Giulian
se había dado un baño rápido y había vuelto a bajar. Ya se disponía a salir del
Castillo rumbo al Hospital, cuando Eowaz lo detuvo.
-
¡Giulian, espera un momento! --
escuchó que lo llamaba
Él se
detuvo con cierto gesto de fastidio que disimuló al volverse. Pensaba que
cualquier cosa que tuviese que decirle, sin duda podía esperar.
-
Debes acompañarme -- le
dijo el anciano -- Alan quiere hablarnos y ya ha esperado mucho
Giulian
recordó que Eowaz ya le había mencionado aquello, de manera que con un suspiro
se dispuso a acompañarlo.
-
No
-- le dijo el hombre -- nos
espera en su despacho.
Salieron
del castillo y caminaron de prisa, pero cuando entraron Giulian se detuvo.
-
Entraré un momento a ver a Sam y luego
los alcanzo
-
Podrás verla una vez que hallamos
conversado con Alan -- dijo aquello en un tono que no admitía
réplica y aunque Giulian estaba furioso, no le quedó más remedio que seguirlo prestando
atención a lo que estaba agregando Eowaz
-- Lo que tiene decirnos está
relacionado con Samantha -- en ese momento el Arzhaelí se tensó y apuró
el paso.
A
pocos metros de distancia, el fino oído de Mael captó la conversación y al
igual que Giulian su cuerpo se tensó.
-
¿Qué sucede? --
preguntó Danny, porque el chico se había interrumpido a mitad de una
frase
Mael
lo tomó por un brazo y lo apartó donde nadie pudiese escucharlo.
-
Enseguida regreso -- le
dijo
-
Pero…
-- y lo sujetó porque ya comenzaba a alejarse --
¿Dónde vas? ¿Qué demonios sucede?
-
Es lo que voy a averiguar, prometo
decírtelo en cuanto lo sepa
Aunque
aquello no le decía mucho a Danny, optó por dejarlo ir y se dirigió a la
habitación donde tenían a Sam. Si bien era cierto que la chica había recobrado
la consciencia, seguía presentando un aspecto lamentable. Estaba pálida y unas
sombras oscuras rodeaban sus ojos. Las heridas, aunque se habían cerrado,
tenían un aspecto desagradable y Danny sabía que le causaban dolor.
Mael
había dejado a Danny y había seguido a los Arzhaelíes de forma sigilosa. Los
vio introducirse en el despacho de Alan y prestó atención. Cuando comprobó que
podía escuchar sin dificultad desde esa distancia, se acomodó en una silla y
esperó.
Cuando
Giulian y Eowaz entraron al despacho, ya se encontraban allí Eve y Jonathan. La
presencia de ellos, lejos de extrañarle, solo le provocó más ansiedad.
-
¿Y bien?
-- preguntó sin preámbulos --
¿Qué sucede?
-
Se trata de Samantha --
comenzó el hombre y se quitó las gafas presionando sus ojos en un claro
gesto de cansancio -- Hemos hecho todo cuanto ha estado a nuestro
alcance, pero el veneno no ha desaparecido del todo, en realidad ni siquiera
tengo una explicación de por qué aún…
-
Espera
-- lo interrumpió Jonathan -- se
supone que el antídoto elimina todo rastro de veneno en el organismo, de lo
contrario…
-
Exactamente -- lo
interrumpió él a su vez -- no tenemos una explicación para esto, pero
esta mañana cuando la examiné todavía había restos de veneno en su organismo,
pensé que debido a que había sufrido dos heridas, la cantidad de veneno aún no
había sido del todo eliminada, pero hace aproximadamente una hora, volví a
evaluarla y lejos de haber disminuido parece ir en aumento, poco, pero es más
del que había en la mañana.
-
¿Y qué podemos hacer? --
preguntó Eve
Pero
el ostensible silencio de Alan les dio la respuesta. Nada. Unos segundos
después, Alan retomó la palabra.
-
Es la primera vez que veo un caso así, de
modo que solo puedo hacer conjeturas según lo que sabemos del veneno
-
Y basándote en eso --
intervino Eowaz -- ¿Qué piensas?
Se
hizo otro silencio en el que el Läkare pareció meditar sus palabras.
-
Todos estamos al tanto de cómo actúa este
veneno -- dijo
-- su efecto normalmente es dañar
los órganos de manera violenta. Pero en este caso y suponiendo que no
desaparezca, pienso que iría deteriorando el organismo en forma progresiva
hasta…
El
gemido ahogado de Eve se dejó escuchar en cuanto Alan dejó la frase inconclusa.
Eowaz analizaba las implicaciones a futuro de todo aquello y cómo afectaría a
Danny. Jonathan buscaba frenéticamente un fallo en todo lo que había dicho
Alan, mientras que Giulian parecía en estado de shock y ciertamente debía estarlo
para haber permanecido callado tanto tiempo.
-
Alan
-- dijo Eowaz --
estás al corriente del nexo entre Danny y Samantha ¿no? -- y
él Läkare asintió -- ¿Cómo afectará esto al chico?
Jonathan
miró a Eowaz con incredulidad, simplemente no podía creer que estuviese dándose
por vencido. Giró la mirada hacia Giulian cuyo silencio comenzaba a
preocuparle, pero el Arzhaelí tenía la mirada perdida.
-
Creo que eso no debe preocuparles --
contestó el hombre -- si bien es cierto que el nexo entre gemelos
hace que experimenten en cierta forma los mismos síntomas que su hermano, no
necesariamente se ven afectados de la misma manera.
-
Pero en este caso hay algo que no
sabes --
continuó Eowaz -- sus padres realizaron un conjuro que hace ese
lazo mucho más fuerte, de modo que hasta donde sabemos y hemos podido
comprobar, todo lo que afecta a uno repercute en el otro casi con la misma
intensidad.
Alan
lo pensó durante unos minutos, obviamente era una información que no manejaba y
al igual que era la primera vez que tenía conocimiento de un caso como el de
Sam, de la misma forma nunca había escuchado de unos gemelos que sufrieran
exactamente las mismas reacciones que su hermano.
-
No puedo decirles con exactitud entonces
qué sucederá, pero supongo que lo más prudente será examinar a Danny --
dijo finalmente
Eowaz
parecía que iba a decir algo más pero todos giraron las cabezas al ver que
Giulian había salido de su ensimismamiento y se dirigía a la puerta.
-
¿Dónde vas? --
preguntó Eowaz -- No hemos…
-
Hay que hacer volver a Iván
-
¿Iván?
-- preguntó Jonathan con
extrañeza
Pero
Eve y Eowaz sabían por qué Giulian quería hacerlo.
-
Él sabrá qué hacer --
dijo Giulian sin detenerse
-
Giulian…
-- intentó Eve pero Eowaz le hizo
un gesto permitiendo que Giulian se marchara
-- Eowaz, Iván no…
-
Lo sé
-- la interrumpió el anciano --
Giulian está en estado de negación y creo que es mejor dejarlo por el
momento, de lo contrario creo que nos veríamos en la necesidad de atarlo y
encerrarlo en algún lugar.
Eowaz,
al igual que todos, sabía que cualquier cosa que tuviese que ver con los
gemelos Douglas, era tema delicado para los Cornwall, pero cuando se trataba de
Samantha, perdían por completo la perspectiva en especial Giulian. De modo que
decidieron hacer caso a Eowaz y dejarlo por el momento.
Mael
había escuchado con toda claridad que lo que se había dicho en aquel despacho y
aunque no aceptaba que nada podía hacerse, a diferencia de Giulian que parecía
no aceptar lo que estaba sucediendo, él sí. Él había visto a Sam, él sabía que
algo no estaba bien y algo en su propio interior parecía estar haciéndose
pedazos. Sin embargo, su mente trabajaba a todo vapor, porque tenía que haber
“algo” qué hacer. Se levantó de la silla
cuando escuchó que Giulian iba a salir y corrió por el pasillo hasta llegar a
la habitación de Sam. Trató de normalizar su respiración y entró.
Los
chicos rodeaban la cama y Gail estaba como de costumbre haciendo bromas de
cualquier cosa. Danny clavó los ojos en los de Mael pero él lo ignoró y se dirigió
directo a la chica.
-
Ya me preguntaba dónde te habías
metido -- dijo ella
-
¿Me echabas de menos? -- le
preguntó elevando una ceja
-
Por supuesto que no --
dijo Gail -- agradecía a los Dioses que no estuvieses por
aquí dando la lata con los deberes pendientes, ya es suficiente con Aderyn para
eso.
La
rubia le propinó un codazo en las costillas mientras Sam sonreía negando con la
cabeza y Mael no perdió ningún detalle de su estado físico.
-
¿Cómo te sientes nena?
-
Como si me hubiesen apaleado -- le contestó
-
Eso te pasa por andar por ahí sin
nosotros -- dijo Gail, pero Sam no le estaba prestando
atención, sino que intentaban traspasar la verde profundidad de los ojos de
Mael
La
chica había percibido su preocupación, pero él no la había dejado ir más allá.
Después de ocho años viviendo juntos, tenía bien aprendido cómo bloquear sus
pensamientos. Sin embargo, ella no era de las que renunciaba.
-
¿Me lo
dirás?
-
¿El
qué?
-
No lo
sé, lo que sea que te preocupa
-
Me
preocupa que te mejores. Nada más
Aquel
breve intercambio se había llevado a cabo en silencio, pero todos lo habían
notado.
-
Si lo prefieren podemos esperar
afuera -- dijo Gail en forma resentida
-
Habla por ti, porque yo no pienso ir a
ninguna parte -- protestó Danny
-
Pero sí lo harás --
dijo Mael y agarrándolo por un brazo lo arrastró hacia la puerta
A los
chicos les extrañó que Danny se dejase llevar pacíficamente, porque si alguien
era cualquier cosa menos dócil, ese alguien era Danny. Casi chocaron con
Giulian que venía entrando en ese momento, pero no se detuvieron.
-
Tenemos problemas -- le
dijo Mael en cuanto se hubieron alejado
-
¿De qué clase?
-
De los peores --
respiró profundo y le contó lo que había escuchado
Danny
había palidecido y tuvo que apoyarse en la pared.
-
¿Danny?
-
Estoy bien --
dijo el chico cuando Mael intentó ayudarlo --
pero… no, esto no está pasando, Sam es una…
-
¡Danny!
-- exclamó Mael sacudiéndolo por
los hombros -- De nada sirve que te pongas como Giulian, necesitamos
encontrar una solución ¿me entiendes?
-
Pero es que…
-
Escúchame
-- lo interrumpió --
Ustedes son descendientes de Lofn,
ella puede evitar que esto ocurra.
-
Espera, espera -- lo
detuvo Danny -- ¿Estás sugiriendo ir a
Asgard? Porque si es así te recuerdo que la última vez que hicimos ese viajecito…
-
Si es necesario yo estoy dispuesto.
-
Mael, estás olvidando algo importante,
para poder entrar allí necesitamos ir ambos.
-
No hay necesidad de ir tan lejos -- los
sorprendió la voz de Gail
Cuando
Mael se volvió, Gail entró en el campo de visión de Danny.
-
Los dos son muy necios --
dijo el chico -- si pretenden que nadie los escuche deberían
buscar un lugar menos público.
-
Gail…
-
Ahórrate las explicaciones cachorro, ya
lo escuché todo -- se acercó y puso un dedo en el pecho de
Mael --
La próxima vez que intentes ocultarme algo relacionado con Sam, lo vas a
lamentar ¿has comprendido?
-
Gail…
-- intervino Danny
-
¡Cállate Daniel! Ella es tan hermana mía
como lo es tuya, quizá no llevemos la misma sangre, pero eso carece de
importancia.
Entre
ellos nunca peleaban y era la primera vez que veían aquel peligroso brillo de
ira en los ojos de Gail, que se habían tornado de un azul hielo que solo habían
visto en los de los Cornwall.
-
Lo siento
-- dijo Mael
-
Bien, ahora escúchenme los dos --
prosiguió Gail como si nada hubiese ocurrido -- Tú
no tienes por qué recordarlo cachorro, porque no estabas allí, pero tú sí --
dijo mirando a Danny -- ¿Acaso has olvidado lo que dijo Leanan cuando
fuimos a comprar nuestras Gwialen? Porque yo no
-- y a continuación recitó:
“Madera de Saille, punta de diamante,
posees el don de la curación y de ver aquello que otros no pueden ver, y el
diamante es un poderoso protector incluso contra cualquier veneno”
Mael y Danny lo miraron durante unos segundos y luego se miraron
ellos.
-
Necesitamos la Gwialen de Sam --
dijeron ambos
-
No tan de prisa -- los
detuvo Gail -- primero tendremos que decírselo a ella.
-
¿¿Qué??
-- preguntaron de nuevo ambos
-
¿Quieres que le digamos que está
muriendo? -- preguntó Danny horrorizado
-
Vamos Danny, Sam puede con eso y con
mucho más -- le aseguró Gail -- Y
por otra parte, ni tú, ni yo, ni ninguno de nosotros podría manejar su Gwialen,
aparte de que es ella la que tiene la energía que se necesita para esto.
-
No lo puedo creer --
dijo Mael -- después de todo, sí prestabas atención a las
clases
Aquel comentario los hizo sonreír y definitivamente se sentían mucho
mejor ahora que sabían que podían hacer algo.
Cuando regresaban a la habitación de Sam, se encontraron con las
chicas que venían.
-
¿Se puede saber dónde se habían metido
ustedes? -- preguntó Diandra
-
Verás Di, unas lindas chicas requerían de
nuestra atención -- mintió Danny con total convicción
-
Y como comprenderán, habría sido
descortés de nuestra parte no prestarles la atención debida --
agregó Gail
Mael puso los ojos en blanco y se resignó a que aquellos dos eran
idiotas de oficio. Podían haber dicho cualquier cosa pero tenían que emplear justo
la clase de excusa que enfurecería a aquellas dos criaturas, que por lo demás
podían resultar muy desagradables si se las molestaba mucho y para mala suerte
de Mael, la ira de las chicas salió disparada justo hacia él.
-
De estos dos no nos extraña -- dijo
Diandra con supremo desprecio -- ¿Pero tú?
-- preguntó mirándolo
-
¡Oh sí!
-- intervino Gail --
Había una especialmente interesada en el color de sus ojos y no paraba
de admirar sus largos cabellos.
Mael estaba a punto de golpear a Gail, lo traía sin cuidado que dijese
todas las mentiras que quisiera acerca de su persona, pero que lo involucrara a
él en ellas era otro asunto. Sin embargo, en ese momento apareció Eve.
-
Chicos es hora de ir a cenar -- y
para su sorpresa, ninguno protestó
Giulian se había quedado con Sam y ahora la veía dormir. Acarició sus
cabellos y una lágrima se deslizó por su mejilla ¿Dónde demonios estaba Iván?
Llevaba más de dos horas intentando ponerse en contacto con él y no le había
sido posible, hasta consideró la posibilidad de ir a buscarlo, pero esto
involucraba alejarse de Sam y no quería hacerlo. No obstante, y viendo que el
tiempo pasaba, decidió ir a hablar con Eowaz.
Una vez que los chicos subieron a su habitación después de la cena,
esperaron alrededor de quince minutos y volvieron a salir con el mayor
sigilo reuniéndose al inicio de las
escaleras.
-
¿Eve?
-- preguntó Danny
-
En su habitación --
dijo Gail
-
¿La Gwialen? --
preguntó Mael y Danny le hizo señas de llevarla en el bolsillo --
Bien, entonces démonos prisa
Bajaron con cuidado y esperaban no encontrarse con nadie, pero cuando
estaban por llegar, vieron entrar a Giulian y dirigirse con paso rápido hacia
el estudio. Se pegaron a la pared aunque no había necesidad para ello, porque
el Arzhaelí al parecer iba demasiado sumido en sus pensamientos como para
prestar alguna atención.
Abandonaron el Castillo y emprendieron una veloz carrera hacia el
Hospital. Por suerte para ellos y más aún para los Krigers de guardia, aún no
era la hora de cerrar las puertas. Cuando estaban a unos
pasos de la habitación de Sam, vieron a Alan salir de allí acompañado de una
asistente, esperaron que se alejara y luego entraron. Las luces estaban bajas y
la chica parecía dormir, de modo que se acercaron con cuidado y Danny le puso
la mano en el hombro. Sam tardó unos segundos en despertar y cuando lo hizo los
miró asombrada.
-
¿Qué están haciendo aquí? --
preguntó -- Deberían estar durmiendo
-
Escucha nena --
empezó Mael -- Hay algo de suma importancia que debemos
decirte.
A continuación le contó todo lo que había escuchado de la conversación
del Läkare con Eowaz y los demás, finalizando con lo que Gail había dicho.
-
De acuerdo --
dijo ella -- sabía que algo no iba bien pero ni Alan ni
Giulian me dijeron nada -- intentó incorporarse en la cama pero estaba
demasiado débil
-
¿Dónde crees que vas? --
preguntó Danny poniéndole la mano en el hombro
-
Necesito mi Gwialen -- le
dijo ella -- creo que la tiene Giulian
-
¿Nos crees estúpidos? --
preguntó Gail y luego agregó
-- No contestes
-
Tranquila, hice una pequeña incursión a
la habitación de tu padrino -- dijo Danny sonriendo y extrayendo la Gwialen
del bolsillo de su chaqueta, se la entregó a su hermana pero antes de hacer
nada, ella los miró con extrañeza.
-
¿Por qué no se lo dijeron a Giulian? -- y
los tres se miraron pero fue Danny el que habló
-
En una oportunidad Vlad me advirtió que
no debía mencionar tus poderes a nadie
-- le dijo
-
Pero es Giulian
-
Él no me dijo que Giulian estuviese
excluido
-
Nena
-- dijo Mael -- te
sugiero darte prisa, alguien podría venir
-
Lo que me hace preguntarme qué hacemos
los tres aquí -- dijo Gail dirigiéndose a la puerta
-
No es necesario --
dijo Mael -- Blaidd está allí.
A continuación Sam apuntó su Gwialen a sus heridas y cerró los ojos.
No la escucharon decir nada pero sí vieron una luz plateada que se transfería
de la Gwialen a las heridas y luego un destello de luz que de haber tenido que
decir un color habrían dicho que violeta, rodear el cuerpo de Sam. El calor que
despedía los hizo retroceder varios pasos, pero casi con la misma rapidez que
había aparecido, desapareció. Solo habían transcurrido unos minutos pero a
ellos les pareció mucho más tiempo. Sam
aun tardó unos segundos en abrir los ojos pero finalmente lo hizo y les sonrió.
-
¿Cómo te sientes? --
preguntó Gail
-
Bien, creo --
dijo ella
Pero Danny se aproximó y revisó el brazo de su hermana en primer lugar
y luego levantó la blusa para ver la herida que tenía en el costado. En ambos
casos comenzaban a perder el desagradable aspecto que tenían. Acto seguido se
arremangó la manga de la chaqueta y vio que la mancha oscura que tenía él en el
brazo estaba aclarándose, suponiendo que la que tenía en el costado también.
-
Una cosa más -- le
dijo mientras le sonreía -- Dejaremos que piensen que el antídoto
finalmente surtió efecto ¿bueno? -- y ella asintió
-
Debemos marcharnos --
dijo Gail -- Vendremos mañana temprano -- y
se inclinó para depositar un beso en la frente de la chica
-
Que descanses nena -- dijo
Mael haciendo lo mismo
-
Sam, debo colocarla donde estaba --
dijo Danny extendiendo su mano y la chica le entregó la Gwialen --
Trata de dormir ahora -- la besó y comenzaron a caminar hacia la
puerta
-
Oigan
-- dijo ella deteniéndolos -- Gracias
Los tres sonrieron y abandonaron el lugar.
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