La Magia de Arzhvael

La Magia de Arzhvael
¿Qué es el destino? El destino es un conjunto de hechos inevitables o ineludibles, y existen distintas interpretaciones a cerca de él. Desde el punto de vista religioso, el destino es un gran plan creado por Dios y que no puede ser modificado por nada ni por nadie, algo que se contradice de entrada, con su concepto de libre albedrío. La filosofía en cambio le da un significado algo más amplio. Aceptando que nada sucede por azar, que nada se crea de la nada y que todo tiene una causa, entonces es porque estaba predestinado a suceder desde el momento en el que surgió la causa primaria. Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos resumir la cuestión, en que el señor destino, es una sucesión de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo y cuyas consecuencias afectan al futuro, porque las acciones presentes son consecuencia de otras pasadas y de ellas derivaran las futuras… Adentrémonos pues, en las vidas, acontecimientos y decisiones que han tomado nuestros protagonistas, y veamos que misterios, aventuras o desventuras traerá consigo… El Destino

domingo, 11 de mayo de 2014

Cap. 03 Unas Buenas y Otras No Tanto…


Al día siguiente del cumpleaños de los chicos, Giulian despertó con un brutal dolor de cabeza que le impidió salir de la cama, algo de lo que nadie se había percatado hasta que Sam, luego de que todos habían desayunado ya, incluidos Danny y Gail que siempre eran los últimos, preguntó por su padrino.

-         Debe estar durmiendo aún  --  dijo Eve  --  toda su vida fue un problema hacerlo levantar a una hora decente y si a eso se sumaba el haber andado de fiesta, ya podíamos olvidarnos de él por lo menos hasta el final de la tarde.

Sin embargo, Iván tenía información adicional que su hermana no manejaba, y era el hecho de que Giulian había estado no solo despierto hasta casi el amanecer, sino que había bebido como un cosaco a causa de su preocupación por Samantha y Casander.

Cerca de mediodía, Sam decidió que algo no estaba bien en relación a Giulian y eso la preocupaba. De modo que dejó el libro que había estado leyendo y se encaminó a la habitación del gemelo.

Samantha era un modelo de educación y buenas costumbres, pero tenía el muy mal hábito de entrar sin llamar y  aquella no fue la excepción. No obstante, lo hizo con sigilo previendo que su padrino pudiese estar dormido. Abrió y asomó la cabeza, todo se veía en penumbra porque aparte de estar en invierno, las cortinas estaban cerradas.

-         ¿Giulian?  --  llamó con suavidad pero nadie respondió

Al no obtener una respuesta, la chica terminó de entrar a la habitación. Cuando sus ojos se adecuaron a la penumbra, pudo notar que Giulian seguía en la cama. Se acercó y se dio cuenta que él seguía dormido.

-         Bueno  --  dijo para sí misma  --  después de todo tal vez Eve tenga razón.

Estaba por dar la vuelta y marcharse, cuando lo escuchó quejarse. Acercó su mano a la frente del hombre retirando el rebelde mechón de cabello que parecía no moverse nunca de allí, lo tocó comprobando de esta forma que no tenía temperatura. Sin embargo, eso no disminuyó su preocupación, porque si bien no tenía fiebre, algo debía dolerle ya que tenía el ceño fruncido y seguía quejándose.  Estaba considerando llamar a Iván, cuando lo escuchó llamarla.

-         ¿Sí?  --  le dijo, pero igual no obtuvo ninguna respuesta

Se acercó un poco más y se fijó que seguía dormido, de modo que debía estar soñando. Se quedó observándolo un rato pero como no volvió a quejarse decidió dejarlo dormir.
Tal y como dijo Eve, Giulian no apareció hasta final de la tarde y tenía un pésimo aspecto. Eve se acercó a él y aunque el gemelo intentó evitarla, no lo consiguió.

-         ¡Giulian Cornwall, has estado bebiendo!  --  le gritó, en opinión de él de forma muy poco caritativa teniendo en cuenta su dolor de cabeza
-         Vampi, sé misericordiosa  --  le dijo  --  la cabeza me está…
-         Pues merecido te lo tienes
-         Bien  --  dijo entrecerrando los ojos  --  ahora ¿podrías dejar de gritar?

Iván lo agarró por un brazo y lo alejó de la “amenaza”. Pero aquel día no estaba destinado a ser mucho mejor que el anterior para Giulian, porque poco después de la cena, Anton Lèbedev, el padre de Casander, solicitaba conversar con él y con Iván.
Mientras que Iván tenía pocas dudas acerca del tema de conversación, Giulian no se percató hasta que fue demasiado tarde.

El hombre los esperaba en uno de los salones del Castillo que habían destinado como estudio.
-         Les agradezco mucho que me hayan recibido  --  dijo el ruso  --  pero la verdad es que mi hijo puede llegar a ser bastante exasperante.

Aquello confirmó las sospechas de Iván y aumento de forma bestial el dolor de cabeza de Giulian, que había caído en la cuenta de la posible razón de aquella inesperada visita.

-         Como no deseo quitarles mucho tiempo iré directo al punto  --  dijo Anton  --  Estoy seguro de que están al tanto del interés de mi hijo Casander en la señorita Douglas, de modo que he venido a solicitar su autorización para la formalización de un compromiso entre ellos.
-         ¿Está loco Lèbedev?  --  gritó Giulian ignorando la vena que latía dolorosamente en su sien  --  ¡Son niños!
-         Cornwall, estoy razonablemente seguro de que sabe que según nuestras costumbres, ya están en edad de asumir un compromiso. No estamos hablando de matrimonio, eso no será posible hasta que él tenga dieciocho y ella diecisiete, a menos que, claro está, todos estuviésemos de acuerdo.
-         Cosa que no sucederá  --  aseguró Giulian cada vez más furioso
-         ¿Disculpe?

Iván consideró que había llegado el momento de intervenir, antes de que las cosas se pusiesen realmente mal y fuese inmanejable la situación, y conociendo a Giulian no estaban muy lejos de eso.

-         Anton, estamos seguros que Casander es un excelente joven  --  comenzó  --  sin embargo, antes de tomar una decisión debemos conversar con Samantha, pero le doy mi palabra que en cuanto lo hayamos hecho y si ella está de acuerdo, no tendremos ningún problema en aceptar esa relación.
-         De acuerdo  --  aceptó Anton  --  me parece razonable.

El hombre había mirado en dirección a Giulian esperando algún comentario pero éste no llegó. Había tenido la acertadísima impresión de que él no estaba muy de acuerdo con el asunto, sin embargo, no agregó nada a las palabras de Iván, ni a favor ni en contra, de  modo que Anton les agradeció su atención y con cierto pesar, porque Giulian parecía enfermo, se despidió disculpándose nuevamente por lo intempestivo de la visita.

Una vez solos, Iván se volvió hacia Giulian. Se sentía culpable de haberle hecho aquello a su amigo. Rara vez Iván utilizaba sus poderes mentales de aquella manera, pero si no hubiese  neutralizado a Giulian, probablemente aquella entrevista habría terminado en un innecesario enfrentamiento entre los dos hombres.

-         ¡Eres un maldito infeliz!  --  le gritó Giulian  --  ¿Qué hiciste?
-         ¡Cálmate!  --  le ordenó  --  Solo evité que hicieras el idiota.
-         ¿Dónde está Lèbedev?  --  preguntó caminando hacia la puerta
-         Se ha marchado,  tú te quedarás donde estás y me escucharás  --  dijo Iván al tiempo que sellaba la puerta.

Giulian se volvió y lo miró con ira pero pareció decidir que no necesitaba de su permiso para salir tras aquel individuo. Sin embargo, se equivocaba tristemente al pensar que Iván iba a permitirlo. Giulian era poderoso y hábil, pero Iván no lo era menos. Ciertamente era más sosegado y menos violento, pero cuando lo provocaban podía resultar tan peligroso como él e incluso más, de modo que cuando Giulian intentó derribar la puerta se sintió arrastrado por una fuerza invisible que lo hizo chocar contra una de las estanterías. Fue un ataque no esperado, por lo que quedó en una posición desventajosa.

-         Ahora, hazme le favor de recurrir a lo poco que te quede de juicio, si es que alguna vez has tenido algo y escúchame  --  dijo Iván de la manera más calmada que pudo  --  No conseguirás nada negándote a la petición de Lèbedev, si Samantha se siente atraída por ese chico ¿crees realmente que podrás evitarlo? Porque si es así, eres más necio de lo que imaginaba y te sugiero recordar de “quién” es hija. Tú mejor que nadie sabe que no hay nada ni nadie que pueda evitar que un Douglas, sea hombre o mujer, haga lo que piense, quiera o deba hacer.

Aunque Giulian buscaba frenéticamente cómo rebatir aquello, era una batalla perdida. Iván tenía razón, Samantha era hija de Dan y si había habido un ser terco en este mundo, ese era Daniel Douglas.

-         Suponiendo, solo suponiendo, que eso fuese cierto, Sam aún es muy…
-         Evítame el lamentable espectáculo de exhibir ante mí tu idiotez diciendo que es una niña, porque sabes tan bien como yo que no es así  --  lo interrumpió  --  ¿O es que tendré que recordarte que nuestros ancestros comprometían a sus hijas a la edad de doce años? Ya es un logro de la civilización moderna, haber retrasado las bodas hasta los diecisiete, así que no compliques más las cosas. Le dije a Lèbedev que primero hablaríamos con Sam y si ella está de acuerdo entonces veremos.

Giulian se llevó las manos a la cabeza y cerró con fuerza los ojos. Su dolor de cabeza había empeorado de forma salvaje.

-         Vamos Giulian, no es el fin del mundo  --  le dijo  --  Está bien que nos preocupemos por su bienestar, pero no podemos evitar que se enamore.

Aunque el gemelo no estaba muy convencido con ese argumento, no le quedó más opción que tranquilizarse, si le esperaba una conversación con Sam al respecto, debía conservar la calma.

A pesar de que habían comprendido que los Lèbedev parecían tener cierta prisa por recibir una respuesta, llegó el día de navidad y aún no habían conversado con Sam. Giulian siempre tenía una excusa para no hacerlo, de modo que Iván se dijo a sí mismo que con Giulian o sin él, tendría esa conversación con Sam, después de todo él era su tutor pero esa noche durante la cena de navidad, otros dos asuntos vinieron a modificar sus planes.

-         Luego de finalizadas las fiestas tenemos trabajo que hacer  --  dijo Eowaz

Los chicos que habían estado conversando animadamente, hicieron silencio y prestaron atención. Ya hacía tiempo que los Arzhaelíes se habían acostumbrado a discutir los problemas, planes o misiones en presencia de ellos. 

-         ¿De qué se trata?  --  preguntó Delos

Pero Eowaz miró a Giulian, a Eve y a Jonathan, lo que produjo la inmediata tensión de varios de los presentes. A Delos no le cabía la menor de duda de que fuese lo que fuere, no iba a gustarle que Eve estuviese involucrada. Vlad por su parte no estaba dispuesto a permitir que ella corriese ningún riesgo precisamente ahora. Anne, aunque no le había quedado más remedio que acostumbrarse a la idea de que sus hijos tenían una profesión peligrosa, aún le resultaba muy duro cada vez que los veía partir y en el caso particular de Jonathan, esa preocupación aumentaba mucho, porque sus misiones generalmente eran en compañía de Giulian y eso por definición ya era peligroso.  Y Sam sufría más o menos los mismos temores de Anne y cada vez que Giulian se iba ella se preguntaba si lo volvería a ver, ya que tenía muy claro que aquel individuo parecía carecer por completo del adecuado gusto por conservar la vida.

-         La situación ha empeorado mucho para algunas familias. Los niños desaparecen ahora en un número muy superior con relación a años pasados y aunque hay desapariciones de adultos, las de los niños las superan por mucho. Según los últimos informes que tenemos, las mujeres embarazadas ya comienzan a negarse a dar a luz a sus hijos en Edernez, porque justamente de allí es de dónde han desaparecido la mayoría de los niños.
-         Para ir a parar al Laboratorio de ese desgraciado  --  dijo Giulian con ira

Aquel era un tema especialmente sensible para el Arzhaelí, ya que personalmente había pasado por la experiencia de ser utilizado como sujeto de experimentación y sabía perfectamente de los sádicos métodos utilizados por Bastian y su equipo de “investigadores”

-         Eso es lo que suponemos  --  reconoció Eowaz  --  De manera que Iván, Delos y Peter  --  dijo mirándolos  --  deberán vigilar atentamente y por un tiempo prudencial, al personal de Edernez, y de ser posible encontrar pistas que nos conduzcan a la cadena de tráfico. Y ustedes  --  dijo volviendo la mirada hacia Giulian, Eve y Jonathan  --  como de costumbre deben infiltrarse entre los Firbolg, porque aparte de que también están sufriendo importantes pérdidas, estamos convencidos que el Laboratorio de Nurión se encuentra en algún lugar de su mundo. Él sabe perfectamente que es donde estaría mejor protegido de nosotros  --  hizo una pausa y agregó  -- Vlad, tú junto con Dorila y Jason, ya saben lo que tienen qué hacer con la información que pueda proporcionarles el grupo de Iván.

Los chicos ya sabían que Vlad y su grupo eran expertos en rastreo, así como Iván lo era en descubrir cosas y manipular ciertas mentes hasta conseguir lo que buscaba. En tanto que Giulian y los suyos, utilizaban muy bien su encanto personal lo que los hacía sumamente peligrosos, porque si resultaban irresistibles para los Arzhvaels, los Firbolg no tenían ninguna oportunidad.

-         Estoy de acuerdo con todo Eowaz  --  dijo Vlad  --  pero Eve no podrá participar de esto.

Después que dijo aquello, todos lo miraron con asombro. Delos, aunque siempre se oponía a que Eve participase en nada que supusiera la compañía de un Cornwall y más aún si ese Cornwall era Giulian, pensó que el gemelo definitivamente había perdido el juicio como para decir aquello estando sentado al lado de Eve. Los chicos por su parte comenzaron a contar, estaban seguros que Eve no tardaría en comenzar a gritar a Vlad. Pero a Sam y a Mael no se les escapó la sonrisa de Iván y dificultaban que fuese una burla anticipada. Pero pasados los primeros segundos, el desconcierto se reflejó en la voz de Giulian.

-         ¿Vampi?

Y para mayor asombro de todos los presentes, Eve no solo no dijo nada, sino que sonrió y sus mejillas adquirieron un sospechoso tono escarlata.

-         ¿Hay algo que deberíamos saber?  --  preguntó Eowaz mirando a la pareja
-         Sí señor  --  dijo Vlad
-         Estoy embarazada  --  anunció Eve

Se hizo un silencio absoluto pero solo durante el tiempo que tardó aquella información en penetrar los cerebros de todos, porque una vez que fue procesada estalló el pandemónium. Anne y las chicas habían lanzado un grito de salvaje felicidad y habían corrido a abrazar a la pareja, mientras que los chicos se miraban entre sí con los ojos muy abiertos.

-         ¿Un bebe?  --  dijo Gail
-         Así parece  --  dijo Mael
-         Acaban de destronarte hermano  --  opinó Danny mientras reía de la cara de Gail

Por otro lado, Giulian se había puesto de pie apenas Eve había terminado de hablar, pero no había pasado de allí, la estupefacción lo había paralizado. Sin embargo, tampoco le duró mucho, aunque a diferencia de los demás, en lugar de dirigirse hacia su hermano y su cuñada, miró a Iván.

-         ¡Eres un infeliz desgraciado!  --  le gritó y todos voltearon a mirarlo  --  Tú sabías esto  --   y no era ni una pregunta, ni una simple afirmación, era una acusación
-         Así es  --  reconoció él  --  pero como comprenderás no me correspondía a mí decirlo, aparte de que en mi defensa debo decir que lo supe recién anoche.
-         ¿Y tú?  --  dijo Giulian volviéndose hacia su hermano  --  ¿Por qué no me lo habías dicho?
-         Pues si te sirve de consuelo, yo me enteré incluso después que Iván  --  se defendió el gemelo
-         Ya cállate Giulian y ven a darme un abrazo que voy a hacerte tío  --  dijo Eve

Finalmente Giulian hizo a un lado su enojo por lo que calificaba de “falta de consideración” al no haber sido notificado de su nuevo status de tío y soltando una alegre carcajada abrazó y beso a su cuñada.

-         Ustedes los Natchzhrer están empeñados en endilgarme el cartel de tío a como de lugar.
-         Pues ya que es improbable que alguna mujer en su sano juicio te haga padre, deberías alegrarte de tener sobrinos  --  dijo malignamente Jonathan
-         ¿Belenus[1] renegando del fuego?  --  dijo Anne mirando a su hijo
-         Creo que eres el menos indicado para hablar de ello hijo  --  dijo Peter sonriendo
-         Aún recuerdo una larga lista de chicas que no guardan un buen recuerdo tuyo  --  dijo Liz  --  encabezada por…
-         ¡Ya!  --  dijo Jonathan  --  Ya capté la idea Liz, gracias

Después que todos felicitaron a la pareja, pasaron al Salón y la velada terminó de forma alegre. Pero una vez que Iván estuvo a solas en su habitación, se reprochó el que hubiese pasado otro día sin hablar con Sam.

A la mañana siguiente, se fue derecho a la habitación de Giulian y tiró de las mantas sin ninguna consideración.

-         ¡Ey!  --  protestó el hombre sentándose en la cama  --  ¿Qué?  ¿Se quema Arx o qué?  --  preguntó con disgusto
-         Levántate  --  le dijo  --  tenemos una conversación pendiente con Samantha y lo haremos ahora, si no quieres por mí está bien, pero lo haré yo entonces contigo o sin ti.

Giulian salió de la cama y entró al baño, pero no sin lanzarle una mirada asesina primero. En cuanto estuvo listo y antes de salir de la habitación se dirigió a Iván.

-         De acuerdo, pero no veo la necesidad de despertarla para…
-         No vamos a despertarla  --  lo interrumpió Iván  --  sabes tan bien como yo que se levanta temprano. De modo que la esperaremos abajo.
-         ¿Y pretendes que le hablemos de esto delante de todos los demás?  --  preguntó escandalizado
-         Por supuesto que no Giulian, pero aparte de que es muy improbable que haya nadie más, si fuese el caso, lo haríamos en el estudio. Así que deja de dar vueltas y vamos de una vez.

Efectivamente y como dijo Iván, solo se encontraron con Eowaz que en ese momento se levantaba de la mesa y a los pocos minutos Sam hizo su aparición.

Estaban los tres solos en el desayunador, Iván miró a Giulian y éste frunció el entrecejo, pero antes de que Iván abriese la boca, lo hizo él.

-         Princesa, hay algo que queríamos hablar contigo.

La chica miró a uno y a otro con curiosidad pero no dijo nada y esperó a ver qué era lo que  tenían que decirle.

-         Verás… --  resultaba gracioso ver a aquel hombre quedarse sin palabras  --  se trata de…de Casander Lèbedev  --  dijo por fin.

Samantha se puso tensa. Miró a Giulian y a Iván pero adoptó una expresión hermética que ya el segundo conocía bien, porque ambos chicos lo habían heredado de su padre

-         ¿Qué pasa con él?   --  preguntó la chica
-         Dímelo tú.
-         Nada, no pasa nada  --  contestó tajante.
-         ¿Es que no confías en nosotros?  -- preguntó Iván 
-         Princesa, yo…yo los vi en el jardín cuando…

Iván cerró los ojos y se preguntó si habría sido buena idea dejar a Giulian participar en aquella conversación.

-         Linda  --  dijo Iván intentando suavizar la intervención de Giulian  --  no te estamos presionando, es solo que nos gustaría que confiaras en nosotros y sobre todo…
-         He dicho que no pasa nada --  lo interrumpió Sam con voz fría  --  Yo sí confío en ustedes  --   agregó  --   pero si no les dije nada, es porque después de eso no pasó nada más, por lo tanto no había nada que contar  --  concluyó.

Y se levantó sin haber probado bocado. Iván no sabía qué pensar y Giulian al principio cuando la escuchó sintió un gran alivio, pero al ver su actitud se preguntó si estaría ocultándoles algo. Recordó lo que les había dicho la madre Cecilia acerca de lo difícil que podía resultar cuidar de una adolescente y se preguntaba si había abordado el asunto de la mejor manera.

Durante los próximos días apenas si vieron a Samantha. La chica pasaba la mayor parte del tiempo en su habitación y ya los chicos comenzaban a preocuparse. Ni siquiera Aderyn ni Diandra, podían hacerle compañía, ya que ella se negaba a estar con nadie. Eve también lo intentó a pedido de Iván, pero obtuvo el mismo resultado. El día antes de año nuevo, Iván y Giulian tuvieron una discusión por aquello.

-         ¡Esto es culpa tuya!  --  terminó gritándole Giulian a Iván  --  No teníamos que decirle nada y mortificarla hasta llevarla a este punto. Te lo dije, te dije que aún es una niña.

Iván estaba de acuerdo y en desacuerdo al mismo tiempo. Ciertamente se sentía culpable, pero no tanto por haber tenido esa conversación con Sam, sino por la forma en que se desarrolló. Pensaba que no debió permitir que fuese Giulian quien planteara la cuestión con su proverbial falta de delicadeza. Del mismo modo que estaba en desacuerdo en cuanto a la edad de Sam, porque ya habían tenido una corta charla al respecto y le había parecido indecisa pero de ningún modo inmadura.

Esa noche Giulian estaba conversando con los chicos pero de pronto Danny se llevó la mano a la cabeza.

-         ¿Qué sucede?  --  preguntó Gail, que llevaba todo el día viéndolo apocado
-         Creo que tengo fiebre  --  dijo él

Diandra se levantó como impulsada por un resorte y acercándose a él le puso la mano en la frente y luego miró a Giulian.

-         Es cierto, está ardiendo  --  dijo la chica
-         Voy a buscar a Iván  --  dijo Aderyn y salió corriendo junto con Gail
-         ¿Te duele algo?  --  le preguntó Giulian
-         No, solo un poco la cabeza  --  le contestó él
-         Te agradecería mucho que no nos fastidiaras el año nuevo Douglas  --  dijo Diandra tan “dulce” como de costumbre, pero en sus ojos podía verse la preocupación
-         Lo tendré en cuenta Di.

Iván llegó a la carrera junto con los chicos, pero apenas había terminado Danny de decirle que no tenía ningún dolor aparte del de la cabeza, cuando apareció Mael sin aliento.

-         Iván, date prisa la nena está ardiendo y no me responde, parece…

Iván terminó de escucharlo pero Giulian no. Apenas Mael había dicho que Sam tenía calentura había corrido hacia las escaleras y ya las subía de tres en tres, antes de que los demás acertaran a moverse. Lo que sí les quedó claro a todos, fue la razón de la repentina fiebre de Danny.

Giulian estaba inclinado sobre Sam y le tenía la mano en la frente cuando los demás llegaron. Danny se acercó a su hermana y comprobó que en realidad estaba muy, pero muy caliente. Iván hizo a un lado a Giulian y la revisó pero no encontró nada que explicara aquella fiebre, de modo que comenzaron a desesperarse. Eve un poco más juiciosa decidió llamar a Alan y en cuanto el Läkare llegó, los mandó a salir a todos y ellos obedecieron, pero a Giulian tuvieron que sacarlo a rastras entre Vlad e Iván. Después de lo que les pareció un tiempo enormemente largo, Alan salió con cara de preocupación.

-         Ya la he revisado y todos sus órganos están en perfecto funcionamiento  --  les dijo  --  de modo que me temo que la señorita Douglas está pasando por una crisis emocional.

Mientras todos se miraban con cara de no haber entendido nada, Giulian tenía verdaderos deseos de matar a alguien y sabía muy bien a quién.

-         Verán  -- trató de explicar Alan  --  en algunas ocasiones, las personas que sufren de algún trastorno emocional lo resienten de forma física. A algunas les duele la cabeza, otros tienen malestares estomacales y en algunos casos se les dispara la temperatura, como es el caso que nos ocupa. Mi consejo es que la vigilen, le den a beber mucho líquido y si no se presenta ningún otro síntoma, la fiebre desaparecerá por sí sola.

Le dieron las gracias y acordando seguir sus instrucciones lo despidieron. A pesar de que todos estaban muy angustiados, tanto las palabras de Alan como las de Iván, los habían tranquilizado un poco. Le dieron a Danny algo para bajar la fiebre y bajaron a cenar. Todos excepto Giulian, quien volvió a la habitación de Sam y al poco rato se le unió Mael. Cerca de medianoche la fiebre había cedido un poco, pero no había desaparecido. Giulian le dijo a Mael que se fuera a descansar pero el chico se negó tercamente a marcharse. Hacia las dos de la madrugada Giulian seguía mirando fijamente a su pequeña princesa que seguía sin despertar. Willow le llevó un poco de té a su amo y lo obligó a beberlo y aunque él no lo notó, era la primera vez que el Nisser no le había colocado nada extraño a la bebida.

El día de año nuevo había amanecido un cielo encapotado. Giulian no se había movido en toda la noche de al lado de la cama. Mael se había quedado dormido en algún momento previo al amanecer, momento que aprovecho Iván al ir a ver a Sam, para llevarlo a su habitación.  Danny, Gail y las chicas pasaron por la habitación, se quedaron un rato y luego bajaron a desayunar. Pasó todo el día y toda la noche y Sam seguía sin despertar. Hacia el amanecer del primer día del año nuevo por fin abrió los ojos.

-         Feliz año nuevo, princesa  --  dijo Giulian.

Ella le sonrió débilmente y expresó su deseo de levantarse, así que Giulian luego de comprobar que no tenía fiebre, salió de la habitación y la dejó con Aderyn. Se fue derecho a darse un baño y a cambiarse, llevaba más de cuarenta y ocho horas sin dormir y estaba agotado, pero tenía algo importante qué hacer. Se aseguró de que la chica seguía despierta y de que hubiese comido algo, se despidió y salió.

Su presencia causó cierta sorpresa, pero tratándose de quien se trataba, no opusieron resistencia a su petición.

-         Necesito hablar contigo --  dijo Giulian  --  ¿Puedes acompañarme?

El chico se quedó mirando al hombre con estupefacción pero lo siguió. Caminaron hasta la heladería y se sentaron en una mesa apartada.

-         Quiero saber si te peleaste con Samantha, si sucedió algo desagradable entre ustedes o si le hiciste cualquier cosa que haya podido afectarla emocionalmente  --  dijo con voz peligrosamente baja.
-         No  --  contestó  Casander  --  Desde su cumpleaños prácticamente no la he visto.
-         Quiero saber qué sucedió exactamente   --  dijo Giulian.
-         Si ella no te lo ha contado, no creo que…  --  pero no pudo terminar
-         O me dices qué sucedió o lo lamentarás el resto de tu vida   --  dijo Giulian con voz amenazante.

El chico le dijo que estaba enamorado de Sam pero que ella simplemente le había dicho que aún no sentía nada por él. Sí, era cierto que él la había besado el día de su cumpleaños pero ella no correspondió a ese beso y hasta ahí había llegado todo.

-         Y como bien sabe  --  le dijo para concluir  --  Aún estamos esperando su respuesta.
-         ¿Por qué insistes si ya te dijo que no está enamorada de ti?
-         Dijo que “aún” no lo estaba  --  dijo el chico  --  Y no pienso renunciar  --  agregó de manera desafiante.

Las vacaciones de navidad terminaron y los chicos comenzaron las actividades normales del colegio. Giulian no volvió a preguntarle nada a Sam acerca de lo que le sucedía, pero algo le decía que su última conversación había desencadenado la fiebre de la chica y aunque seguía  preguntándose por qué, seguía sin tener idea de qué era lo que había dicho para eso.




[1]  Belenus, Dios del Fuego de los Celtas

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