La Magia de Arzhvael

La Magia de Arzhvael
¿Qué es el destino? El destino es un conjunto de hechos inevitables o ineludibles, y existen distintas interpretaciones a cerca de él. Desde el punto de vista religioso, el destino es un gran plan creado por Dios y que no puede ser modificado por nada ni por nadie, algo que se contradice de entrada, con su concepto de libre albedrío. La filosofía en cambio le da un significado algo más amplio. Aceptando que nada sucede por azar, que nada se crea de la nada y que todo tiene una causa, entonces es porque estaba predestinado a suceder desde el momento en el que surgió la causa primaria. Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos resumir la cuestión, en que el señor destino, es una sucesión de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo y cuyas consecuencias afectan al futuro, porque las acciones presentes son consecuencia de otras pasadas y de ellas derivaran las futuras… Adentrémonos pues, en las vidas, acontecimientos y decisiones que han tomado nuestros protagonistas, y veamos que misterios, aventuras o desventuras traerá consigo… El Destino

martes, 27 de mayo de 2014

Cap. 19 Preguntas...



Alaric caminó de prisa hacia la oficina que servía de despacho a Eowaz y los dos Krigers que se encontraban en la puerta se cuadraron al ver acercarse al Arzhaelí.

-         ¿Está solo?  --  preguntó él
-         Sí señor

Llamó a la puerta y recibió el permiso para pasar. Eowaz levantó la vista de los papeles que revisaba.

-         ¿Algún problema?
-         No señor, pero quería informarle que cometí un error y lo lamento  --  dijo el Arzhaelí
-         Veamos Alaric  --  dijo el hombre con su proverbial paciencia  --  Siéntate y explícame de qué se trata.
-         Señor, con la presencia de los Douglas, Natchzhrer y las McKenzie, simplemente asumí que conociendo bien las historias de todos, no era necesario revisar sus expedientes. Pero hoy fui víctima de mi error, porque muy tarde me di cuenta que debí revisar el de Berserker.
-         Comprendo  --  dijo Eowaz  --  Lamentablemente con una frecuencia tal vez excesiva, somos víctimas de nuestra arrogancia al creernos en posesión de toda la información necesaria. Sin embargo, y aun cuando no hubieses leído el expediente de Berserker, ciertamente la suya, es una historia que todos conocen.
-         Por lo que soy doblemente culpable, porque fue hasta después de ver su actuación con el arco, que recordé que era el hijo de Elouen Berserker.
-         De acuerdo Alaric, pero tampoco es una cuestión tan grave, no tienes por qué ser tan duro contigo mismo  --  le dijo  --  ¿O es que acaso esto generó algún problema?
-         Problema como tal, no señor. Pero sus amigos parecían no estar en conocimiento de su historia y temo haberle proporcionado un mal momento.

Eowaz guardó silencio durante unos momentos y repasó los hechos mentalmente. Finalmente pareció llegar a una conclusión satisfactoria.

-         Alaric, en ocasiones nuestras historias personales nos producen tanto dolor que preferimos guardarlas en lo más profundo de nuestro ser y ni siquiera nos animamos a compartirlas con aquellos a los que amamos. No obstante, creo que no debemos preocuparnos, entre ellos se ha desarrollado un vínculo tan fuerte que estoy seguro serán capaces de afrontar esto sin mayores inconvenientes y sin duda serán un apoyo para él.
-         Bien señor.
-         Pero de lo que me acabas de decir, deduzco que el chico posee la habilidad que cabría esperar ¿no?
-         Sí señor, eso es indiscutible. Acertó al primer tiro dando en todo el centro de la diana, así como  todos los sucesivos y no me cabe la menor duda que cuando comencemos con las prácticas de velocidad, no solo superará a su grupo, sino a los más experimentados arqueros de la Orden.
-         ¿Incluyéndote?
-         Sí señor, incluyéndome  --  reconoció él con humildad
-         Bien, esas son buenas noticias  --  le dijo Eowaz sonriendo  --  Sé que no es hora de rendir tu informe pero ¿cómo les fue a los otros?
-         Pues, dentro de los parámetros  --  dijo, y luego especifico un poco más  --  Aderyn McKenzie deberá practicar mucho. Natchzhrer es rápido y tiene una excelente vista, pero debe controlar su fuerza y no creo que eso represente un problema. Daniel Douglas tiene una puntería excepcional pero un mal genio que le va a la par, y si me perdona, veo bastante difícil que controle eso, lo que podría ocasionarle serios problemas a la hora de un enfrentamiento. Samantha por su parte…  --  hizo una pausa y Eowaz elevó una ceja  --  no es un juicio definitivo, pero creo que posee la misma habilidad de Dan, sin embargo, creo que debemos esperar para estar seguros de eso. Y Diandra McKenzie sí fue una sorpresa, es rápida, centrada y posee buena puntería, ya veremos cómo le va en las prácticas de velocidad.

Eowaz sonrió y le agradeció la información, pero a diferencia de Alaric, él estaba seguro que todos superarían con éxito aquella parte del entrenamiento y lograrían controlar sus fallos. Después de esto, Alaric se despidió y abandonó el despacho. El Arzhaelí se dirigía hacia las escaleras y casi chocó con Sam.

-         Douglas  --  dijo deteniéndose bruscamente
-         Señor    --  contestó ella adoptando posición de firme
-         ¿Qué hace aquí?  --  le preguntó  --  ¿No debería estar preparándose para ir al comedor?
-         Sí señor, pero quería hablar con Eowaz, si es posible

Él la miró durante unos segundos pensando varias cosas, entre ellas, que el parecido de aquellos chicos con Dan era extraordinario, pero a pesar de que el color de los ojos era el del desaparecido Arzhaelí, la expresión de los mismos, al menos en aquel momento, era de la de Amy. Según podía recordar, Amy O’Neill había sido una contradicción, era dulce como la miel pero al mismo tiempo tenía un carácter tan endemoniado que fácilmente competía con el de Giulian Cornwall y por un momento se preguntó si su hija sería el mismo caso. La penetrante mirada de ella lo sacó de sus pensamientos y haciéndole un gesto de asentimiento, se apartó del camino dejándola pasar pero mientras la veía caminar hacia el despacho de Eowaz, la idea siguió flotando en su cerebro y finalmente una sonrisa maliciosa se dibujó en sus labios al pensar que si la chica resultaba ser como la madre, Giulian Cornwall lo pasaría mal, porque las batallas entre él y Amy eran legendarias y lo que le había causado esa risa maligna, era pensar que finalmente Amy le había ganado la última batalla al hacerlo padrino y por tanto responsable, de una criatura que podía hacerle la vida miserable.


Sam había echado un rápido y cuidadoso vistazo a los pensamientos del Arzhaelí y cuando estuvo fuera de su alcance, sonrió. Ya estaban acostumbrados a que todos les dijeran lo mucho que se parecían a su padre, pero era raro que alguien estableciese semejanzas con su madre, por lo que se sintió feliz al ver los pensamientos de Alaric.

Se detuvo frente a la puerta y adoptó de nuevo posición de firmes como correspondía, ya que ella era una simple estudiante y los Krigers eran sus superiores.

-         ¿Podría hablar con Eowaz?  --  preguntó
-         Veré si puede recibirte  --  dijo uno de ellos, mientras que su compañero seguía mirando embobado a Sam

Ese era otro asunto al que ya se había acostumbrado, aunque no dejaba de incomodarla. En su opinión, ya había pasado el tiempo suficiente como para que todos se hubiesen hecho a la idea de que los Douglas habían tenido gemelos, de modo que le fastidiaba mucho que aún se comportaran con la misma indiscreta curiosidad. De lo que la chica no era consiente, y si hubiese puesto más atención lo habría notado, era que la miraban no por su filiación, sino por su belleza.

-         Puedes pasar  --  le dijo el Kriger y ella desapareció en el interior  --  ¡Ey!  --  dijo llamando la atención de su compañero  --  ¿Sabes a lo que te arriesgas mirándola de esa forma, necio?
-         Vamos John, habría que ser ciego para…
-         Ciego vas a quedar si es Douglas o Natchzhrer,  quienes te ven  --  lo cortó él  --  ¿Acaso no has escuchado las historias?
-         Sí claro, también tengo una hermana que asistía a clases con ellos, pero eso no evita que…
-         Escúchame infeliz  --  lo interrumpió de nuevo  --  si quieres perder tu cabeza es asunto tuyo y ciertamente lo harás, porque no solo se trata de sus hermanos, sino que Samantha Douglas es la niña bonita de los Cornwall. Dime ¿Te gustaría enfrentar a un excepcionalmente furioso Giulian o Vladimir Cornwall?

El chico lo pensó un momento y llegó a la obvia conclusión de que tendría que estar loco para buscarse un problema semejante, ninguno de ellos tendría ni la más mínima posibilidad ante aquellos individuos, pero al mismo tiempo pensó que aquella era la clase de chica por la que valía la pena correr el riesgo.

Eowaz se levantó al ver entrar a Samantha, caminó hacia ella con una sonrisa y extendió sus manos.

-         Samantha  --  le dijo mientras ella extendía las suyas  --  Me alegra verte, pero ¿qué te trae por aquí a esta hora?
-         No quise molestar…  --  comenzó ella
-         No molestas criatura. Ven siéntate  --  le dijo guiándola hasta la silla y tomando asiento frente a ella  --  ¿Está todo bien?
-         Sí señor  --  dijo con rapidez  --  es solo que quería preguntarle algunas cosas.
-         Muy bien, te escucho.

Ella respiró y trató de ordenar sus pensamientos antes de comenzar a hablar.

-         Señor, en primer lugar, le estoy muy agradecida por haberme dado la oportunidad de entrenarme, pero comienzo a creer que no estaba preparada para esto.
-         ¿Por qué lo dices?
-         Desde el primer momento me he sentido fuera de lugar  --  le dijo  --  Todos los demás, cuando investigaron el origen de nuestros poderes, resultó sencillo determinarlo, pero conmigo no, fue casi como si no tuviese ninguno. Estoy segura que de haber tenido que presentar la prueba de admisión, me habrían rechazado.
-         Lo cual habría sido un error  --  dijo él para sorpresa de ella  --  Samantha,  si bien es cierto que el poder de un Arzhvael comienza a manifestarse a los siete años,  el desarrollo del mismo no tiene un tiempo determinado. En algunos casos puede darse muy pronto y en otros de manera más progresiva. Pero obviando esto, tú y yo sabemos que posees un gran poder.
-         Pero señor, cuando intentaban determinar a qué elemento…
-         Sé a qué te estas refiriendo, pero no debes preocuparte por eso, porque lejos de ser un problema, eso podría significar otras muchas cosas y no necesariamente malas  --  le aseguró, pero ella seguía preocupada  --  Samantha, eres hija de dos de los más poderosos Arzhaelíes que haya conocido, y he conocido a muchos, pero aunque no fuese así, he sido personalmente testigo de lo que eres capaz de hacer, y sé lo que hacías aun antes de regresar a nuestro mundo.

En este punto Sam se sorprendió mucho y lo miro con los ojos muy abiertos.

-         Sí  --  le dijo él sonriente  --  Iván cumplió con su tarea a la perfección, aunque tú nunca hayas podido verlo, él siempre que sus obligaciones se lo permitieron, estuvo allí a tu lado. De modo que yo sabía, desde mucho antes, lo que serías. Así que deja de mortificarte, este entrenamiento te proporcionará técnicas, pero el verdadero poder, reside en ti.

Una sonrisa se había dibujado en los labios de Sam, porque aunque Iván le había mencionado en alguna oportunidad, que siempre se mantuvo al pendiente, no se lo imaginaba a su lado sin que ella lo notara.  Luego de eso, pasó a otro asunto.

-         Señor, sé que Iván pidió la tutoría de Mael cuando su padre murió, porque aparte de estimarlo mucho, tanto él como Vlad estaban preocupados porque Bastian podría perseguirlo. Hasta ahí puedo entenderlo, pero lo perseguiría solo porque él estaba al tanto de quién era el responsable de la muerte de su padre, o por alguna otra razón.
-         Veo que tienes un razonamiento lógico  --  le dijo  --  y sí, hay otras razones para ello. Hasta donde sabemos, Mael podría ser el último descendiente de la raza berserker que existe.
-         ¿Y eso en qué lo afecta?
-         En nada, pero no debes olvidar que Bastian está obsesionado con la pureza de la raza, y si bien no le habría importado en otras circunstancias, le importa desde el momento en que se les concedió a los Berserker su derecho a ser considerados Arzhvaels, del mismo modo que no puede aceptar que los vampiros aunque en realidad solo son los Natchzherer, hayan obtenido el mismo beneficio.
-         ¿Y qué sucede con los Elfos?
-         El caso de los Elfos, aunque tampoco los acepta, ellos no son considerados Arzhvaels en realidad. Son una raza poderosa por derecho propio y muy orgullosa además. Nunca ha estado en discusión el que sean aceptados como miembros de la raza Arzhvael, principalmente porque a ellos no les interesa. Por esa razón los ha dejado en paz, siempre y cuando no interfieran en sus planes.

Ambos guardaron silencio un rato. Sam se preguntaba si hacer la próxima pregunta o no, pero finalmente se decidió.

-         Señor, cuando nos informó acerca de lo que había hecho la abuela, nos dijo que cuando cumpliésemos quince años estaríamos listos para enfrentarlo.
-         No, lo que dije fue que a partir de los quince, Bastian debía temerles, porque sería a partir de entonces que según el conjuro de tu abuela, ustedes podrían enfrentarlo con posibilidades de éxito. Pero eso no significa que deban correr a buscarlo.
-         No creo que haga falta, ya se encarga él de buscarnos a nosotros  --  dijo ella
-         Si haces memoria, estoy seguro que notarás un cambio importante en la actuación de Bastian en relación a ustedes.
-         ¿A qué se refiere?
-         Inicialmente quería que fuesen llevados a su presencia para matarlos él mismo, pero ahora solo quiere que se haga a cualquier precio, pero no en su presencia.
-         No entiendo  --  dijo ella
-         Piensa un poco Samantha, es muy sencillo.

Sam trató de hacer memoria con todo lo que sabía hasta el momento y de lo que habían dicho de la interpretación de la profecía. Luego de unos minutos abrió mucho los ojos.

-         No puede ser  --  dijo  --  ¿Tiene… miedo?
-         Así es  --  le dijo Eowaz sonriente  --  Según lo que fue dicho, solo su sangre podrá acabarlo, de modo que no es tan estúpido como para enfrentarlos ahora cara a cara, no correrá ese riesgo si tiene gente que puede hacerlo por él. Eso me quedó claro cuando fuiste atacada durante la misión. En esta oportunidad no te lanzaron un conjuro para inmovilizarte, sino uno decididamente mortal.
-         ¡Es un maldito cobarde!  --  exclamó ella con indignación, pero luego recordó dónde y con quien estaba  --  Lo lamento señor.
-         No tienes por qué, aparte de estar de acuerdo contigo, no es beneficioso esconder nuestros sentimientos  --  le dijo y luego agregó  --  Ahora más que nunca, es vital que se preparen y estén en capacidad de defenderse, nosotros hemos hecho todo cuanto hemos podido por protegerlos hasta ahora, pero en el futuro, dependerán de sus propias habilidades.
-         Lo haremos  --  dijo ella  --  pero quiero que sepa que les estamos muy agradecidos por todo lo que han hecho por nosotros, aunque nos apena haberles dado tantos años de molestias  --  en este punto Eowaz rió y ella lo miró extrañada
-         Mi querida niña, ustedes apenas tienen quince años, nosotros llevamos muchos más luchando en contra de Bastian, al menos en mi caso esta batalla ya dura un siglo y medio.

Ahora fue el turno de Samantha de asombrarse y recordó lo otro que quería preguntarle.

-         ¿Cuántos años tiene Bastian?  --  preguntó primero 
-         Bastian O’Neill tiene  ciento noventa años 
-         ¡Demonios!   --  exclamó ella y Eowaz sonrió al recordar a Daniel
-         Si te parecen muchos, espero que no preguntes la mía  --  dijo con humor
-         No es eso, es que… bueno… no parece  --  pero al ver que él sonreía, ella lo hizo también  --  y si no me equivoco usted debe tener alrededor de 277 años.
-         ¡Vaya!  --  dijo él  --  Parece que ya se me notan los años
-         No señor, ya lo sabía porque Aderyn me lo dijo
-         ¡Ah, la señorita McKenzie! Una confiable fuente de información sin duda.
-         ¿Y los demás? Quiero decir, son tan…
-         ¿Viejos?  --  y volvió a sonreír  --  No, en realidad quedamos muy pocos, han sido tiempos difíciles y Bastian en el conocimiento de que somos los únicos capaces de entorpecer sus planes, se ha dedicado a exterminarnos. Los mayores somos, aparte de Leomer y yo, Waleska y Bran. Los demás son mucho más jóvenes, y la mayoría contemporáneos de tus padres o solo un poco mayores.
-         Una última pregunta
-         ¿Última?  --  preguntó él con una sonrisa  --  No lo creo, pero está bien
-         Bueno, la última por hoy  --  dijo ella entendiendo  --  ¿Dónde estaban todos los demás Arzhaelíes cuando estábamos en Clever House?
-         En diferentes misiones, o protegiendo hasta donde era posible a la población. La cacería de Bastian se circunscribe a ustedes, a los Cornwall, los Natchzhrer y todos aquellos que estén muy cerca de estos personajes, como es el caso de los McKenzie o los jefes de sus escuadrones, y por descontado a mí. De modo que al ser menos conocidos, corrían menos riesgos.
-         Entiendo. Muchas gracias  --  le dijo
-         No tienes por qué darlas y las puertas de este despacho siempre estarán abiertas.

Ella le sonrió y se marchó. Por un lado estaba más tranquila y por el otro más preocupada. No temía por su propia seguridad, sino por la de sus amigos y como había dicho Eowaz, era vital que se preparasen lo mejor posible. En cuanto le llegó un airado mensaje de su hermano preguntando dónde demonios se había metido, apresuró el paso. Tenía mucho que hablar con ellos.


La semana se les pasó volando y todos querían que terminase para ir a ver Brendan, ya que la semana anterior, cuando les dijeron que irían a casa, les informaron también que a partir de ese momento, podrían ir todos los fines de semana. No obstante, el viernes en la mañana al final de  su clase de duelo con Philip, éste les anunció que ese fin de semana no podrían salir. Aquello les cayó terriblemente mal, pero tenían claro que no podían  cuestionar las órdenes. También les dijo que en la tarde, debían ir con Daira, cosa que les extrañó porque aquella Arzhaelí no les impartía ninguna materia, pero poco antes de las tres de la tarde, estaban todos formados ante la puerta de su despacho como se les había ordenado. A las tres en punto los hicieron pasar y mientras las chicas se emocionaron mucho, los chicos se sintieron fastidiados, porque los habían citado allí con el fin de hacerle entrega de sus uniformes de gala.

-         Mañana tendremos un evento importante  --  les dijo la Arzhaelí  --  y deben lucir el uniforme de gala

El uniforme normal de un Kriger consistía en un pantalón negro y una chaqueta corta del mismo color, pero con el borde del cuello y  de las mangas vino tinto,  botonadura de plata, una boina vino tinto y botas altas. La diferencia con el uniforme de gala, era que el color de la chaqueta variaba y en éste, era vino tinto.

El uniforme de los Arzhaelíes en cambio, consistía igualmente en un pantalón y chaqueta negros, pero ésta última era larga y utilizaban un cinturón vino tinto. El vino tinto del borde de las mangas era más ancho que en el de los Krigers, y el cuello era completamente de este color con unas estrellas doradas, mismas que aparecían también en las boinas. Los botones de sus chaquetas, a diferencia del de las de los Krigers, eran dorados también. Y ellos completaban su atuendo con sus Skik, las cuales eran vino tinto, con los bordes dorados.

Pero mientras los Krigers estaban obligados a vestir sus uniformes todo el tiempo, los Arzhaelíes solo cuando estaban en la sede, de servicio en actos oficiales, en el muy poco común caso de un enfrentamiento organizado, o cuando así se los requiriesen, como fue el caso de la asistencia al juicio de Gail. El resto del tiempo, generalmente se les identificaba, por el uso de botas altas, que era poco habitual en ciudadanos comunes, y por portar siempre sus Skik. 


Después de esto, tuvieron el resto de la tarde libre, y se fueron a acostar temprano. No tenían idea de lo que les esperaba al día siguiente, pero ciertamente se llevarían una enorme sorpresa.

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