes, Will era decididamente antipático. De modo que nadie había logrado explicarse nunca, cómo era posible que las chicas aun así, se peleasen por su atención.

Todos los McKenzie eran rubios y de ojos azules, y aunque él había heredado las mismas características, su cabello era de un rubio más oscuro y sus ojos de un azul más profundo, según su padre heredados de su abuelo.

Todo lo anterior era lo que resultaba fácilmente visible para los demás. Sin embargo, había otras cosas que los demás ignoraban, como por ejemplo, que a la edad de seis años Will había seguido a sus hermanos mayores un día sin que estos lo notaran. Los chicos habían cazado a un pequeño Rifzul[1] y se disponían a deshacerse de él, pero no se dieron cuenta que su hermano menor los seguía, de modo que luego de encender el fuego que consumiría al pequeño demonio, sellaron la cueva sin saber a quién más habían dejado dentro. Cuando los chicos salieron, Will entró en pánico al darse cuenta que estaba encerrado allí sin posibilidades de salir. Gritó pidiendo ayuda, pero aunque era muy pequeño, pronto llegó a la conclusión de que nadie lo escucharía y moriría allí consumido por el fuego del mismo modo que el Rifzul.

Lo sorprendente había sido que aunque el niño había visto crecer y extenderse el fuego, había escuchado los espeluznantes chillidos del Rifzul y había visto como el violento incendio había arrasado con todo dentro de la cueva y había dejado la roca negruzca, a él no le había sucedido absolutamente nada, ni siquiera había sentido calor. Se preguntó incluso si aquel sería alguna clase especial de fuego que no afectaba a los humanos, pero dos cosas lo convencieron de lo contrario. Primero recordó que había escuchado perfectamente cuando sus hermanos lanzaban el conjuro para iniciarlo y era el mismo que solían usar en cualquier ocasión que necesitaban el calor de las llamas. Y en segundo término, sus ropas estaban completamente calcinadas, pero obviando eso y a pesar de estar muy contento por no haber sido consumido por las llamas, ahora tenía otro problema, estaba en una cueva de sólida piedra que había sido firmemente sellada por sus hermanos y él seguía siendo pequeño, de modo que en el improbable caso de que lograse mover las piedras que bloqueaban la salida, ello le tomaría demasiado tiempo. Aun así y no teniendo más opciones, comenzó la ímproba tarea.

No obstante, las sorpresas no  se habían detenido allí. Apenas intentaba quitar la primera piedra, cuando se volvió sobresaltado al escuchar una voz.

-         Eres un Arzhvael, usa tu poder

Will se había pegado a la pared de tal modo que la áspera roca le hacía daño en la piel de la espalda, pero no se atrevió a moverse mientras veía con asombro como “algo”, que tenía la figura de una mujer se acercaba a él. La mujer repitió el mensaje pero Will sabía perfectamente que sus poderes eran escasos a esa edad, por no decir nulos y de ningún modo podría despejar la entrada con ellos. Sin embargo, la orden fue repetida por tercera vez y él pensó que nada perdía con intentarlo. Se paró frente a la salida sellada e intentó hacer memoria, levantó ambas manos en dirección a la salida y cerró los ojos.

-         ¡DINISTRIO!

Aunque no estaba muy seguro de aquel fuese el mejor conjuro, vio con asombro que las piedras que obstruían la salida habían quedado completamente destruidas. No perdió el tiempo y caminó de prisa hacia la salida.

-         Espera  --  el sonido de la voz hizo que se detuviese en seco como si lo hubiesen sujetado

Por primera vez el niño se preguntó quién sería aquella mujer, se volvió lentamente hasta quedar enfrentado a ella. Casi ahogó un grito cuando se percató que la mujer o fuera lo que fuese aquello, parecía estar envuelta en llamas.

-         ¿Qué…?  --  comenzó él, pero no estaba seguro de si sería educado preguntar “qué era” en lugar quién era.
-         Mi nombre es Liminíades y soy un elemental del Fuego  --  le informó  --  Como ya debes saber, a cada Arzhvael le es otorgado un poder especial en el momento de su nacimiento, éstos pueden o no estar determinados por algún elemento de la naturaleza. Yo he sido enviada para hacer de tu conocimiento que tus poderes estarán directamente relacionados y provendrán del elemento Fuego. Aún eres muy joven, pero a lo largo de tu vida irás familiarizándote con tu poder.

Will la miraba con la boca abierta y no muy seguros de haber comprendido lo que le decía, pero mientras él decidía si estaba soñando o aquello estaba ocurriendo realmente, el elemental orbitó a su alrededor y sus ropas quedaron nuevamente en perfecto estado. A pesar de su asombro Will intentaba recordar si aluno de sus hermanos había mencionado alguna vez algo como aquello, pero por más que buscó en el recuerdo de sus escasos seis años, no encontró nada parecido.

A partir de aquel día, Will se volvió cada vez más callado y aunque los demás notaban sus extrañas y largas ausencias, lo atribuían a que le gustaba la soledad del bosque, y como nunca dio problema alguno no prestaron mayor atención. Pero lo cierto era que con frecuencia se encontraba con Liminíades y esta le hablaba de las características de su elemento, de modo que poco a poco fue acostumbrándose a ello y a la compañía del elemental.

Sin embargo, un día antes de cumplir los siete años, estaba como de costumbre conversando con Liminíades y al llegar el momento de regresar a casa, ella lo sorprendió.

-         Ha sido un placer haberte servido  --  le dijo  --  y espero que hagas buen uso del don que te ha sido otorgado.
-         ¿Por qué me dices eso?  --  preguntó el chico  --  Suena como si no nos fuésemos a ver más.
-         Y así es  --  dijo el elemental  --  Esta será nuestra última entrevista, has llegado a la edad en la que por definición, termina la primera infancia. Ahora comienza otra etapa de tu vida y tu educación formal
-         Pero…
-         Llegará el momento en el que debas tomar una decisión de suma importancia, hasta entonces, no volveremos a vernos.

Una vez dicho esto desapareció dejando a Will con un amargo sabor a despedida  forzada. El chico amaba a sus padres y a sus hermanos, pero Liminíades había sido su primera amiga “real”, ya que los Arzhvaels comenzaban a hacer amigos cuando comenzaban la escuela.  De modo que esta despedida no deseada, marcó de tal manera a Will que desde entonces evitó con diligencia relacionarse o apegarse a alguien. No quería volver a sentir lo que sintió en el momento que Liminíades desapareció, porque aquella noche había llorado mucho y pasó un largo tiempo antes de que se hiciese a la idea de que en realidad no la vería más.

Comenzó a asistir a Develieng y su apellido lo precedía. Tanto Peter como Jonathan habían rodeado a su apellido de una fama que aunque de distinta naturaleza, ambas estaban relacionadas con su inteligencia y con las chicas. Por la parte de sus capacidades intelectuales y si esto era posible, dejaba atrás a sus hermanos, pero por el lado de las chicas, le traía sin cuidado tanto interés, pero aun así no dejaban de acosarlo. Ni siquiera la bien ganada fama de intratable, había logrado que lo dejaran en paz y por el contrario parecían aún más decididas a atraparlo a como diese lugar. Era tan bien parecido como sus hermanos, de eso no había ninguna duda, pero su actitud reservada que rayaba en la hostilidad, le conferían un aspecto decididamente más varonil, en opinión de aquellas chicas. No obstante, y por mucho que lo intentaron, ninguna logró hacerse con el interés de Will.

No se le llegaron a conocer ni amigos, ni amigas, las únicas relaciones medianamente cordiales, eran las que sostenía con sus hermanos y sus maestros y aún los últimos tenían ciertas dificultades. Aun así, tres de sus maestros notaron el enorme potencial de aquel chico. Uno fue el profesor Alcemi, quien le enseñaba Alquimia, la otra fue Endering en su clase de Metamorfosis y el otro había sido el profesor Arnaz, que por entonces impartía las clases de Angreb y Varnir.

 Durante el año que precedió a su entrada a Develieng, Will había aprendido mucho acerca de las propiedades del fuego, así como había comprobado que éste no le hacía ningún daño, pero sus conocimientos en esa materia lo hicieron un excelente alumno en Alquimia, por lo que el profesor Alcemi siempre estuvo muy al tanto de sus avances.  En el caso de Metamorfosis, no era que tuviese un especial talento para ello, pero su ahínco le valió el interés de Endering.  Mientras que lo desarrollado de sus poderes, fue lo que marcó al profesor Arnaz.

Cuando llegó a tercero, ya los maestros estaban seguros de que este otro McKenzie al igual que sus hermanos, también aspiraría a convertirse algún día en un Arzhaelí. Sin embargo, y para enorme asombro en unos casos y decepción en otros, cuando le tocó decidir qué carrera seguiría, él se había decantado por la investigación histórica. En opinión de muchos, aquello no era una profesión sino un pasatiempo, pero en realidad sí lo era.

A la edad de veinte años, no existía ni un solo lenguaje o alfabeto antiguo que Will no conociese, no había hecho histórico que no le resultase familiar y que pudiese citar con extraordinaria exactitud incluidas fechas y nombres, sabía de memoria los nombres y procedencia de todas las razas, de los grupos y asociaciones que componían o habían compuesto en algún momento de la historia el mundo y la sociedad Arzhvael. Así como los nombres y jerarquías de los Dioses nórdicos y celtas que constituían la base de las creencias de su raza. A todo ello se sumaba un conocimiento teórico de lo más completo acerca de la historia de los Firbolg, aunque nunca sintió curiosidad por ver su mundo de cerca.

De modo que el chico era un compendio de sabiduría en sí mismo y su colaboración era requerida con frecuencia por los Arzhaelíes para sus investigaciones, por historiadores, profesores, por estudiosos de culturas antiguas y hasta por buscadores de viejos tesoros que en ocasiones aparecían con antiguos pergaminos para que él se los tradujera, más de la mitad de los cuales, por cierto, resultaban ser fraudes.

Pero muy pocas personas conocían el poder de Will, ellos eran solo tres. Su hermano Jonathan, que lo había descubierto por accidente. Endering, que era lo más cercano a una amiga que había tenido después de Liminíades y Eowaz.

Jonathan, que de los McKenzie había sido siempre el más revoltoso, lo había descubierto por accidente. En una oportunidad había convencido a Will para que lo acompañase a cierto lugar nada recomendable y las cosas habían ido muy mal. Jonathan había sido atacado, encerrado y luego le habían prendido fuego al lugar. Evidentemente Will había corrido en ayuda de su hermano y de ese modo Jonathan se había enterado de la inmunidad de Will al fuego, porque mientras él había sufrido considerables quemaduras,  Will estaba completamente ileso. Pero el chico le hizo jurar que no lo diría a nadie y Jonathan había cumplido fielmente su palabra.

En el caso de Endering, se había enterado de forma similar, pero menos grave. Al final de una clase de Metamorfosis, uno de sus alumnos había tenido la brillante idea de hacerle una broma a una de sus compañeras prendiéndole fuego a sus cosas y dejándola encerrada en el aula, pero mientras la niña lloraba y gritaba, no se había percatado que el fuego se había salido de control y al verse encerrada en lugar de buscar salir, había intentado sofocar el fuego y finalmente había perdido el conocimiento. Endering y Will se habían regresado por algo que estaban discutiendo y querían comprobar, pero cuando se acercaban al aula los sentidos de ambos se tensaron y se dispararon las alertas. Will ni siquiera lo pensó, echó la puerta abajo y entró. Endering se había quedado estupefacta por aquella actitud tan arriesgada, pero antes de que pudiese reaccionar, Will ya salía con la chica en brazos. Endering sofocó las llamas y luego de dejar a la niña en la enfermería, había tenido una larga conversación con él y al igual que Jonathan había guardado su secreto, pero en el caso de Endering, Will había sido más detallado al contarle todo lo que había sucedido en la cueva y durante el año posterior.

Eowaz se enteró de forma más traumática, porque fue durante el ataque a Clever House en cuestión de pocos minutos, había sido testigo de cómo Will arrasaba con un grupo grande de Nemhains con el menor esfuerzo aparente y posteriormente había visto cómo gracias al chico habían podido salvar a más Krigers de los que habría sido posible sin su intervención, ya que él los había sacado de la parte del castillo que estaba siendo consumida por las llamas. Una vez que todo había concluido y se habían instalado en Arx, Eowaz había pedido entrevistarse con él y abordando directamente el asunto le preguntó la razón de que no hubiese solicitado su ingreso al cuerpo de Krigers al igual que sus hermanos poseyendo tan extraordinarias habilidades, e incluso le ofreció hacerlo entonces. Pero Will con su proverbial parquedad, le agradeció el ofrecimiento y simplemente declinó la oferta, solicitando eso sí, se le permitiera trabajar en la organización de la Biblioteca de Arx. Aunque muy extrañado, a Eowaz no le quedó otra alternativa que aceptar. Sin embargo, el anciano Arzhaelí no dejaba de preguntarse los posibles motivos de aquella inusual conducta.

Y el último y mejor guardado secreto de Will, era que finalmente había sucumbido al amor. Este, y como era su costumbre, había invadido su corazón sin permiso y sin ninguna consideración.  Desde el momento en que sus ojos chocaron violentamente con los de ella, supo sin ninguna duda que aquella era la única mujer que amaría en su vida y entendió una de las muchas cosas que le había dicho Liminíades que en aquel entonces le parecían frases sin sentido.

“La dueña de tu corazón, será la única que nunca podrá corresponder a tus sentimientos, y aunque estarás dispuesto a dar la vida por ella, ella jamás lo sabrá”

Desde entonces, había hecho todo cuanto había podido por relegar ese inoportuno sentimiento a lo más profundo de su corazón. No podía ignorarlo, pero hacía todo lo humanamente posible por mantenerlo oculto, y aunque al mismo tiempo hacía lo posible y lo imposible por permanecer cerca, siempre lo hacía del modo más discreto para no ser notado. Pero Will era tan humano como cualquier otro, de modo que se enfurecía con el desmedido interés que ella despertaba a su paso, lo consumían los celos que en silencio iban envenenando sus noches y le dolía una enormidad la adoración con la que ella miraba al sujeto que inmerecidamente, a su juicio, había secuestrado su corazón.

Ahora, encontrándose todos en Arx, tenía mayores posibilidades de estar cerca de ella aunque eso significase invariablemente, que su corazón se viese golpeado una y otra vez.


Eowaz sostenía una discusión con los Arzhaelíes y no le veía posibilidades de llegar a un acuerdo.

- Es posible que la chica sea una excelente Kriger  --  estaba diciendo Giulian  --  pero resulta del todo inadecuada para esto y evidentemente no voy a poner en riesgo a ningún miembro del cuerpo. Debemos buscar otro modo de hacer esto.
- ¿Estás perdiendo tus habilidades Giulian?  --  preguntó Dorila con malignidad
- ¿Qué propones?  --  atajó Eowaz antes de comenzaran el pleito
- Si realmente queremos que esto tenga alguna posibilidad de éxito  --  dijo Eve  --  creo que deben dejarme a mí hacerlo
- ¡NO!  --  se alzaron cuatro voces al mismo tiempo
- No puedes permitirle hacer esto, Cornwall  --  dijo Delos
- ¡No necesito que tú me lo digas!  --  exclamó Vlad con ira y luego se volvió hacia su mujer  --  y ciertamente no lo harás
- Siempre me acusas de  falta de juicio  --  dijo Giulian  --  pero en esta ocasión quien esta exhibiendo falta juicio eres tú Vampi.

Eowaz se había quedado en silencio y pensativo mientras ellos discutían, pero pensaba que Eve tenía razón. Aquella misión de la forma que se había planeado originalmente, no tenía muchas posibilidades de llegar  a buen término sin su participación. En principio se había planeado que una de las Krigers junto con Giulian, se harían pasar por una pareja a la espera de un bebe, y de ese modo se infiltrarían en los centros médicos de los Firbolg. Pero Laria, que era la que había sido escogida para aquella tarea, carecía por completo del conocimiento para desenvolverse en el mundo Firbolg y en el transcurso de las dos semanas que llevaban en ello, había cometido tantos errores que se habían visto obligados a cambiar de ubicación y finalmente a solicitar una reunión urgente.

- Normalmente acato tus ordenes sin discutirlas  --  dijo Iván mirando a Eowaz  --  pero bajo ningún concepto permitiría que ella lo hiciera

Todos miraron a Iván sorprendidos. Primero, porque Eowaz no se había pronunciado en ningún sentido, y segundo, porque tal y como había dicho Iván, él era el que menos solía discutir y menos aún dirigirse en ese tono claramente desafiante a Eowaz.

- No he dicho que vaya a hacerlo  --  dijo él con paciencia  --  pero hay que reconocer que tiene razón. Suponíamos que Laria era la mejor preparada para esto, pero nos equivocamos lastimosamente, y si ella no lo ha logrado, las otras Krigers tienen menos posibilidades aún.
- Entiendo eso, pero…
- Hay otra forma  --  lo interrumpió Jonathan  --  pero no estoy muy seguro de que quieran escucharla.
- Mientras no incluya a Eve  --  dijo Vlad
- No, no incluye a Eve, pero creo igual no va a gustarles  --  dijo mirando a los gemelos
- ¿Por qué?  --  preguntó Iván

Pero si pensaban que el asunto de Eve los había alterado, ninguno de los presentes estaba 
preparado para la explosión que se produjo a continuación.




[1] Rifzul: Demonio del campo, que se come las cosechas y ataca a los animales domésticos para beberse su sangre. La única manera de matarlos, es encerrarlos en una cueva cavada en la piedra, y prenderles fuego.

2 comentarios:

  1. Soy yo o este capitulo me parecio demasiado cortito jajajaja muy bueno pero me dejaste con ganas de mas :P
    Saludos!

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    Respuestas
    1. Buen día Keila :)...

      jajajaja, bueno eso debería alegrarme, quiero decir, que te haya parecido corto, ya que eso significa q debió ser al menos interesante, porque por lo general todos tienen entre 3000 y 3500 palabras y este está dentro de ese rango, jeje...

      mil gracias Keila... nos leemos en el siguiente... kisses...

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