Ya era
madrugada cuando los chicos finalmente se habían retirado a sus habitaciones.
Después que Anne había salido y les había dado la noticia, ellos aguardaron
hasta que poco a poco fueron permitiéndoles entrar. Por supuesto, los primeros
en hacerlo fueron Gail, Danny y Sam, pero mientras Sam estaba emocionadísima y
deseosa de cargar al pequeño Brendan, Danny y Gail no tenían ningún interés en
hacerlo. Sí se acercaron y lo miraron, pero rechazaron espantados la
posibilidad de cargarlo.
Como
había dicho Anne, el niño era decididamente Cornwall. Si bien era cierto que
tenía muy poco cabello, el que tenía era negrísimo y sus ojos eran de un azul
brillante. Aunque Iván dijo, más que todo para fastidiar a los gemelos, que el
color de los ojos de los recién nacidos, solía variar pasados unos días.
Luego
entraron Aderyn, Mael y Diandra. En este caso, quienes mostraron mayor interés
en cargar al bebe fueron Aderyn y Mael, mientras que Diandra se mantenía a
distancia.
El día
comenzó tarde para todos después de la agitada noche anterior, pero luego de un
apresurado y tardío desayuno, los chicos subieron de nuevo y llamaron a la
puerta con precaución, para no despertar al niño en caso de que estuviese
dormido. Mientras Gail, Danny y Diandra, pasaron directo a saludar a Eve, Sam,
Aderyn y Mael, fueron derechos a ver al bebe.
-
Eve, lamento mucho que…
-
Olvídalo Diandra -- la
cortó ella -- tú no tienes la culpa de que yo tenga un
carácter endemoniado, y en todo caso no hay de qué preocuparse porque todo
salió bien -- le dijo sonriéndole, con lo que la chica se
quedó más tranquila
Luego
de haber cargado a Brendan, Sam y Mael lo dejaron en brazos de Aderyn porque
los demás seguían negándose a cargarlo y se acercaron a saludar a Eve. Ahora
fue el turno de Eve de disculparse.
-
Lo lamento mucho Mael, espero no haberte
hecho daño -- le dijo
-
Descuida Eve, no me hiciste ningún
daño --
le mintió, porque en realidad tenía un enorme morado en el costado
Aunque
Mael había mentido con la mayor convicción, Eve sabía que lo estaba haciendo y
no porque se notase, sino porque había escuchado a Iván cuando le decía a
Giulian que había sido una suerte para él no encontrarse cerca, o tal vez su
hermana habría descargado todos los años de bromas pesadas en su contra en
aquel momento, y la mano fracturada de Vlad y las dos costillas rotas de Mael,
habrían resultado nada, comparado con lo que le habría podido hacer a él.
Eve
miró al chico e incorporándose en la cama lo abrazó. Aunque ella amaba a su
sobrino y a los gemelos con locura, Mael se había ganado su amor de un modo
distinto. Eve siempre se había sentido conmovida por la mezcla de ternura y
tristeza de aquellos ojos verde esmeralda, por la suavidad de su carácter y la
lealtad a toda prueba de Mael. De manera que se había hecho acreedor de su amor
y su protección maternal mucho antes de que pensara en tener un hijo propio y
él había correspondido a ello, mostrando siempre un especial apego a la
vampiresa.
El día
se les fue muy de prisa, de modo que luego de cenar, los chicos subieron con
cara de pena a despedirse porque debían volver a la Sede.
-
Cualquiera diría que no están contentos
de volver -- dijo Vlad y tanto él como Iván y Giulian los
miraron con detenimiento
Sam
les había hecho jurar a sus amigos y a su hermano, que por ningún motivo les
dirían a ellos lo sucedido en los entrenamientos con Garlan McEwan, porque ella había llegado a la conclusión de que
aquel individuo no es que le tuviese antipatía, sino que simplemente cumplía
con su trabajo. Sin embargo, consideraba más prudente no hacerles ningún
comentario a ellos, porque aun en el caso de que lo entendiesen como algo
normal, existía una muy alta probabilidad de que los gemelos obviaran ese hecho
y se comportaran como un par de salvajes.
-
Claro que queremos volver, necio --
dijo Danny
-
Lo que sucede es que nos apena tener que
irnos cuando queremos seguir con Brendan
-- lo apoyó Aderyn
-
Ya tendrán suficiente tiempo para estar
con él y probablemente se arrepientan de ello
-- bromeó Giulian
-
¡Giulian!
-- le gritó Eve, pero él se
limitó a reír
-
Sam, ven aquí -- la
llamó Vlad y ella se tensó
Aunque
había protegido sus pensamientos como de costumbre y esperaba que los demás
hubiesen hecho lo mismo, siempre existía la probabilidad de que Eve se los
hubiese dicho
-
También tú Mael --
dijo Eve
Ellos
avanzaron hacia la cama, mientras los demás miraban con cierta aprensión.
-
Sam, sabes que te amo como si fueses mi
propia hija y no porque tu madre haya sido como mi hermana, sino porque por tus
propios medios te has ganado ese amor
-- le dijo Vlad
-
Lo sé Vlad -- le
dijo y se abrazó a él
Lo
sabía, pensó Sam. Y a pesar de sentir una calidez hermosa en su interior por lo
que le estaba diciendo, al mismo tiempo se sentía culpable por estar
ocultándole algo y probablemente él estaba sintiéndose dolido por ello, pero
algo no le cuadraba en todo eso, porque si en realidad lo sabía, ni él ni
Giulian estarían tan tranquilos y aquella forma de abordar el tema, era más
propia de Iván que del mismo Vlad, de modo que intentó aquietar sus
enloquecidos pensamientos y prestar la debida atención, porque ahora él se
dirigía a Mael.
-
Y tú, “cachorro” -- le
dijo utilizando el término que solían emplear los chicos -- no
solo te has convertido en parte de esta familia, sino en una parte muy
importante
-
Gracias Vlad --
contestó el chico -- ustedes son la única familia que tengo y no
los cambiaría por nada, ni por nadie en el mundo
-
Y no podrás -- le
sonrió él -- porque si aceptas, Eve y yo hemos decidido
que Sam y tú, sean los padrinos de Brendan
Un
grito de salvaje alegría brotó de las gargantas de los chicos que habían
permanecido en atento silencio pensando que todo aquello se trataba de otra
cosa. Mientras que Sam se había llevado las manos a la boca para ahogar el suyo
y Mael se había vuelto hacia Eve y sin ninguna ceremonia la había abrazado con
fuerza.
-
Debo suponer que el hecho de que estés
intentando romper los huesos de mi mujer
-- dijo Vlad con regocijo --
significa que aceptas ¿no?
-
Por supuesto que sí -- le
dijo emocionado
-
¿Sam?
-- preguntó Vlad y volviendo los
ojos hacia ella -- ¡Oh vamos linda! -- le
dijo al notar que la chica lloraba en forma convulsiva
-
Lo siento es que… claro que acepto,
tonto --
y lo abrazó entre lágrimas y risas
Eve
acarició la mejilla de Mael, mientras él intentaba encontrar su voz de nuevo.
-
Gracias
-- le dijo ella
-
No, gracias a ti, a ustedes --
agregó mirando a Vlad -- por confiar en mí como para confiarme a su
hijo, les juro que lo defenderé con mi propia vida.
-
Lo sabemos --
dijo Vlad
Después
de un momento, Iván les dijo que ya era hora de que regresaran o tendrían
problemas. De modo que Sam y Mael se despidieron aun limpiándose las lágrimas.
-
Bueno, yo también estaría llorando si
tuviese como perspectiva hacerme cargo de un pequeño que con toda seguridad
será endiabladamente terrible -- dijo Giulian con sorna
-
¡Cierra la boca Giulian Cornwall! --
exclamó Eve
Los
chicos habían tenido un inicio de semana menos terrible de lo que esperaban.
Por alguna razón desconocida para ellos, la clase con Garlan McEwan fue
suspendida y nadie les dio ninguna explicación. En lugar de ella, tuvieron una
intensa sesión con Alaric. La verdad, ellos no entendían por qué razón
necesitaban aprender a manejar un arco teniendo sus Gwialen y sus Athame, pero
como no se les pedía explicaciones a los instructores, se limitaron a asistir a
su entrenamiento en silencio.
Alaric
había notado que en las clases de la semana anterior, los chicos no habían
avanzado mucho en ese campo, de modo que se decidió a enfocar el asunto desde
otra perspectiva, pensando que tal vez éstos jóvenes necesitaban algo más que
simple práctica.
-
Esperen un momento -- los
detuvo cuando se dirigían a tomar los arcos, y ellos se devolvieron formándose
ordenadamente frente el Arzhaelí -- Tal vez se estarán preguntando por qué o para
qué necesitan esto, y lo sé -- agregó al ver la incomodidad de ellos --
porque yo me hice la misma pregunta en su momento. Cuando tuve uno en
mis manos por primera vez, me pregunté con disgusto para qué demonios iba a
servirme un instrumento tan arcaico
-- Gail rió en este punto sin
poder evitarlo
-
Lo siento, señor -- se
disculpó y el Arzhaelí continuó procurando ocultar su propia risa
-
Verán, el manejo del arco, más que la
simple destreza para manejar un arma de guerra, yo diría que es un arte. Y aunque
la mayoría de los Arzhvael no lo utilizan y algunos han hecho de su uso un
deporte, la verdad es que un arco puede
resultar una de las armas más letales y contra la que solo pueden valerse de su
instinto, suponiendo que lo tengan bien desarrollado, y de la rapidez con la
que puedan moverse. Una flecha bien dirigida, es lo más difícil de evitar,
porque ni la ven, ni la escuchan, salvo contadas excepciones --
dijo mirando a Mael -- Y si están pensando que ser atacados de este
modo es muy poco probable, lamento decirles que se engañan.
Se
acercó más al grupo, subiéndose la manga de su uniforme de entrenamiento,
dejando de este modo al descubierto una cicatriz en su brazo derecho.
-
Un recuerdo de una flecha Uzky
-- les dijo
Los
chicos miraron con disimulo a Aderyn y a Mael, porque ellos no tenían ni la más
peregrina idea de a qué se había referido Alaric, con aquello de Uzky. Pero fue tal el escándalo de sus mentes, que
el Arzhaelí no tuvo ninguna dificultad en darse por enterado de su ignorancia
al respecto.
-
¿Alguien sabe quiénes son los Uzky? --
preguntó
El
primer impulso de Aderyn fue levantar la mano, pero luego recordó que ya no
estaba en la escuela y dio un paso al frente.
-
McKenzie
-- dijo Alaric dándole permiso
para hablar
-
Señor, los Uzky son una especie de Clan
que habita en las cadenas montañosas Escandinavas. Son salvajes, feroces y
mortalmente peligrosos. Las mayores concentraciones se encuentran en Noruega y
Dinamarca, aunque los investigadores no han llegado a un acuerdo acerca de cuál
de ellas es la más feroz. Según algunos investigadores, los Uzky desaparecieron
hacia mediados del Siglo XVIII, pero aparte de que esto no ha sido validado por
nadie, usted acaba de demostrarnos que no es así.
Como
de costumbre, Danny y Gail la miraban con la boca abierta y se preguntaban cómo
demonios hacía para recordar todas esas cosas que ellos ni siquiera recordaban
haber escuchado. Mientras que Sam miraba a Mael con curiosidad, sin duda él
debía saber aquello, ya que Noruega era su tierra natal.
-
Muy bien McKenzie, pero ¿Puede decirme
qué es lo que hace a estos sujetos tan peligrosos? -- le
preguntó
-
Sí señor. Los Uzky son hábiles cazadores
y aunque en teoría pueden alimentarse de cualquier animal e incluso de plantas,
su presa preferida son los seres humanos.
-
¡Demonios! -- fue
inevitable que Danny lo soltara
-
Así es Douglas --
dijo Alaric -- es un calificativo que les sienta bastante
bien. Gracias McKenzie -- y Aderyn volvió a su lugar -- Por
lo que acaban de escuchar, habrán notado que estas criaturas son una de las
especies de predadores más peligrosa y ciertamente no han desaparecido.
-
Claro, a menos que tuviese usted más de
doscientos años -- esta vez había sido Gail quien no había
podido sujetar su lengua
Por un
momento los chicos contuvieron el aliento esperando la reacción del Arzhaelí,
pero esta no llegó.
-
Y le aseguro que no es así,
Natchzhrer -- dijo Alaric
Ellos
estaban seguros que de haberse tratado de Garlan, Gail lo estaría pasando mal
en aquel momento, pero este sujeto en definitiva era mucho menos atorrante,
pero sí hubo algo que quedó flotando en el cerebro de Sam y fue la pregunta de
qué edad tendrían aquellos sujetos, porque recordó claramente que los Arzhvael
envejecían aparentemente con lentitud una vez que alcanzaban la adultez. Hasta
ahora creían que Eowaz era el más anciano que habían conocido, pero le quedó la
curiosidad, y la agregó a las notas mentales que había ido tomando para cuando
pudiese hablar con Iván o en su defecto, con Eowaz.
Alaric
continuó su exposición de la utilidad de aquel instrumento y la importancia de
conocerlo y aprender a manejarlo con corrección, al igual que otras armas que
irían conociendo en el transcurso de su entrenamiento.
-
Como verán, cualquier arma puede resultar
mortal o totalmente ineficaz, todo depende del manejo que seamos capaces de
darle --
finalizó -- ¿Alguna pregunta?
-
Señor
-- dijo Danny y Alaric le
concedió el permiso para hablar -- He comprendido todo lo que ha dicho, pero
tengo una duda. Podemos portar fácilmente nuestras Gwialen y nuestros Athame,
lo que nos permite un desplazamiento sin obstáculos, pero llevar un arco y un
carcaj, creo que resultaría muy incómodo.
-
En su estado natural, sí --
dijo Alaric, y a continuación se llevó la mano al bolsillo y extrajo su
Gwialen -- Asumo que están familiarizados con el conjuro
extensor ¿no? -- y ellos asintieron --
Bien, en este caso solo varía un poco ¡ARK YMESTIN! -- dijo sujetando su Gwialen frente a él
Ante
los asombrados ojos de ellos, apareció un arco de la misma madera de la Gwialen
y en centro el zafiro que había tenido la Gwialen de Alaric en la punta. Luego
volvió su mano con la palma hacia arriba.
-
¡SAGITA! -- y
apareció una flecha en ella
-
¡Wow!
-- dijeron Danny y Gail al mismo
tiempo
-
Como verá Douglas, esto anula la posible
incomodidad de portar un arco.
-
Sí señor, desde luego
-
Y para volverla a su estado original --
dijo Alaric -- otro sencillo conjuro que sin duda conocen ¡GAR!
-- murmuró y el arco desapareció
convertido de nuevo en su Gwialen
Después
de todo esto, los chicos se mostraron más interesados en el asunto y Alaric
pudo avanzar más de prisa en sus lecciones. Cuando les tocó hacer la práctica y
luego de haber recibido las correspondientes indicaciones cómo agarrar el arco
y cómo pararse correctamente, comenzaron las chicas.
-
McKenzie
-- llamó a Aderyn
La
chica se paró frente a él con algo de nerviosismo, hizo la transformación de su
Gwialen sin problemas, pero antes de lograr disparar, él corrigió su postura.
-
Separe un poco más las piernas y sujételo
con firmeza -- le dijo apretando su mano
Las
primeras flechas dieron muy lejos de dónde se suponía debían hacerlo, pero a la
quinta logró dar en el blanco, aunque la flecha rebotó sin clavarse en él.
Luego
vino el turno de Diandra y para asombro de todos, no solo no le corrigió nada
en su postura, sino que dio en el blanco al tercer intento y en el sexto la
flecha se clavó en él.
-
Esa es mi chica --
dijo Danny por lo bajo muy contento
-
¿Cómo puedes alegrarte? --
murmuró Gail
-
Pues porque lo hizo maravillosamente
bien.
-
Claro, siempre que no decida practicar
contigo utilizándote de diana -- le
dijo Gail con sorna
Llegó
el turno de Sam y Alaric miró con curiosidad su Gwialen, pidiéndosela y
examinándola detenidamente.
-
Curiosa combinación -- le
dijo --
supongo que sabe que tiene una Gwialen muy poderosa --
pero ella se limitó a mirarlo con curiosidad --
Madera de Saille, nuestro árbol sagrado, pocas Gwialen se fabrican con
esa madera y menos aún tienen en su punta un diamante
Como
Sam no sabía si debía decir algo o no, se limitó a emitir una tímida sonrisa y
continuó el ejercicio. Sin embargo, el volvió a interrumpirla.
-
Zurda
-- dijo al verla sujetar la
Gwialen con la izquierda -- igual que Dan, veremos si tiene su mismo nivel de destreza.
En
este punto, los gemelos lo miraron con asombro y no tanto porque aquel
individuo hubiese conocido a su padre, lo que a fin de cuentas era lógico, sino
porque siempre que alguien mencionaba a sus padres, ellos sentían el mismo
dolor sordo en el pecho y en esta ocasión les sorprendía saber que era hábil en
el manejo de aquel objeto.
-
¿Mi padre era bueno manejando el
arco? -- preguntó ella
-
Su padre era bueno en muchas cosas, pero
ahora concentrémonos en usted -- le dijo él
Después
de dos intentos fallidos, Alaric se paró tras ella, corrigió la posición de su
cabeza, niveló los brazos y susurró cerca de su oído:
-
Mantén tu vista fija en donde quieres que
llegue el tiro, pero siempre apunta un poco más arriba de éste y lo más
importante, relaja tu respiración.
Sam
hizo lo que él le indicó, cerró brevemente sus ojos mientras lograba que su
respiración se acompasase, apuntó y disparó. La flecha dio en la diana, aunque
muy cerca del borde, pero igual se sintió feliz de haberlo conseguido.
Gail
tenía excelente vista pero tuvo problemas con su fuerza y rompió la cuerda del
arco en un par de ocasiones. Sin embargo, acertó en varias oportunidades.
-
Sugiero esforzarse más en el control de
su fuerza, Natchzhrer -- le dijo Alaric
Danny
por su parte, demostró tener una excelente puntería pero nada de paciencia, por
lo que los cinco primeros tiros terminaron en una maldición.
-
Douglas, o controla su mal genio, o
difícilmente acertará la diana aunque la tenga a dos metros de distancia.
Como
era de esperarse, esto no contribuyó a mejorar la situación, pero Sam acudió en
ayuda de su hermano.
-
Danny
puedes hacerlo, solo ten calma y no te apresures
El
chico prestó atención a la recomendación de su hermana y finalmente acertó de lleno
en el centro, aunque eso sucedería solo dos veces.
-
Bien Douglas, pero es necesario que
trabaje su control -- le dijo Alaric --
Berserker, su turno
-
¿Qué le sucede al cachorro? --
preguntó Gail en voz baja, lo que le indicó a Sam que ella no era la
única que lo había notado -- No ha dicho una sola palabra en todo el rato
-
Se supone que no debemos hablar mientras
estamos recibiendo instrucción, Gail
-- dijo Aderyn
-
Pero igual lo hacemos, sin embargo… --
pero se calló muy de prisa cuando Alaric se dirigía a Mael
-
Veamos Berserker -- le
estaba diciendo -- ¿Necesita preguntar algo?
La
pregunta venía dada, porque esta era la primera vez que Mael asistía a la
clase, ya que en las dos anteriores oportunidades, había estado cumpliendo
castigo con Garlan.
-
No señor
-- contestó el chico y realmente
era cierto
Mael
tomó su arco, apuntó y a la primera acertó en el centro de la diana. Los chicos
no pudieron evitar lanzar un grito de alegría, pero la mirada severa de Alaric
los hizo callar de inmediato.
-
¡Infeliz!
-- murmuró Gail -- Ni
siquiera podemos alegrarnos
-
Puede alegrarse cuanto desee,
Natchzherer, solo que puede estar apresurándose a ello --
dijo Alaric
Todos
se quedaron de piedra, porque aquello suponía que aquel individuo había podido
escuchar “todo” lo que habían dicho antes, y aunque no habían dicho nada malo,
les quedó claro que realmente no debían hablar.
-
Bien Berserker, probemos de nuevo --
ordenó Alaric
Resultó
que la alegría de los chicos estaba plenamente justificada, Mael acertó todos y
cada uno de los tiros, e incluso una de las flechas partió a otra al ir a clavarse en el mismo lugar.
-
Muy bien Berserker. La pregunta es -- le
dijo Alaric -- ¿Ya había practicado antes?
-
No señor, pero mi padre sí, de modo que
conozco bien la técnica -- contestó él
-
¿Está seguro? --
insistió el Arzhaelí -- El conocimiento teórico no proporciona esa
habilidad, de modo que por… -- pero se detuvo bruscamente como si hubiese
recordado algo y miró durante unos segundos a Mael antes de hablar de
nuevo --
Entiendo -- lo que sorprendió a los chicos ¿entendía qué? -- Ya
pueden retirarse, por hoy hemos terminado
Ellos
se alinearon rápidamente, adoptaron posición de firmes y él les hizo señas de
que podían marcharse.
-
Eso estuvo increíble cachorro --
decía Diandra mientras caminaban hacia el edificio
-
Realmente eres muy bueno --
agregó Aderyn, pero se detuvieron y la chica miró a los demás -- ¿Y
a ustedes qué les pasa?
-
Nada
-- dijo Gail -- En
verdad estuviste genial cachorro, pero…
-
¿Qué fue todo eso? --
completó Danny
Mael
suspiró, cerró los ojos un momento y luego los abrió mirándolos a todos.
-
Podemos hablar de esto luego -- le
dijo Sam y los demás la miraron con extrañeza
Al
parecer ella era la única que había notado que fuera lo que fuese lo que Mael
tuviera que decir al respecto, no le producía placer alguno. Pero él le dedicó
una sonrisa triste y miró a los demás.
-
La mayor parte de mis antepasados se
dedicaban a cazar Uzkys -- les
dijo --
A pesar de que crecí viendo a papá manejar el arco, nunca tuve uno en
mis manos, se suponía que iba a comenzar a enseñarme cuando cumpliese diez
años, pero… bueno, ya nunca pudo hacerlo.
Todos
se sentían terriblemente mal, Mael nunca hablaba de su familia y ellos evitaban
mencionarlo. Sabían que su madre había muerto cuando él tenía solo cuatro años
y que al morir su padre, había quedado solo en el mundo. Por lo tanto entendían
que aquel era un tema delicado que era mejor evitar. Por otro lado no les
sorprendió mucho que la familia de Mael se dedicase a cazar a aquellos “bichos”
siendo que como dijo Aderyn, eran originarios de Escandinavia y Mael había
nacido en Noruega, de manera que Gail decidió quitar peso a la situación, pero
Aderyn se le adelantó con algo que tenía atravesado en la garganta.
-
Mael, el nombre de tu padre era…
-
Elouen Berserker --
dijo él
-
¡Por todos los cielos! --
exclamó ella
-
¿Qué?
-- preguntó Danny que no entendía
nada
-
Lo mencionan en Hechos Insólitos -- dijo ella
y no estaba segura de continuar, pero como Mael no dijo nada, lo
hizo --
El señor Berserker se presentó a una justa de armas Medievales y por su
actuación, está clasificado como el único con una marcación tan alta en la historia
-
Espera, espera --
dijo Danny -- ¿Una justa? ¿Marcación? ¿De qué hablas?
-
Una justa es un torneo que se practicaba
en la edad media, donde los caballeros medían sus habilidades de caballería, es
decir, se enfrentaban con las armas de la época. Ahora eso es una especie de…
-
Es un espectáculo de circo --
dijo Mael con desprecio -- si papá se presentó,
fue porque el necio de mi abuelo, el padre de mamá, lo puso como estúpida
condición para acceder al compromiso entre papá y mamá.
-
De acuerdo, pero ganó ¿no? --
insistió Danny
-
Y por mucho --
dijo Aderyn -- le acertó a una diana a… no recuerdo
exactamente la distancia… -- eso sí era insólito, pensaron Danny y Gail
-
Quinientos metros -- aportó Mael
-
¡Demonios! --
exclamaron Danny y Gail
-
Desde entonces, es la figura emblemática
de los que practican el deporte -- concluyó Aderyn
-
Bueno cachorro, pero debe alegrarte que
entre tu habilidades esté la de manejar el arco tan bien, eso es genial -- le
dijo
-
No Gail, no es genial --
contestó él para sorpresa de ellos
-- Y te aseguro que para nosotros
no era ningún deporte, era una cuestión de supervivencia. Como saben yo nací en
Noruega y la zona donde vivíamos estaba infestada de Uzkys, por lo que mi
familia se vio obligada a perseguirlos, porque o los cazaban o nos cazaban.
Supongo que recuerdan que cuando fueron a visitarme al Castillo --
dijo mirando a los gemelos y a Gail porque las McKenzie no habían estado
allí --
no podíamos salir de los límites de la propiedad -- los
chicos asintieron -- No era porque estuviésemos en invierno, sino
por la peligrosidad de hacerlo.
Guardaron
silencio por un breve lapso de tiempo, asimilando todo aquello.
-
Bueno cachorro --
insistió Gail -- aun así creo que debes alegrarte de poder
manejar tan bien el arco.
-
Me alegraría más si eso me hubiese
servido para salvar a mi madre -- dijo con ira y los demás lo miraron
estupefactos -- Mis padres fueron a visitar a mis abuelos,
porque mi abuela estaba enferma y me dejaron en el Castillo, pero en un súbito
y despiadado ataque de Uzkys, arrasaron
prácticamente con toda la población. Eran muy pocos los que manejaban el arco,
de modo que casi no hubo sobrevivientes, entre ellos mi padre y nunca pudo
perdonarse el no haber podido salvar a mamá, ni siquiera pudo recuperar su
cuerpo, no tuvimos ni una miserable tumba donde llorarla. Y sé positivamente
que papá habría preferido morir ese mismo día aunque eso hubiese significado
dejarme huérfano mucho antes.
Mael
les dio la espalda y se marchó, pero Sam corrió tras él mientras que los demás
se miraban con pena.
-
Un momento --
dijo Gail -- La madre de Mael era una Arzhvael ¿cierto? -- y
Aderyn asintió -- entiendo que tal vez la población donde
vivían sus abuelos, no hubiese sido totalmente Arzhvael, pero en momentos de confusión
como esos, nadie habría notado si usaban sus Gwialen.
-
Es cierto Gail, pero hay un par de
problemas con eso -- dijo Aderyn
-- Primero, acertarle a un Uzky
es bastante difícil porque son extraordinariamente rápidos. Y segundo, que
solo hay dos formas de matarlos, con fuego o con una flecha envenenada.
-
¡Maldición! Espero no toparme con uno de
esos nunca -- deseó Gail
-
Uno no sería tan problemático, suponiendo
que fueses hábil y pudieses engañarlo, porque no son muy brillantes. El
problema es que nunca van solos.
-
¿Sabes si quedan muchos? --
preguntó Danny
-
Pues se suponía que estaban extintos,
pero ya ves -- le contestó ella --
Como dice Eowaz, la gente niega la existencia de aquello a lo que le
teme.
Llegaron
al edificio y se fue cada uno a su área pensando que hasta las pequeñas
alegrías, como habría sido el hecho de que Mael destacara con el arco, estaban
enturbiadas por la tragedia.
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