Todos
los Arzhaelíes miraban con expectación a Jonathan, pero antes de hablar el
chico tuvo la precaución de protegerse.
-
No necesariamente debe ser una Kriger
quien efectúe el trabajo -- comenzó
-
¿A qué te refieres? --
preguntó Leomer
-
Tenemos a alguien que puede desenvolverse
en el mundo Firbolg sin levantar sospechas
-- respiró profundo y
continuó -- me estoy refiriendo a Samantha.
Tal y
como había supuesto, no había terminado de extinguirse el eco de su voz cuando
dos rayos rebotaron en el escudo que había convocado, aunque en realidad
esperaba uno solo. Sin embargo, y esto lo sabía también, Giulian ni siquiera se
tomó la molestia de sacar su Athame, sino que avanzó hacia Jonathan y sin
mediar palabra lo cogió por la chaqueta y lo estampó contra la pared.
-
¿Estás enfermo? -- le
gritó --
Porque si no lo estás, igual voy a enviarte al Hospital, infeliz
Pero
aquello era más fácil decirlo que hacerlo, porque en primer lugar, Jonathan ya
se esperaba aquella reacción y estaba preparado, y segundo, porque era
perfectamente capaz de defenderse. Sin embargo, y no queriendo hacerle un daño
innecesario al Arzhaelí, se limitó a evitar ser lastimado.
-
¡Cálmate y escúchame! -- le
dijo intentando apartarse del enfurecido Giulian
A los
demás los había tomado por sorpresa todo el asunto y se habían quedado
momentáneamente paralizados, pero enseguida comenzaron a reaccionar.
-
Giulian por favor --
dijo Eowaz
Pero
tenía tan pocas posibilidades de ser escuchado como de pasearse sin peligro por
las calles de Kelten. Eve le envió una mirada suplicante a su hermano, porque
contar con Vlad habría sido perfectamente inútil, de modo que Iván se levantó y
asió los brazos de Giulian inmovilizándolo.
-
¡Suéltame! --
grito con exasperación el gemelo
-
Lo haré cuando te calmes y decidas
comportarte como un ser racional -- dijo Iván con paciencia
-
¡Aquí el único loco es este imbécil!
-
¡Señores!
-- intervino Eowaz --
Vamos a calmarnos todos. Giulian por favor siéntate y terminemos de
escuchar a Jonathan.
-
¡No tenemos nada que escuchar! --
vociferó el gemelo -- Primero…
-
He dicho que lo escucharemos --
dijo Eowaz en tono terminante
Por
muy enfurecido que estuviese Giulian, desobedecer una orden directa de su
superior habría equivalido a ganarse una sanción por desacato, pero aun así y
dudando del buen juicio de su amigo en aquellas circunstancias, Iván decidió
tomar el asunto en sus manos y hacer que Giulian “obedeciese” en silencio.
Una
vez que todo volvió a la calma, Jonathan pudo terminar de exponer su propuesta.
Los gemelos estaban cercanos a hacer
explosión de nuevo, Delos tenía una mirada sombría que denotaba su desacuerdo,
e Iván tenía una expresión hermética, mientras que los demás parecían estar
considerando aquello de manera diferente.
-
Si lo piensan bien, sería mucho más fácil
de ese modo -- estaba finalizando Jonathan --
repito, ella puede desenvolverse en ese mundo sin cometer los errores de
cualquier Arzhvael, porque ese ambiente le es más familiar.
Para
sorpresa de los Cornwall y del mismo Iván, lo próximo que escucharon los hizo
pensar que más de uno había perdido el juicio allí.
-
En lo básico, estoy de acuerdo contigo.
Lo que me preocupa es protegerla de Bastian.
Esto
había sido dicho por Eve, ganándose con ello la mirada asesina de su cuñado,
una de total incredulidad de parte de su marido y una de sorpresa de parte de
su hermano.
-
Eso puede arreglarse --
dijo Eowaz -- porque no estará sola, los planes siguen
incluyendo a Giulian y a Jonathan, aparte de eso tratándose de ella, podríamos
incluir a algunos Krigers que trabajarían encubiertos sin necesidad de
relacionarse con los Firbolgs.
A Eve
pareció convencerla aquello, mientras que los demás seguramente estaban
evaluando las posibilidades de los cambios de planes.
-
¿Realmente estás considerándolo? --
preguntó Vlad con incredulidad
-
No me parece una mala idea --
contestó el hombre
-
Pero veo un inconveniente --
intervino Leomer -- Samantha es muy joven para hacerla pasar por
una mujer a la espera de un hijo.
-
En realidad no, es impresionante la
incidencia de embarazos precoces en el mundo de los Firbolgs --
aportó Eve -- Lo que sí sería poco usual, es que se
presentase como la esposa de alguien, porque si bien son comunes los embarazos
en chicas muy jóvenes, no lo es tanto que lleguen al matrimonio.
-
Bien si es así, entonces no creo que haya
mucho problema -- aceptó Leomer
-
¡Pues yo sí veo muchos! --
vociferó Giulian -- Y si
todos aquí han perdido la razón, yo no y no pienso permitir esta locura.
-
Giulian,
no puedes impedirlo -- dijo Eowaz
-- en primer lugar porque no te
asiste ese derecho, tu eres su padrino pero no su tutor legal.
Giulian
miró a Iván y este le devolvió la mirada, pero antes de que pudiese decir nada,
Eowaz volvió a hablar.
-
Y bien mirado Iván tampoco puede, porque
según nuestras leyes ya ella alcanzó la edad adulta y puede tomar sus propias
decisiones, a excepción de la de contraer matrimonio, por supuesto --
agregó Eowaz.
Se
hizo un pesado silencio durante el cual los gemelos buscaban a toda velocidad
una salida, pero no parecía haber ninguna.
-
Bien
-- continuó Eowaz -- si
no hay más objeciones, el siguiente paso sería consultarla a ella y si está
dispuesta, trazar los nuevos planes de acuerdo a los cambios -- y
fijó su mirada en Jonathan -- ¿Podrías ir a buscarla?
Pero
Giulian se puso de pie con una peligrosa mirada en sus relampagueantes ojos
azules.
-
Objeciones hay y muchas, pero como nadie
parece dispuesto a escucharlas, mi presencia es innecesaria.
Acto
seguido abandonó la estancia dando un sonoro portazo. Nadie hizo nada para
detenerlo sino que todos miraron con preocupación a Eowaz. Este solo se limitó
a menear la cabeza de un lado a otro, cosa que no les decía nada a los
Arzhaelíes.
-
No se preocupen, ya se le pasará --
dijo finalmente -- Jonathan por favor, ve por Samantha.
-
Pero está en clases --
contestó él
-
Endering no pondrá ninguna objeción -- y
mientras decía aquello enviaba un mensaje
a la profesora.
Jonathan
asintió y abandonó la sala también, mientras los demás pensaban que Giulian
tenía mucha suerte de que Eowaz fuese tan ecuánime, y éste por su parte pensaba
en qué hacer con el Arzhaelí. Giulian Cornwall era uno de sus mejores hombres,
pero definitivamente con un carácter en extremo difícil. Poseía casi todas las cualidades
que distinguían a un Arzhaelí, excepto la de la obediencia. Sin embargo, tenía
que buscar la manera de convencerlo, ya que sin su participación las cosas
podían salir muy mal. Habría podido considerar el sustituirlo por su gemelo,
pero las habilidades de Vlad en el mundo Firbolg, aunque buenas, no alcanzaban
el nivel de las de su hermano, aparte de que evidentemente él tampoco estaba de
acuerdo con la decisión.
Jonathan
había salido dirigiéndose a toda prisa hacia al área que albergaba la escuela,
pero se detuvo un momento al ver a Giulian que se dirigía hacia la salida del
Castillo. Por un momento pensó en seguirlo y tratar de razonar con él, pero su
instinto le indicó que sería mala idea en aquel momento, de manera que continuó
su camino. Tal y como Eowaz dijo, Endering no puso ninguna objeción y de hecho
para cuando Jonathan llegó a su despacho, ya Sam lo esperaba allí.
-
¿Qué sucede? --
preguntó preocupada
-
Nada, solo queremos hablar contigo un
momento.
-
¿Queremos? --
preguntó la chica mientras caminaban por los pasillos -- ¿Tú
y quien más?
-
Ten un poco de paciencia -- le
recomendó él sonriéndole
A
pesar de que Sam lo intentó, ya Jonathan estaba en conocimiento de las
habilidades de la chica, de modo que se protegió lo mejor que pudo.
Samantha
al ver que no podía obtener respuestas a sus preguntas, lo dejó y se concentró
en tranquilizar a su hermano y a sus amigos.
-
Jonathan
vino por mí y solo dijo que él y alguien más quería hablarme, no sé nada más
El
mensaje llegó fuerte y claro a cada uno de ellos. Para Sam haber descubierto
que podía comunicarse de aquel modo con todos y no solo con su hermano, había
resultado de gran utilidad, y aunque en aquel momento no era mucho lo que podía
decirles, al menos estarían más tranquilos sabiendo que estaba con Jonathan.
Entraron
al Salón donde se efectuaba la reunión y Sam hizo un rápido inventario visual
notando de inmediato la ausencia de Giulian.
-
Buenos días Samantha -- la
saludó Eowaz
-
Buenos días --
respondió ella
-
Siéntate por favor, queremos hablar un
momento contigo -- le dijo el anciano
Sam lo
hizo sin desviar su mirada de él, pero
atenta a cualquier pensamiento que pudiese captar. Sin embargo, todo le
resultó sumamente confuso. Percibió la ira de Vlad y la preocupación de Iván,
pero no logró captar ningún pensamiento de ellos. De modo que intentó tranquilizarse y prestar atención a lo que
iban a decirle.
-
Samantha, si te hemos hecho venir es con
la intención de solicitar tu colaboración
-- comenzó Eowaz -- por lo tanto, voy a pedirte que me escuches
con mucha atención.
-
De acuerdo --
asintió ella -- lo escucho.
Eowaz
hizo una detallada explicación de lo que estaban haciendo y de lo que esperaban
que ella hiciese en caso de aceptar. Una vez que hubo concluido su explicación
miró a la chica en forma interrogativa.
-
¿Dónde está Giulian? --
preguntó ella en lugar de responder lo que esperaban
-
Tuvo que salir un momento --
dijo Eowaz
Aquello
era técnicamente cierto, Giulian había “tenido” que salir y ella no estaba
preguntando las razones. Aunque eso cambió rápidamente.
-
¿Está él de acuerdo con esto? -- y
esta vez miró directamente a Vlad
Aunque
él hubiese tenido intenciones de negarlo y no las tenía, simplemente no habría
podido porque la invasión de Sam fue rápida e inesperada.
-
No
-- dijo Eowaz con honestidad --
pero no le corresponde a él decidir, es tu decisión Samantha.
-
Entiendo
-- dijo ella y luego agregó -- No
tengo ningún problema en hacerlo, pero déjeme hablar con Giulian --
pidió -- si después que hable con él sigue oponiéndose,
entonces no lo haré -- dijo con firmeza
Habrían
podido esperar muchas cosas, pero ciertamente no aquella respuesta. Sin
embargo, y no pudiendo hacer nada más, Eowaz se vio en la necesidad de aceptar.
No obstante, antes de que ella se marchara agregó una petición.
-
Lo único que voy a pedirte es que por
favor me des tu respuesta lo antes posible
-- le dijo -- porque necesitamos resolver este asunto para
poder continuar con las investigaciones.
-
Tan pronto como me sea posible señor -- le
aseguró
-
Bien, ahora puedes regresar a tus clases,
gracias por tu atención -- y volvió la mirada a Jonathan --
llévala de regreso
-
No es necesario --
dijo ella
-
Ya lo sé, pero prefiero que Jonathan te
acompañe de regreso -- insistió él
Jonathan
se puso de pie y siguió a Sam. Una vez que abandonaron la estancia Eowaz miró a
Iván.
-
Sugiero que hables con él antes que lo
haga ella -- le dijo
Iván
sabía que a la larga le tocaría a él hacerlo, el asunto estaba en que Giulian
quisiese escuchar a alguien.
Ciertamente
lo último que Giulian quería era hablar o ver a alguien. Cuando abandonó la
reunión de aquella manera tan precipitada, había echado a andar sin rumbo fijo
hasta que se vio a orillas del pequeño lago que había en las cercanías del
castillo. Caminó bordeándolo y luego se
internó en el bosque cercano. A medida que avanzaba el susurro de los árboles
se hacía más intenso pero decidió ignorarlos, no tenía ningún deseo de escuchar
nada que tuviesen que decirle. Pateó con
furia una piedra y esta chocó contra un sauce cercano.
-
Eso no
fue muy gentil
Giulian
levantó la vista y se encontró con un par de ojos parecidos a los suyos.
-
Saludos
hijo de Syke -- lo saludó una Dríade.
-
No soy su hijo --
contestó él con acidez
-
Todos
sus descendientes son sus hijos.
-
Como quieras --
dijo eso y se dio vuelta
-
Huir
nunca ha resuelto nada, y no llevas en tus venas la sangre de un cobarde.
Giulian
se volvió furioso y caminó hacia la Dríade.
-
¡No estoy huyendo y ciertamente no soy un
cobarde!
-
Acepto
que no eres un cobarde, pero sí estás huyendo
-
Escúcheme señora --
dijo él conteniéndose a duras penas
-- solo evito tener que escuchar
estupideces, si usted considera que eso es huir, es su problema y no el mío,
porque en mi opinión solo evito comenzar a arrancar cabezas.
-
No me
refiero a eso, me refiero a lo otro --
dijo la Dríade en forma por demás enigmática
-
¿De qué demonios habla?
-
Huyes
de lo que sientes y eso solo te causará dolor a ti y a otros.
Giulian
la miró confundido, porque ciertamente no era dolor lo que sentía, sino una
inmensa rabia al ver que todos parecían dispuestos a arriesgar a Sam. De modo
que llegó a la conclusión de que fuesen cuales fueren las habilidades de
aquellas criaturas de la naturaleza, no iban en la dirección de interpretar
correctamente las emociones de los humanos. Pero decidió que discutir con algo
que en su opinión, estaba más cercano a un vegetal que aun ser humano, era una
miserable pérdida de tiempo. Sin embargo, no pudo decir nada.
-
Algún
día notarás que tengo razón, solo espero que no sea demasiado tarde para ti
Y
dicho esto volvió a desaparecer dentro del sauce. Giulian miró hacia allí con
frustración, pero dio la espalda y continuó su camino.
Giulian
Cornwall era un hombre de sentimientos y emociones tormentosas. Amaba u odiaba
con la misma intensidad. Provenía de una familia poderosa y distinguida, por lo
que había heredado no solo el poder que residía en su sangre, sino también la
arrogancia y el orgullo de su nombre. Se había acostumbrado desde muy joven a
ser obedecido y el hecho de haber sido ascendido a Arzhaelí a una edad
excesivamente temprana, había suprimido la posibilidad de haber aprendido a
obedecer con cierta docilidad las órdenes de sus superiores. De modo que ahora
entraban en conflicto todas esas cosas. Veía amenazado a un ser al que amaba,
se había opuesto sin ser escuchado y le resultaba imposible obedecer en
silencio las decisiones de Eowaz. Aquello suponía un choque entre sus
sentimientos, sus convicciones y su deber,
de momento no le veía una salida de su agrado y eso era simplemente
inaceptable para él.
Iván y
Vlad buscaron a Giulian por todas partes, le enviaron mensaje y Vlad intentó
comunicarse con él sin el menor éxito. Habían salido a los jardines en compañía
de Jonathan cuando éste les dijo que lo había visto dirigirse a la salida, pero
tampoco estaba allí.
-
¡Maldición! --
exclamó Iván con exasperación después de casi dos horas de inútil
búsqueda
-
Perdemos el tiempo --
dijo Vlad mientras regresaban al interior -- si
no quiere ser encontrado, no tenemos ninguna posibilidad.
-
Ya es hora de que deje de comportarse
como un niño malcriado al que le han
negado un capricho.
-
No es un capricho --
dijo Vlad en tono áspero -- Está en su derecho al preocuparse como lo
hace.
-
Vamos Vlad, tu y yo también nos
preocupamos por ella, pero no reaccionamos como lo hace el necio de Giulian.
Aunque
Vlad hubiese querido rebatir aquello, no podía. El comportamiento de su hermano
con relación a todo lo que concernía a Sam, era exagerado y escandaloso, de
modo que negar lo evidente sería estúpido. Sin embargo, Vlad seguía siendo un
Cornwall y no podía quedarse callado.
-
Pero igualmente no podemos decir que no
tenga razón, aunque…
Se
interrumpió súbitamente y se puso de pie.
-
¿Qué sucede? --
preguntó Iván sobresaltado
-
Ya sé dónde está --
dijo el gemelo y echó a andar hacia la salida.
Iván
no perdió el tiempo en preguntas sino que caminó a toda prisa tras él. Salieron
al jardín, llegaron al lago, lo bordearon y se internaron en el bosque.
-
Espero que sepas lo que haces --
dijo Iván -- está anocheciendo y no es sensato…
-
No te pedí que vinieras --
dijo Vlad en forma desagradable
Sin
embargo, Iván estaba demasiado acostumbrado a su proverbial antipatía como para
decir nada más y se dedicó a caminar con precaución, porque si bien Vlad no
tenía ninguna dificultad para ver por dónde caminaba, él sí. De pronto Vlad se detuvo e Iván casi choca
con él.
-
Te tardaste mucho
-
Pusiste mucho empeño en no ser hallado.
A
pesar de los años y de las muchas experiencias vividas juntos, aún en ocasiones
como aquella, resultaba extraño para Iván escuchar la misma voz proveniente de
dos sitios distintos.
-
Y claro, tenías que traer a mi “niñera”
personal
-
Yo no lo traje, vino solo
Iván
pensó que realmente había que querer mucho a aquel par de imbéciles como para
aguantar sus majaderías. No obstante, echó mano de toda su paciencia antes de
decir nada.
-
¿Y bien?
-- preguntó Giulian --
¿Dirás algo, o solo te quedaras allí intentando mirar lo que no ves?
-
La pregunta es si estás en condiciones de
escuchar lo que no quieres oír.
-
Te importa un pimiento si estoy o no en
condiciones y lo dirás así lo quiera o no, así que suéltalo de una vez.
-
Bien
-- dijo Iván acercándose -- En
primer lugar y solo para que conste, eres un imbécil. En segundo, y por enésima
vez Giulian, Sam ya no es una niña.
-
¡Ja! Eso es según…
-
Eso es según nada -- lo
interrumpió Iván -- Eso es legalmente correcto, como ya se
encargó Eowaz de hacérnoslo ver por si teníamos dificultad en recodarlo. De
manera que está en su derecho a decidir qué hacer.
Hubo
un breve silencio donde suponían que Giulian luchaba consigo mismo.
-
¿Ya se lo dijeron? --
preguntó
-
Sí
-
¿Y?
-
¡Oh vamos Giulian! --
dijo Vlad -- Es la hija de Dan y de Amy ¿Qué crees que
pudo haber dicho?
-
¡Maldición!
Aunque
no había albergado mayores esperanzas en cuanto a que se negara, su hermano acaba de exterminarlas.
-
Giulian
-- volvió a hablar Iván -- si
realmente te preocupa su seguridad, lo mejor que puedes hacer es escuchar los
nuevos planes y dedicarte a ejecutarlos lo mejor posible.
Visto
de esa manera, Giulian sabía que Iván tenía razón. Si ya Sam había aceptado
participar en aquello, no podía dejarla sola. De modo que muy a su pesar, se
levantó y emprendieron el camino de vuelta. Cuando ya estaban a punto de entrar
al Castillo, Iván se detuvo haciendo que los gemelos lo hicieran también.
-
Sam hablará contigo -- le
dijo a Giulian -- quizá no mereces que te diga esto porque eres
el mayor de los necios, pero ella dijo que no haría nada si tú seguías
negándote.
El
rostro de Giulian adquirió tal expresión de felicidad, que Iván casi suelta una
carcajada, pero tuvo buen cuidado de no hacerlo conociendo el inestable genio
del gemelo. Mientras que Vlad juntó las cejas y pensó que tendría que hablar
con su hermano y pronto.
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