Se
aparecieron a las puertas de Arx, Giulian traía firmemente asida a Andrea, en
tanto que Mael y Danny venían agarrando a Sam, pero apenas pusieron los pies en
tierra la chica perdió el equilibrio y ambos la sujetaron para que no cayese.
-
¡Jonathan! -- gritó
Giulian sin percatarse del estado de Sam
-- ¡Sella el perímetro!
Y
aunque ya Jonathan lo estaba haciendo, al voltear a mirar a Giulian sus ojos
tropezaron con los chicos.
-
¡Giulian!
-- exclamó --
¡Sam está herida!
Afortunadamente
Jonathan acababa de sellar el perímetro, porque Giulian soltó a Andrea y corrió
hacia los chicos, prácticamente le arrebató a Sam de los brazos y corrió hacia
las puertas.
Los
guardias de la puerta la franquearon de inmediato al ver de quien se trataba,
pero en cuanto vieron a los chicos y sin poder evitarlo les impidieron el paso,
el error de los pobres Krigers estuvo en no ver a quien venía detrás de ellos.
-
¿Qué demonios les sucede? --
preguntó Jonathan furioso -- ¡Apártense de mi camino o terminaran en un
lugar que no les gustaría conocer!
Los
Krigers abrieron paso en forma precipitada y Jonathan que no se había detenido
mientras los gritaba, continuó avanzando llevando consigo y sin ninguna
ceremonia a Andrea. Danny se detuvo ante los azorados Krigers y los miró sintiéndose
culpable.
-
De veras lo lamentamos -- les
dijo --
pero no teníamos tiempo para explicaciones, mi hermana estaba en
dificultades y…
-
Y aún lo está -- lo
apremió Mael que al igual que Jonathan no se había detenido y seguía caminando
-
Lo siento
-- volvió a decir Danny pero en
ese momento se tambaleó
-
¡Maldición! --
exclamó Mael volviendo sobre sus pasos
-- Intenta no desmayarte --
dijo sujetando a Danny por un brazo
Sin
embargo, el hecho de que Danny estuviese debilitándose era un claro indicativo
de que la situación de Sam también desmejoraba.
Giulian
había entrado a toda carrera en el edificio donde se había instalado el
Hospital con Sam en brazos y pidiendo ver a Alan. Otro Läkare que se encontraba
cerca quiso ayudarlo mientras una chica corría perdiéndose por un pasillo. Ver
llegar a un Arzhaelí pidiendo ayuda ya era algo de máxima prioridad para el
personal, pero si ese Arzhaelí era un Cornwall a nadie se le ocurriría
discutir. Por esta razón la practicante que acompañaba al Läkare, había salido
en tan precipitada carrera.
Colocaron
a Sam sobre una camilla y el joven le pidió a Giulian hacerse a un lado para
examinar la herida de la chica, de modo que Giulian se situó al otro lado de la
camilla sin dejar de sujetarle la mano a Sam.
-
Vas a estar bien princesa --
dijo más para convencerse a sí mismo que para convencerla a ella
-
Lo sé
-- contentó Sam con
serenidad -- ¿Dónde está Danny?
A
Giulian le extrañó la pregunta, porque los tres habían regresado juntos, pero
luego entendió el porqué de la pregunta.
-
No te angusties, debe estar por llegar
junto con los demás.
-
Ha perdido mucha sangre --
dijo el Läkare en un tono que a Giulian no le gustó nada
Esa
circunstancia era obvia para él, sus propias ropas atestiguaban el hecho, de
modo que recalcar una obviedad sin duda obedecía a algo más grave y prefería no
pensar en ello. No obstante, sus temores crecieron al sentir que la mano de Sam
aflojaba la suya, la chica estaba perdiendo el sentido.
-
Princesa
-- la llamó --
princesa, quédate conmigo -- pidió angustiado, pero ella parecía incapaz
de mantener los ojos abiertos -- ¡Sam!
En ese
momento entró Alan y no fue necesario hacer preguntas, aparte de que la
practicante le había informado que uno de los Cornwall había llegado con
alguien herido, un vistazo rápido a las ropas manchadas de sangre de Giulian y
a quien estaba en la camilla, le bastaron para darse la mayor de las prisas.
Fue inútil pedirle a Giulian que abandonase la sala, de manera que Alan se
dedicó a atender a Sam, pero al mover su brazo se hizo visible otra herida en
el costado que explicaba la enorme cantidad de sangre perdida.
-
Ya examiné la del brazo señor --
dijo el Läkare que había estado atendiendo a Sam --
está envenenada
-
¡Pues date prisa! --
exclamó Alan -- ¿Qué demonios haces aquí?
El
chico salió corriendo en busca del antídoto, mientras Giulian se había quedado
paralizado y con los ojos a punto de salir de sus órbitas. Haciendo a un lado
el hecho de que ella estuviese en semejante peligro, le parecía inconcebible
que hubiesen intentando matarla sabiendo como sabían que Bastian los quería
vivos, la única conclusión posible era que lo hubiesen hecho antes de
identificarla.
-
¿Cuánto tiempo hace del ataque? --
preguntó Alan
-
Aproximadamente veinte minutos -- le
contestó luego de pensarlo un momento
-- Alan…
-
Aún estamos a tiempo --
contestó el hombre a la muda pregunta de Giulian
Mientras
Alan se afanaba con la otra herida
tratando de determinar si en esa no
había veneno, sintieron una conmoción en la puerta y unos segundo después entró
Jonathan.
-
¿Cómo está? --
pero no hubo necesidad de respuesta, le bastó con ver los ojos de
Giulian
-
¿Danny?
-- preguntó Giulian
-
Casi sin sentido pero bien.
El
Läkare que había ido por el antídoto entró a toda prisa y le entregó los
frascos a Alan. Lo vieron aplicarlo a las heridas y luego del otro deslizar un
par de gotas en la boca de Sam.
-
Ahora debemos esperar
Giulian
miró durante unos segundos a Sam y luego se dirigió a la puerta con una mirada
tormentosa en sus ojos. Jonathan no necesitaba que nadie le dijera cuáles eran
las intenciones del Arzhaelí, pero nada en el mundo lo habría movido a
interponerse en su camino, aunque sí lo siguió para asegurarse de evitar males
irreparables.
Giulian
echó un vistazo rápido a Danny que permanecía sentado y con la cabeza recostada
de la pared pero aún consciente. Ignoró la pregunta en los angustiados ojos de
Mael y se dirigió directamente hacia Andrea quien estaba sentada un poco más
alejada y custodiada por dos Krigers.
A
pesar de que la chica nunca antes lo había visto y aunque no hubiese escuchado hablar hasta la
saciedad de los Cornwall sin importar de cual se tratase, le habría bastado con
mirarlo a los ojos para experimentar el mayor terror de su vida. Giulian se
detuvo frente a Andrea y le sujetó el cuello ejerciendo la presión exacta para
dejar pasar solo la justa cantidad de aire para que no se asfixiara.
-
Suponiendo que los Dioses quisieran
mostrarse misericordiosos con un ser tan despreciable como tú, comienza a
rogarles para que a ella no le suceda nada o te juro que para el amanecer
habrás dejado de respirar.
Dicho
esto dio la espalda y comenzó a caminar de nuevo hacia donde tenían a Sam.
Jonathan les hizo una señal a los Krigers para que se la llevaran a una celda,
pero sin volverse Giulian dio una contraorden.
-
Se quedará allí y no se moverá hasta que
yo lo ordene
Los
Krigers congelaron sus movimientos, porque aunque Jonathan era su jefe
inmediato, todos le debían obediencia a Giulian.
Eve y
el resto de los chicos llegaron unos momentos después, así como Eowaz quien a
pesar de saber la importancia de interrogar a aquella mujer, no discutió las
órdenes de Giulian.
Danny
seguía en estado lamentable pero había aprendido a ejercer mayor dominio sobre
su cuerpo, de manera que conservaba el sentido aunque sintiéndose fatal.
Eve
intentó en vano que los chicos abandonaran el Hospital para ir a comer, pero
aunque se negaron a hacerlo, al menos aceptaron comer algo allí mismo con
excepción de Mael, y por la expresión de su rostro, nadie se atrevía a
acercársele siquiera.
Si
Andrea había tenido malas noches en su vida, difícilmente alguna de ellas se
habría comparado con aquella. Cuando pasada la medianoche Alan salió de la sala
donde permanecía Sam y se acercó al grupo, ya Danny sabía lo que venía a
informar, porque desde hacía rato su temperatura se había elevado.
-
Está ardiendo --
dijo Alan
-
Pero eso significa… --
comenzó Eve con consternación
-
Que el veneno llegó más allá de donde
esperaba -- completó Alan
-- quisiera poder decirles otra
cosa pero no puedo, solo nos resta esperar. Lo siento.
Eve se
refugió en los brazos de Eowaz y lloró con desconsuelo, en tanto que Aderyn lo
hacía en los de Gail. Diandra miró a Danny pero como de costumbre en casos
parecidos, su expresión era impenetrable aunque sus ojos eran dos puñales
refulgentes clavados en Andrea. Y nadie, a excepción de Danny y Diandra, notó
que Mael se había acercado en forma sigilosa a la Nemhain, hasta que escucharon
su voz.
-
Te juro que no morirás de manera rápida y
misericordiosa
-
¡Mael!
-- exclamó Eowaz y soltando a Eve
avanzó hacia él
A
Eowaz se le hizo sumamente fácil percibir el dolor y la rabia del chico, pero
no podía permitir que le hiciese ningún daño a aquella mujer que constituía
hasta ese momento, la única llave para llegar a donde querían. Sin embargo,
Mael estaba más allá del razonamiento lógico y sin voltear, levantó una mano y detuvo los
movimientos de Eowaz para sorpresa de éste.
-
Cada malestar, cada dolor y cualquier
sufrimiento que ella padezca lo padecerás tú
-- dijo con voz helada y
mirándola directamente a los ojos -- A
partir de este momento correrás su misma suerte, sea esta la que sea.
Casi
fue visible para todos los presentes, cómo una fuerte corriente de energía era
traspasada de un cuerpo a otro y acto seguido Andrea palideció, su frente se
perló de un sudor frío y se llevó la mano a un costado gimiendo de dolor. Todo
ello en perfecto estado de consciencia, porque Mael no le concedió el beneficio
de perderla. Sin más, Mael se dio vuelta y entró a la sala donde estaba Sam.
Alan
se acercó a la Nemhain pero Eowaz que había recuperado la movilidad se le había
adelantado. Sin embargo, nada pudieron hacer.
-
Es inútil
-- dijo Eowaz
-
Pero debemos detener esto --
exclamó Alan -- es una prisionera pero…
-
¡Es una asesina! --
gritó Gail interrumpiéndolo -- ¡Y
nadie hará nada!
De
pronto Eowaz sintió otro movimiento de energía y antes de que pudiese
determinar su procedencia, la chica comenzó a gritar llevándose las manos a la
cabeza.
-
Danny
-- susurró Diandra sujetando el
brazo del gemelo
-
Si no puede resistirlo y muere --
dijo él en el mismo tono -- no lo hará sin recordar todos y cada uno de
los actos de barbarie que ha cometido en su miserable vida.
Para
todos era evidente el sufrimiento por el que estaba atravesando Andrea, pero en
la mayoría de los casos no sentían ni el más mínimo remordimiento.
-
¡Eowaz!
-- exclamó Alan --
Debes detener esto.
El
anciano lo sujetó por un brazo y lo apartó de allí, de modo que nadie escuchó
lo que estaba diciéndole. Jonathan que había observado todo con suma cautela,
pensó que era una suerte enorme que aquellos jovencitos estuviesen de su lado,
porque en el caso de Mael, acababa de exhibir un poder y un dominio del mismo,
muy superior a lo que habría cabido esperar en alguien que aún no había
recibido entrenamiento en cuanto a transferencia de energía. Y en el caso de la
manipulación de los recuerdos, era algo más peligroso aún. En cuanto la chica
comenzó a gritar, Jonathan se había apresurado a introducirse en sus recuerdos
y aunque eran en extremo desagradables las imágenes a las que tuvo acceso, la
sorpresa superó al asco, preguntándose cuál de ellos lo había hecho, porque al
igual que en el caso de lo que había hecho Mael, aquello requería de un fuerte
entrenamiento.
La
noche se deslizó con una lentitud pasmosa, cada segundo parecía eterno. En
algún momento habían dejado de prestar atención a los quejidos y ocasionales
gritos de Andrea, aunque Eowaz se mantenía atento. Jonathan había insistido en
que Eve se fuese a descansar, pero ella se estuvo negando hasta que Gail se
paró frente a ella.
-
Dejarás de discutir y te irás al Castillo
en este momento -- le dijo
-
Gail, tú no puedes…
-
Puedo y lo haré --
dijo en un tono que no admitía réplica
-- No me obligues a hacer lo que
haría papá o Vlad.
Jonathan
pensó que aquello era una enorme tontería de parte de Gail, porque era por
todos conocido que el don de Eve era la fuerza extrema, y aunque sin duda
alguna no le haría daño a su sobrino, tampoco él podría obligarla por la fuerza
a nada.
-
No me obligues tía --
advirtió de nuevo Gail
Eve
fue consciente de varias cosas en ese momento, entre ellas que Gail había
dejado de ser el niño al que tuvo en brazos un día, no solo ya la sobrepasaba
en estatura, sino que pudo percibir por primera vez la fuerza de su sangre
vampírica y la indiscutible decisión Cornwall brillando en sus azules ojos, que
por cierto, era como estar viendo los de sus tíos. De manera que para alivio de
todos los que habían estado observando la escena en tensión, Eve se giró y
marchó hacia la salida.
Eowaz
miró durante unos segundos a Gail y llegó a la misma conclusión que Jonathan.
Aquellos chicos poseían un poder muy superior al de un Arzhaelí común y aquello
podía resultar peligroso si no se tomaban las debidas precauciones.
-
No puedo creer que hayas amenazado a tu
tía --
le dijo Aderyn a Gail en cuanto este volvió a sentarse a su lado
-
No la amenacé --
dijo él con tranquilidad
-
¡Oh vamos Gail! --
exclamó ella -- Todos te escuchamos…
-
Lo que todos escucharon -- la
interrumpió él mirándola -- fue que le sugerí amablemente lo que era mejor
para su salud
Al
mirar aquellos ojos, Aderyn decidió guardar prudente silencio, mientras Danny
esbozaba una sonrisa torcida.
Danny
se había quedado dormido con la cabeza recostada en el hombro de Diandra, pero
cerca del amanecer Mael salió de la habitación y caminó hacia ellos.
-
La fiebre ha cedido -- les
dijo con voz cansada
Aderyn
comenzó a llorar de alivio, mientras que Danny se incorporaba sobresaltado pero
ciertamente sin fiebre. A los pocos minutos salió Giulian y se detuvo frente a
Jonathan.
-
Enciérrenla en una celda --
dijo señalando a Andrea -- encárgate tú mismo de que coma y beba lo necesario,
pero que nadie se le acerque. La quiero incomunicada hasta que yo baje a
interrogarla ¿Está claro?
-
Sí señor
-- contestó Jonathan y miró
brevemente a Eowaz, pero este no contravino la orden de Giulian
Mientras
Jonathan se apresuraba a llevar a cabo las ordenes de su superior, Giulian se
acercó a los chicos.
-
¿Estás bien? -- le
preguntó a Danny y él asintió -- Bien, ahora vayan todos a comer y a descansar
un poco, más tarde podrán venir a verla.
Esta
vez ninguno protestó ni se opuso a las órdenes de Giulian, aunque Mael casi
voló porque una hora más tarde estaba nuevamente al pie de la cama de Sam.
Sam
pasó el día entre cortos intervalos de consciencia, pero hacia el final de la
tarde ya la había recuperado por completo. Fue entonces cuando Giulian decidió
dejarla en compañía de los chicos para ir a ocuparse de Andrea. Cuando entró al
Castillo se topó con Eowaz y con Eve.
-
Giulian
-- intentó detenerlo Eowaz --
Alan quiere hablarnos
-
Eso tendrá que esperar --
dijo él sin detenerse
-
¿Dónde vas? --
quiso saber Eve -- Deberías descansar un poco, no has…
-
No tengo tiempo -- le
contestó perdiéndose por uno de los pasillos
Eve
miró con consternación a Eowaz, pero sabía que era inútil. Intentar detener a
Giulian era como intentar detener una tormenta.
-
Señor, está cercano al agotamiento -- dijo
Eve con voz implorante a Eowaz
-
Tú y yo sabemos que eso no lo detendrá,
se dirige a interrogar a Andrea, de modo que bajaré para asegurarme de que no
cometa ninguna estupidez.
-
¡Eowaz!
-- exclamó ella --
Giulian nunca ha…
-
Lo sé, pero sus métodos pueden ser algo
violentos y en este caso nos interesa de manera especial que la prisionera esté
lúcida.
Aunque
Eve estaba segura de que Giulian jamás utilizaría la fuerza bruta contra una
mujer, también era cierto que aquella chica se había metido con la persona
equivocada. De manera que recordando lo que Vlad le había comentado
recientemente, le pareció que quizá era mejor que Eowaz estuviese presente.
Jonathan
McKenzie no solo era un excelente Arzhaelí, sino que además tenía un especial
sentido de la lealtad, de modo que no se había contentado con disponerlo todo
tal y como Giulian había ordenado, sino que lo había hecho él mismo. Después de
encerrar a Andrea en la celda, le dio de comer y beber, y luego se había
apostado a las puertas a pesar de que varios Krigers se habían ofrecido para
custodiar a la prisionera.
Cuando
Giulian asomó por el pasillo, tanto los Krigers como Jonathan adoptaron
posición de firmes. Al grupo de Krigers que les tocaba la guardia de ese día en
las celdas, no les extrañó ver que Giulian exhibía el mismo estado de
agotamiento de su jefe, era obvio que ninguno de los dos se había tomado un
minuto para descansar y era una de las razones para que aquellos hombres
sintieran la enorme admiración que les profesaban.
-
Vamos
-- dijo Giulian en cuanto estuvo
a la altura de Jonathan, éste abrió la puerta de la celda y entraron
Andrea
estaba sentaba sentada en una silla con la cabeza caída sobre el pecho.
Jonathan le explicó brevemente lo que había hecho Mael, pero que aunque Sam
había mejorado, la chica parecía seguir muy mal.
-
¿Le diste de comer?
-
Sí, pero apenas probó la comida
Eowaz
entró en el momento en el que Giulian se acercaba a Andrea y sujetándola por el cabello le
echaba la cabeza hacia atrás. La chica abrió los ojos y aunque en principio
estaban adormilados, en cuanto identificaron al personaje, se dilataron en
forma desmesurada. Giulian elevó una ceja y acercó su rostro al de la chica.
-
¿Asustada? --
pero en realidad aquella palabra no describía con justicia el terror de
la mujer -- No puedes quejarte, te damos un mejor trato
que el que tu jefe suele dispensar a sus prisioneros
Él no
había podido evitar recordar, al entrar en la celda como siempre que entraba a
una, el tiempo que pasó colgado de unos grilletes en el sótano de Heimalandinu. Trasladó su mano casi con suavidad de los
cabellos de la chica a su garganta.
-
Ahora Andrea --
dijo con voz acerada -- tú y yo tenemos una conversación pendiente y
por tu propio bien te sugiero hacérmelo fácil, o de lo contrario podrías descubrir
en el supuesto de que hayas escuchado hablar de mí, que puedo ser mucho peor
que cualquier cosa que hayas oído.
Para
la chica el sonido de aquella voz era como un acero que estuviese hundiéndose
en su piel y del terror pasó al franco pánico. Sabía que tenía pocas opciones,
pero aun suponiendo que dijese lo que querían escuchar, nada la salvaría de la
ira de Nurión.
-
Estás en un error, nosotros podemos
protegerte de él -- dijo Giulian
-- y a diferencia de Bastian,
nosotros no somos asesinos.
Sin embargo,
Giulian sabía que ella no tenía razones para confiar en él, de modo que
transmitió un apresurado mensaje a Jonathan. Él necesitaba concentrarse en
distraerla para debilitar sus defensas y mientras él hacía eso, Jonathan se
introduciría en sus recuerdos para tratar de extraer la mayor cantidad de
información posible sin ser detectado por la Nemhain.
-
Dime una cosa Andrea --
continuó Giulian decidiendo utilizar el miedo de la chica en su
favor --
Supongo que estarás al tanto de las diligentes prácticas de tu jefe en
beneficio de la raza ¿verdad? -- por un momento la chica pareció confusa, pero
Giulian siguió por ese camino -- ¿A dónde crees que van a parar todos esos
bebés que tú te encargas de proporcionarle? No me dirás que son entregados a familias
para ser criados como corresponde, especialmente los niños Firbolg. Dime -- dijo acercándose nuevamente --
¿Has estado alguna vez en su Laboratorio? ¿Has visto lo que les hacen?
Porque yo sí -- por un momento tuvo dificultad para dominar
su ira, pero era un profesional -- ¿Quieres que te cuente? Quizá es una buena
idea hacerlo por si no lo sabes, porque si no me dices lo que quiero saber,
sería bueno que te preparas, porque te devolveré a Bastian y tal vez… --
hizo una pausa calculada antes de concluir --
…tal vez termines tú misma en ese Laboratorio sirviendo a los altos fines de tu jefe.
A
partir de allí y aunque la chica dijo unas cuantas cosas, aun sumándolas a lo
que había tratado de esconder y que Jonathan se había encargado de extraer, no
era suficiente. Sin embargo, no fue posible sacarle nada más y una hora después
había fallecido. Giulian salió dando un sonoro portazo y Eowaz salió tras él.
-
Giulian tranquilízate, debes ir a
descansar un rato y luego nos reuniremos para…
-
¡Maldita sea Eowaz! --
gritó girándose hacia el anciano
-- Sam casi muere por esto, así
que no me pidas que me tranquilice.
En ese
momento vieron aparecer a Mael seguido de Eve, que parecía venir discutiendo
con él. Mael se detuvo frente a Giulian.
-
¿Y bien?
-- preguntó
-
No mucho
-- dijo Giulian y dándoles las
espalda se marchó
Eve y
Mael miraron a Eowaz y a Jonathan.
-
Habló pero no gran cosa --
dijo Eowaz y luego agregó -- y ya no podrá decir nada más, acaba de fallecer
-
Eowaz acaso… --
comenzó Eve llevándose las manos a la boca
-
No, Giulian no le hizo nada, fue su
decisión. Aparentemente seguía sufriendo los efectos de… -- se
detuvo un segundo y miró a Mael, para luego continuar con más suavidad -- del
envenenamiento de Samantha y eso sumado al miedo, probablemente la hicieron
tomar la decisión de dejar su materia.
-
Pues peor para ella --
dijo Mael y dándoles la espalda como un momento antes lo había hecho
Giulian, se marchó
Los
tres lo miraron alejarse y Eowaz tomó una decisión con relación a las acciones
a seguir de la forma más inmediata posible.
Si antes qeria a Mael para Sam ahora no tengo duda jajajaja muy buen capitulo perooo siempre me dejas con ganas de mas :) saludos
ResponderEliminarBuen día Keila...
ResponderEliminarq bueno tenerte por acá de nuevo :-)...
jajajaja, lo imagino... me alegra q te haya gustado... jajajaja eso también me alegra, xq significa q seguirás leyendo :-D...
gracias Keila... nos leemos en el siguiente... kisses...