Al día
siguiente del cumpleaños de los chicos, Giulian despertó con un brutal dolor de
cabeza que le impidió salir de la cama, algo de lo que nadie se había percatado
hasta que Sam, luego de que todos habían desayunado ya, incluidos Danny y Gail
que siempre eran los últimos, preguntó por su padrino.
-
Debe estar durmiendo aún --
dijo Eve -- toda su vida fue un problema hacerlo levantar
a una hora decente y si a eso se sumaba el haber andado de fiesta, ya podíamos
olvidarnos de él por lo menos hasta el final de la tarde.
Sin
embargo, Iván tenía información adicional que su hermana no manejaba, y era el
hecho de que Giulian había estado no solo despierto hasta casi el amanecer,
sino que había bebido como un cosaco a causa de su preocupación por Samantha y
Casander.
Cerca
de mediodía, Sam decidió que algo no estaba bien en relación a Giulian y eso la
preocupaba. De modo que dejó el libro que había estado leyendo y se encaminó a
la habitación del gemelo.
Samantha
era un modelo de educación y buenas costumbres, pero tenía el muy mal hábito de
entrar sin llamar y aquella no fue la
excepción. No obstante, lo hizo con sigilo previendo que su padrino pudiese
estar dormido. Abrió y asomó la cabeza, todo se veía en penumbra porque aparte
de estar en invierno, las cortinas estaban cerradas.
-
¿Giulian?
-- llamó con suavidad pero nadie
respondió
Al no
obtener una respuesta, la chica terminó de entrar a la habitación. Cuando sus
ojos se adecuaron a la penumbra, pudo notar que Giulian seguía en la cama. Se
acercó y se dio cuenta que él seguía dormido.
-
Bueno
-- dijo para sí misma --
después de todo tal vez Eve tenga razón.
Estaba
por dar la vuelta y marcharse, cuando lo escuchó quejarse. Acercó su mano a la
frente del hombre retirando el rebelde mechón de cabello que parecía no moverse
nunca de allí, lo tocó comprobando de esta forma que no tenía temperatura. Sin
embargo, eso no disminuyó su preocupación, porque si bien no tenía fiebre, algo
debía dolerle ya que tenía el ceño fruncido y seguía quejándose. Estaba considerando llamar a Iván, cuando lo
escuchó llamarla.
-
¿Sí?
-- le dijo, pero igual no obtuvo
ninguna respuesta
Se
acercó un poco más y se fijó que seguía dormido, de modo que debía estar
soñando. Se quedó observándolo un rato pero como no volvió a quejarse decidió
dejarlo dormir.
Tal y
como dijo Eve, Giulian no apareció hasta final de la tarde y tenía un pésimo
aspecto. Eve se acercó a él y aunque el gemelo intentó evitarla, no lo
consiguió.
-
¡Giulian Cornwall, has estado
bebiendo! -- le gritó, en opinión de él de forma muy poco
caritativa teniendo en cuenta su dolor de cabeza
-
Vampi, sé misericordiosa -- le
dijo --
la cabeza me está…
-
Pues merecido te lo tienes
-
Bien
-- dijo entrecerrando los
ojos --
ahora ¿podrías dejar de gritar?
Iván
lo agarró por un brazo y lo alejó de la “amenaza”. Pero aquel día no estaba
destinado a ser mucho mejor que el anterior para Giulian, porque poco después
de la cena, Anton Lèbedev, el padre de Casander, solicitaba conversar con él y
con Iván.
Mientras
que Iván tenía pocas dudas acerca del tema de conversación, Giulian no se
percató hasta que fue demasiado tarde.
El
hombre los esperaba en uno de los salones del Castillo que habían destinado
como estudio.
-
Les agradezco mucho que me hayan
recibido -- dijo el ruso
-- pero la verdad es que mi hijo
puede llegar a ser bastante exasperante.
Aquello
confirmó las sospechas de Iván y aumento de forma bestial el dolor de cabeza de
Giulian, que había caído en la cuenta de la posible razón de aquella inesperada
visita.
-
Como no deseo quitarles mucho tiempo iré
directo al punto -- dijo Anton
-- Estoy seguro de que están al
tanto del interés de mi hijo Casander en la señorita Douglas, de modo que he
venido a solicitar su autorización para la formalización de un compromiso entre
ellos.
-
¿Está loco Lèbedev? --
gritó Giulian ignorando la vena que latía dolorosamente en su sien --
¡Son niños!
-
Cornwall, estoy razonablemente seguro de
que sabe que según nuestras costumbres, ya están en edad de asumir un
compromiso. No estamos hablando de matrimonio, eso no será posible hasta que él
tenga dieciocho y ella diecisiete, a menos que, claro está, todos estuviésemos
de acuerdo.
-
Cosa que no sucederá --
aseguró Giulian cada vez más furioso
-
¿Disculpe?
Iván
consideró que había llegado el momento de intervenir, antes de que las cosas se
pusiesen realmente mal y fuese inmanejable la situación, y conociendo a Giulian
no estaban muy lejos de eso.
-
Anton, estamos seguros que Casander es un
excelente joven -- comenzó
-- sin embargo, antes de tomar
una decisión debemos conversar con Samantha, pero le doy mi palabra que en
cuanto lo hayamos hecho y si ella está de acuerdo, no tendremos ningún problema
en aceptar esa relación.
-
De acuerdo --
aceptó Anton -- me parece razonable.
El
hombre había mirado en dirección a Giulian esperando algún comentario pero éste
no llegó. Había tenido la acertadísima impresión de que él no estaba muy de
acuerdo con el asunto, sin embargo, no agregó nada a las palabras de Iván, ni a
favor ni en contra, de modo que Anton
les agradeció su atención y con cierto pesar, porque Giulian parecía enfermo,
se despidió disculpándose nuevamente por lo intempestivo de la visita.
Una
vez solos, Iván se volvió hacia Giulian. Se sentía culpable de haberle hecho
aquello a su amigo. Rara vez Iván utilizaba sus poderes mentales de aquella
manera, pero si no hubiese neutralizado
a Giulian, probablemente aquella entrevista habría terminado en un innecesario
enfrentamiento entre los dos hombres.
-
¡Eres un maldito infeliz! -- le
gritó Giulian -- ¿Qué hiciste?
-
¡Cálmate!
-- le ordenó --
Solo evité que hicieras el idiota.
-
¿Dónde está Lèbedev? --
preguntó caminando hacia la puerta
-
Se ha marchado, tú te quedarás donde estás y me
escucharás -- dijo Iván al tiempo que sellaba la puerta.
Giulian
se volvió y lo miró con ira pero pareció decidir que no necesitaba de su
permiso para salir tras aquel individuo. Sin embargo, se equivocaba tristemente
al pensar que Iván iba a permitirlo. Giulian era poderoso y hábil, pero Iván no
lo era menos. Ciertamente era más sosegado y menos violento, pero cuando lo
provocaban podía resultar tan peligroso como él e incluso más, de modo que
cuando Giulian intentó derribar la puerta se sintió arrastrado por una fuerza
invisible que lo hizo chocar contra una de las estanterías. Fue un ataque no
esperado, por lo que quedó en una posición desventajosa.
-
Ahora, hazme le favor de recurrir a lo
poco que te quede de juicio, si es que alguna vez has tenido algo y
escúchame -- dijo Iván de la manera más calmada que
pudo --
No conseguirás nada negándote a la petición de Lèbedev, si Samantha se
siente atraída por ese chico ¿crees realmente que podrás evitarlo? Porque si es
así, eres más necio de lo que imaginaba y te sugiero recordar de “quién” es
hija. Tú mejor que nadie sabe que no hay nada ni nadie que pueda evitar que un
Douglas, sea hombre o mujer, haga lo que piense, quiera o deba hacer.
Aunque
Giulian buscaba frenéticamente cómo rebatir aquello, era una batalla perdida.
Iván tenía razón, Samantha era hija de Dan y si había habido un ser terco en
este mundo, ese era Daniel Douglas.
-
Suponiendo, solo suponiendo, que eso
fuese cierto, Sam aún es muy…
-
Evítame el lamentable espectáculo de
exhibir ante mí tu idiotez diciendo que es una niña, porque sabes tan bien como
yo que no es así -- lo interrumpió -- ¿O
es que tendré que recordarte que nuestros ancestros comprometían a sus hijas a
la edad de doce años? Ya es un logro de la civilización moderna, haber
retrasado las bodas hasta los diecisiete, así que no compliques más las cosas.
Le dije a Lèbedev que primero hablaríamos con Sam y si ella está de acuerdo
entonces veremos.
Giulian
se llevó las manos a la cabeza y cerró con fuerza los ojos. Su dolor de cabeza
había empeorado de forma salvaje.
-
Vamos Giulian, no es el fin del
mundo --
le dijo -- Está bien que nos preocupemos por su
bienestar, pero no podemos evitar que se enamore.
Aunque
el gemelo no estaba muy convencido con ese argumento, no le quedó más opción
que tranquilizarse, si le esperaba una conversación con Sam al respecto, debía
conservar la calma.
A
pesar de que habían comprendido que los Lèbedev parecían tener cierta prisa por
recibir una respuesta, llegó el día de navidad y aún no habían conversado con
Sam. Giulian siempre tenía una excusa para no hacerlo, de modo que Iván se dijo
a sí mismo que con Giulian o sin él, tendría esa conversación con Sam, después
de todo él era su tutor pero esa noche durante la cena de navidad, otros dos
asuntos vinieron a modificar sus planes.
-
Luego de finalizadas las fiestas tenemos
trabajo que hacer -- dijo Eowaz
Los
chicos que habían estado conversando animadamente, hicieron silencio y
prestaron atención. Ya hacía tiempo que los Arzhaelíes se habían acostumbrado a
discutir los problemas, planes o misiones en presencia de ellos.
-
¿De qué se trata? --
preguntó Delos
Pero
Eowaz miró a Giulian, a Eve y a Jonathan, lo que produjo la inmediata tensión
de varios de los presentes. A Delos no le cabía la menor de duda de que fuese lo
que fuere, no iba a gustarle que Eve estuviese involucrada. Vlad por su parte
no estaba dispuesto a permitir que ella corriese ningún riesgo precisamente
ahora. Anne, aunque no le había quedado más remedio que acostumbrarse a la idea
de que sus hijos tenían una profesión peligrosa, aún le resultaba muy duro cada
vez que los veía partir y en el caso particular de Jonathan, esa preocupación
aumentaba mucho, porque sus misiones generalmente eran en compañía de Giulian y
eso por definición ya era peligroso. Y
Sam sufría más o menos los mismos temores de Anne y cada vez que Giulian se iba
ella se preguntaba si lo volvería a ver, ya que tenía muy claro que aquel
individuo parecía carecer por completo del adecuado gusto por conservar la
vida.
-
La situación ha empeorado mucho para
algunas familias. Los niños desaparecen ahora en un número muy superior con
relación a años pasados y aunque hay desapariciones de adultos, las de los
niños las superan por mucho. Según los últimos informes que tenemos, las
mujeres embarazadas ya comienzan a negarse a dar a luz a sus hijos en Edernez,
porque justamente de allí es de dónde han desaparecido la mayoría de los niños.
-
Para ir a parar al Laboratorio de ese
desgraciado -- dijo Giulian con ira
Aquel
era un tema especialmente sensible para el Arzhaelí, ya que personalmente había
pasado por la experiencia de ser utilizado como sujeto de experimentación y
sabía perfectamente de los sádicos métodos utilizados por Bastian y su equipo
de “investigadores”
-
Eso es lo que suponemos -- reconoció
Eowaz --
De manera que Iván, Delos y Peter
-- dijo mirándolos --
deberán vigilar atentamente y por un tiempo prudencial, al personal de
Edernez, y de ser posible encontrar pistas que nos conduzcan a la cadena de
tráfico. Y ustedes -- dijo volviendo la mirada hacia Giulian, Eve y
Jonathan -- como de costumbre deben infiltrarse entre los
Firbolg, porque aparte de que también están sufriendo importantes pérdidas, estamos
convencidos que el Laboratorio de Nurión se encuentra en algún lugar de su
mundo. Él sabe perfectamente que es donde estaría mejor protegido de
nosotros -- hizo una pausa y agregó -- Vlad, tú junto con Dorila y Jason, ya
saben lo que tienen qué hacer con la información que pueda proporcionarles el
grupo de Iván.
Los
chicos ya sabían que Vlad y su grupo eran expertos en rastreo, así como Iván lo
era en descubrir cosas y manipular ciertas mentes hasta conseguir lo que
buscaba. En tanto que Giulian y los suyos, utilizaban muy bien su encanto
personal lo que los hacía sumamente peligrosos, porque si resultaban
irresistibles para los Arzhvaels, los Firbolg no tenían ninguna oportunidad.
-
Estoy de acuerdo con todo Eowaz --
dijo Vlad -- pero Eve no podrá participar de esto.
Después
que dijo aquello, todos lo miraron con asombro. Delos, aunque siempre se oponía
a que Eve participase en nada que supusiera la compañía de un Cornwall y más
aún si ese Cornwall era Giulian, pensó que el gemelo definitivamente había
perdido el juicio como para decir aquello estando sentado al lado de Eve. Los
chicos por su parte comenzaron a contar, estaban seguros que Eve no tardaría en
comenzar a gritar a Vlad. Pero a Sam y a Mael no se les escapó la sonrisa de
Iván y dificultaban que fuese una burla anticipada. Pero pasados los primeros
segundos, el desconcierto se reflejó en la voz de Giulian.
-
¿Vampi?
Y para
mayor asombro de todos los presentes, Eve no solo no dijo nada, sino que sonrió
y sus mejillas adquirieron un sospechoso tono escarlata.
-
¿Hay algo que deberíamos saber? --
preguntó Eowaz mirando a la pareja
-
Sí señor
-- dijo Vlad
-
Estoy embarazada --
anunció Eve
Se
hizo un silencio absoluto pero solo durante el tiempo que tardó aquella
información en penetrar los cerebros de todos, porque una vez que fue procesada
estalló el pandemónium. Anne y las chicas habían lanzado un grito de salvaje
felicidad y habían corrido a abrazar a la pareja, mientras que los chicos se
miraban entre sí con los ojos muy abiertos.
-
¿Un bebe?
-- dijo Gail
-
Así parece --
dijo Mael
-
Acaban de destronarte hermano --
opinó Danny mientras reía de la cara de Gail
Por
otro lado, Giulian se había puesto de pie apenas Eve había terminado de hablar,
pero no había pasado de allí, la estupefacción lo había paralizado. Sin embargo,
tampoco le duró mucho, aunque a diferencia de los demás, en lugar de dirigirse
hacia su hermano y su cuñada, miró a Iván.
-
¡Eres un infeliz desgraciado! -- le
gritó y todos voltearon a mirarlo
-- Tú sabías esto -- y
no era ni una pregunta, ni una simple afirmación, era una acusación
-
Así es
-- reconoció él --
pero como comprenderás no me correspondía a mí decirlo, aparte de que en
mi defensa debo decir que lo supe recién anoche.
-
¿Y tú?
-- dijo Giulian volviéndose hacia
su hermano -- ¿Por qué no me lo habías dicho?
-
Pues si te sirve de consuelo, yo me
enteré incluso después que Iván -- se defendió el gemelo
-
Ya cállate Giulian y ven a darme un
abrazo que voy a hacerte tío -- dijo Eve
Finalmente
Giulian hizo a un lado su enojo por lo que calificaba de “falta de
consideración” al no haber sido notificado de su nuevo status de tío y soltando
una alegre carcajada abrazó y beso a su cuñada.
-
Ustedes los Natchzhrer están empeñados en
endilgarme el cartel de tío a como de lugar.
-
Pues ya que es improbable que alguna
mujer en su sano juicio te haga padre, deberías alegrarte de tener
sobrinos -- dijo malignamente Jonathan
-
¿Belenus[1]
renegando del fuego? -- dijo Anne mirando a su hijo
-
Creo que eres el menos indicado para
hablar de ello hijo -- dijo Peter sonriendo
-
Aún recuerdo una larga lista de chicas
que no guardan un buen recuerdo tuyo
-- dijo Liz --
encabezada por…
-
¡Ya!
-- dijo Jonathan -- Ya
capté la idea Liz, gracias
Después
que todos felicitaron a la pareja, pasaron al Salón y la velada terminó de
forma alegre. Pero una vez que Iván estuvo a solas en su habitación, se
reprochó el que hubiese pasado otro día sin hablar con Sam.
A la
mañana siguiente, se fue derecho a la habitación de Giulian y tiró de las
mantas sin ninguna consideración.
-
¡Ey!
-- protestó el hombre sentándose
en la cama -- ¿Qué?
¿Se quema Arx o qué? -- preguntó con disgusto
-
Levántate
-- le dijo --
tenemos una conversación pendiente con Samantha y lo haremos ahora, si
no quieres por mí está bien, pero lo haré yo entonces contigo o sin ti.
Giulian
salió de la cama y entró al baño, pero no sin lanzarle una mirada asesina
primero. En cuanto estuvo listo y antes de salir de la habitación se dirigió a
Iván.
-
De acuerdo, pero no veo la necesidad de
despertarla para…
-
No vamos a despertarla -- lo
interrumpió Iván -- sabes tan bien como yo que se levanta
temprano. De modo que la esperaremos abajo.
-
¿Y pretendes que le hablemos de esto
delante de todos los demás? -- preguntó escandalizado
-
Por supuesto que no Giulian, pero aparte
de que es muy improbable que haya nadie más, si fuese el caso, lo haríamos en
el estudio. Así que deja de dar vueltas y vamos de una vez.
Efectivamente
y como dijo Iván, solo se encontraron con Eowaz que en ese momento se levantaba
de la mesa y a los pocos minutos Sam hizo su aparición.
Estaban
los tres solos en el desayunador, Iván miró a Giulian y éste frunció el
entrecejo, pero antes de que Iván abriese la boca, lo hizo él.
-
Princesa, hay algo que queríamos hablar
contigo.
La
chica miró a uno y a otro con curiosidad pero no dijo nada y esperó a ver qué
era lo que tenían que decirle.
-
Verás… -- resultaba gracioso ver a aquel hombre quedarse
sin palabras -- se trata de…de Casander Lèbedev -- dijo
por fin.
Samantha
se puso tensa. Miró a Giulian y a Iván pero adoptó una expresión hermética que
ya el segundo conocía bien, porque ambos chicos lo habían heredado de su padre
-
¿Qué pasa con él? --
preguntó la chica
-
Dímelo tú.
-
Nada, no pasa nada -- contestó
tajante.
-
¿Es que no confías en nosotros? -- preguntó Iván
-
Princesa, yo…yo los vi en el jardín
cuando…
Iván
cerró los ojos y se preguntó si habría sido buena idea dejar a Giulian participar
en aquella conversación.
-
Linda
-- dijo Iván intentando suavizar
la intervención de Giulian -- no te estamos presionando, es solo que nos
gustaría que confiaras en nosotros y sobre todo…
-
He dicho que no pasa nada -- lo interrumpió Sam con voz fría -- Yo
sí confío en ustedes -- agregó
-- pero si no les dije nada, es
porque después de eso no pasó nada más, por lo tanto no había nada que
contar -- concluyó.
Y se
levantó sin haber probado bocado. Iván no sabía qué pensar y Giulian al principio
cuando la escuchó sintió un gran alivio, pero al ver su actitud se preguntó si
estaría ocultándoles algo. Recordó lo que les había dicho la madre Cecilia
acerca de lo difícil que podía resultar cuidar de una adolescente y se
preguntaba si había abordado el asunto de la mejor manera.
Durante
los próximos días apenas si vieron a Samantha. La chica pasaba la mayor parte
del tiempo en su habitación y ya los chicos comenzaban a preocuparse. Ni
siquiera Aderyn ni Diandra, podían hacerle compañía, ya que ella se negaba a
estar con nadie. Eve también lo intentó a pedido de Iván, pero obtuvo el mismo
resultado. El día antes de año nuevo, Iván y Giulian tuvieron una discusión por
aquello.
-
¡Esto es culpa tuya! --
terminó gritándole Giulian a Iván
-- No teníamos que decirle nada y
mortificarla hasta llevarla a este punto. Te lo dije, te dije que aún es una
niña.
Iván
estaba de acuerdo y en desacuerdo al mismo tiempo. Ciertamente se sentía
culpable, pero no tanto por haber tenido esa conversación con Sam, sino por la
forma en que se desarrolló. Pensaba que no debió permitir que fuese Giulian
quien planteara la cuestión con su proverbial falta de delicadeza. Del mismo
modo que estaba en desacuerdo en cuanto a la edad de Sam, porque ya habían
tenido una corta charla al respecto y le había parecido indecisa pero de ningún
modo inmadura.
Esa
noche Giulian estaba conversando con los chicos pero de pronto Danny se llevó
la mano a la cabeza.
-
¿Qué sucede? --
preguntó Gail, que llevaba todo el día viéndolo apocado
-
Creo que tengo fiebre --
dijo él
Diandra
se levantó como impulsada por un resorte y acercándose a él le puso la mano en
la frente y luego miró a Giulian.
-
Es cierto, está ardiendo --
dijo la chica
-
Voy a buscar a Iván --
dijo Aderyn y salió corriendo junto con Gail
-
¿Te duele algo? -- le
preguntó Giulian
-
No, solo un poco la cabeza -- le
contestó él
-
Te agradecería mucho que no nos
fastidiaras el año nuevo Douglas -- dijo Diandra tan “dulce” como de costumbre,
pero en sus ojos podía verse la preocupación
-
Lo tendré en cuenta Di.
Iván
llegó a la carrera junto con los chicos, pero apenas había terminado Danny de
decirle que no tenía ningún dolor aparte del de la cabeza, cuando apareció Mael
sin aliento.
-
Iván, date prisa la nena está ardiendo y
no me responde, parece…
Iván
terminó de escucharlo pero Giulian no. Apenas Mael había dicho que Sam tenía
calentura había corrido hacia las escaleras y ya las subía de tres en tres,
antes de que los demás acertaran a moverse. Lo que sí les quedó claro a todos,
fue la razón de la repentina fiebre de Danny.
Giulian
estaba inclinado sobre Sam y le tenía la mano en la frente cuando los demás
llegaron. Danny se acercó a su hermana y comprobó que en realidad estaba muy,
pero muy caliente. Iván hizo a un lado a Giulian y la revisó pero no encontró
nada que explicara aquella fiebre, de modo que comenzaron a desesperarse. Eve
un poco más juiciosa decidió llamar a Alan y en cuanto el Läkare llegó, los
mandó a salir a todos y ellos obedecieron, pero a Giulian tuvieron que sacarlo
a rastras entre Vlad e Iván. Después de lo que les pareció un tiempo
enormemente largo, Alan salió con cara de preocupación.
-
Ya la he revisado y todos sus órganos
están en perfecto funcionamiento -- les dijo
-- de modo que me temo que la señorita
Douglas está pasando por una crisis emocional.
Mientras
todos se miraban con cara de no haber entendido nada, Giulian tenía verdaderos
deseos de matar a alguien y sabía muy bien a quién.
-
Verán
-- trató de explicar Alan -- en algunas ocasiones, las personas que sufren
de algún trastorno emocional lo resienten de forma física. A algunas les duele
la cabeza, otros tienen malestares estomacales y en algunos casos se les
dispara la temperatura, como es el caso que nos ocupa. Mi consejo es que la
vigilen, le den a beber mucho líquido y si no se presenta ningún otro síntoma,
la fiebre desaparecerá por sí sola.
Le
dieron las gracias y acordando seguir sus instrucciones lo despidieron. A pesar
de que todos estaban muy angustiados, tanto las palabras de Alan como las de
Iván, los habían tranquilizado un poco. Le dieron a Danny algo para bajar la
fiebre y bajaron a cenar. Todos excepto Giulian, quien volvió a la habitación
de Sam y al poco rato se le unió Mael. Cerca de medianoche la fiebre había
cedido un poco, pero no había desaparecido. Giulian le dijo a Mael que se fuera
a descansar pero el chico se negó tercamente a marcharse. Hacia las dos de la
madrugada Giulian seguía mirando fijamente a su pequeña princesa que seguía sin
despertar. Willow le llevó un poco de té a su amo y lo obligó a beberlo y
aunque él no lo notó, era la primera vez que el Nisser no le había colocado
nada extraño a la bebida.
El día
de año nuevo había amanecido un cielo encapotado. Giulian no se había movido en
toda la noche de al lado de la cama. Mael se había quedado dormido en algún
momento previo al amanecer, momento que aprovecho Iván al ir a ver a Sam, para
llevarlo a su habitación. Danny, Gail y
las chicas pasaron por la habitación, se quedaron un rato y luego bajaron a
desayunar. Pasó todo el día y toda la noche y Sam seguía sin despertar. Hacia
el amanecer del primer día del año nuevo por fin abrió los ojos.
-
Feliz año nuevo, princesa --
dijo Giulian.
Ella
le sonrió débilmente y expresó su deseo de levantarse, así que Giulian luego de
comprobar que no tenía fiebre, salió de la habitación y la dejó con Aderyn. Se
fue derecho a darse un baño y a cambiarse, llevaba más de cuarenta y ocho horas
sin dormir y estaba agotado, pero tenía algo importante qué hacer. Se aseguró
de que la chica seguía despierta y de que hubiese comido algo, se despidió y
salió.
Su
presencia causó cierta sorpresa, pero tratándose de quien se trataba, no
opusieron resistencia a su petición.
-
Necesito hablar contigo -- dijo Giulian -- ¿Puedes acompañarme?
El
chico se quedó mirando al hombre con estupefacción pero lo siguió. Caminaron
hasta la heladería y se sentaron en una mesa apartada.
-
Quiero saber si te peleaste con Samantha,
si sucedió algo desagradable entre ustedes o si le hiciste cualquier cosa que haya
podido afectarla emocionalmente -- dijo con voz peligrosamente baja.
-
No
-- contestó Casander
-- Desde su cumpleaños
prácticamente no la he visto.
-
Quiero saber qué sucedió exactamente --
dijo Giulian.
-
Si ella no te lo ha contado, no creo que… -- pero
no pudo terminar
-
O me dices qué sucedió o lo lamentarás el
resto de tu vida -- dijo Giulian con voz amenazante.
El
chico le dijo que estaba enamorado de Sam pero que ella simplemente le había
dicho que aún no sentía nada por él. Sí, era cierto que él la había besado el
día de su cumpleaños pero ella no correspondió a ese beso y hasta ahí había
llegado todo.
-
Y como bien sabe -- le
dijo para concluir -- Aún estamos esperando su respuesta.
-
¿Por qué insistes si ya te dijo que no
está enamorada de ti?
-
Dijo que “aún” no lo estaba --
dijo el chico -- Y no pienso renunciar --
agregó de manera desafiante.
Las
vacaciones de navidad terminaron y los chicos comenzaron las actividades
normales del colegio. Giulian no volvió a preguntarle nada a Sam acerca de lo
que le sucedía, pero algo le decía que su última conversación había
desencadenado la fiebre de la chica y aunque seguía preguntándose por qué, seguía sin tener idea
de qué era lo que había dicho para eso.
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