Los
Arzhaelíes entraron al Castillo y tanto Vlad como Iván, se dirigieron
directamente al comedor, pero Giulian se desvió hacia las escaleras.
-
¡Ey!
-- llamó Vlad -- ¿A
dónde vas ahora?
-
Eso no es asunto tuyo, Idem -- le
contestó sin volverse
-
Veamos, ya nos perdimos la cena por tu
culpa, al menos podrías tener la decencia…
-
Yo no te estoy impidiendo comer --
dijo cuando ya se acercaba a las escaleras -- no
me necesitas a mí para ello.
-
No, pero quiero saber a dónde demonios
vas, porque tienes la desagradable costumbre de desaparecer de forma muy
inoportuna -- replicó el gemelo
-
Giulian déjala --
dijo Iván -- ya hablará contigo cuando lo juzgue
conveniente
-
¡Déjenme en paz los dos! --
gruñó Giulian y subió los escalones de dos en dos sin mirar atrás
Caminó
directo a la habitación de Sam y entró sin llamar, pero una vez dentro pensó
que se le estaban contagiando las costumbres de su ahijada y sonrió.
-
Princesa
-- llamó al no verla y suponiendo
que estaría en el baño
No
recibió respuesta y decidió esperar, pero viendo que pasaba el tiempo y ella no
salía, se acercó y tocó la puerta.
-
Princesa
-- repitió --
¿Estás bien?
Pero
de igual modo nadie le contestó, así que empujó la puerta con precaución y
pensó en su cuñada.
-
Vampi, si estuvieses aquí me
matarías -- murmuró en voz baja y sonrió
Sin
embargo, el lugar estaba tan vacío como la habitación. Frunció el entrecejo y
caminó hacia la puerta. Probablemente la chica estaba con su hermano y sus
amigos, de modo que decidió no molestarla y esperar dirigiéndose a su
habitación.
Efectivamente
Sam estaba en la habitación de Mael donde estaban todos reunidos y acaba de
contarles todo el asunto.
-
No me gusta --
dijo Mael
-
¿Por qué no? --
preguntó Diandra
-
Porque es peligroso Di --
dijo el chico
-
Supongo que si te lo planteó el mismo
Eowaz, es porque no corres tanto peligro
-- opinó Gail
-
Sabes que confío en ti --
dijo Danny -- pero no podré estar tranquilo si no voy
contigo
-
Pero no te lo pidieron a ti Douglas --
intervino Diandra de nuevo
-- así que no te pongas pesado
-
Es mi hermana Di, no puede…
-
Todos ustedes están olvidando lo más
importante -- habló Aderyn que había permanecido en
silencio
-
¿Qué cosa? --
preguntó Gail
-
Que Sam estará en compañía de Jonathan y
de Giulian -- dijo ella
-- y aquí todos sabemos que el solo
hecho de mirar mal a Sam es suficiente para que Giulian comience a cortar
cabezas. Así que no creo que haya mucho por lo qué preocuparse.
Sam le
sonrió a su amiga y pensó con cierto remordimiento que no les había mencionado
que precisamente Giulian se oponía a todo el asunto, al tiempo que recordaba
que tenía una conversación pendiente con él. De manera que se excusó con los
chicos y se dirigió directo a la habitación de Giulian, abrió y asomó la
cabeza.
-
¿Se puede? --
preguntó
Giulian
que estaba a punto de sacarse la camisa, sonrió y se giró al escuchar su voz.
-
¿Desde cuándo pides permiso? --
preguntó a su vez -- Y sí, siempre puedes
Ella
terminó de entrar y fue directo a refugiarse en sus brazos. Después de unos
segundos se separó pero el cabello se le enredó en la cadena que pendía del
cuello de Giulian. Él rió y la ayudó a desembarazarse de ella. Sam tomó la
placa y leyó Propiedad de G.C.
-
¿Temes perderla?
-
Ciertamente no, tiene un hechizo que
impide que alguien pueda quitármela
-- le dijo
Sam lo
miró y se puso seria.
-
Tenemos que hablar --
tomó su mano y lo guió hasta sentarse en la cama -- Ya
sabes lo que Eowaz me pidió esta mañana
-- comenzó y él asintió -- Me
explicaron todo, sé que hay ciertos riesgos como por ejemplo que Bastian me
encuentre, pero eso no me importa porque debemos detener lo que está haciendo
de alguna manera, y si es ésta, estoy dispuesta a ello --
hizo una pausa esperando a ver si él decía algo y como no lo hizo continuó -- Es
probable que pienses que aún soy muy joven para involucrarme en esto, pero en
realidad ya no soy una niña Giulian, estoy segura de que papá estaría de
acuerdo con ese hecho. Del mismo modo que sé que él no se habría negado a hacer
algo, por arriesgado que fuese si con ello podía fastidiar a Bastian, y siempre
dices que me parezco a él -- en este punto él esbozó una levísima sonrisa
pero siguió sin decir nada -- Nadie puede garantizar que en algún momento
las cosas puedan salir mal, pero es deber de todos hacer cuanto esté a nuestro
alcance para terminar con esta pesadilla. Aunque estoy dispuesta a afrontar
esto, quiero escuchar lo que tengas que decir al respecto.
A
pesar de que ciertamente él había tenido mucho que decir, hacía rato que su
mente se había ido vaciando mientras la escuchaba, de modo que le costó volver
a la realidad y aun así no se veía capaz de hacer una exposición coherente de
sus motivos para negarse, y en realidad ni siquiera era consciente de que ella
había demolido la mayor parte.
-
Sé que eres poderosa y hábil
princesa -- dijo finalmente -- pero
no soportaría perderte por un estúpido error, estoy seguro de que podríamos
encontrar a alguien que pudiese hacer esto sin necesidad de arriesgarte.
Ella
guardó silencio y se miró en la profundidad de aquellos ojos que repentinamente
habían adquirido un tono azul intenso que semejaba el cielo de medianoche.
-
¿Acaso vas protegerme toda la vida?
-
Ese fue el juramento que hice --
dijo levantando su mano donde se veía el tatuaje en forma de estrella
símbolo de su compromiso -- estoy contento de haberlo hecho y me hará
feliz cumplirlo hasta el último de mis días.
-
También yo estoy contenta por eso --
dijo ella elevando una mano hasta el rostro del Arzhaelí -- pero
no podrás hacerlo siempre Giulian, debo cumplir con la tarea que me fue
asignada al venir al mundo. Por mucho que lo intentes, no podrás ahorrarme los
sufrimientos que me esperan sean cuales sean
-- una solitaria lágrima resbaló
por su mejilla -- me hace feliz que me quieras y me protejas
como lo habría hecho mi padre, pero tienes que dejarme vivir.
Giulian
sintió una desagradable e inexplicable opresión en el pecho, pero antes de que
pudiese decir o hacer nada, ella se puso de pie.
-
Como dije, no haré nada si tú no lo apruebas,
pero recuerda -- dijo mirándolo fijamente -- en
algún momento debes soltarme y dejarme caminar sola -- se
inclinó le dio un beso y abandonó la habitación
Todo
había sucedido con tanta rapidez que Giulian no tuvo ocasión de reaccionar y
cuando se dio cuenta, ella había desparecido. Lo pensó un momento y se dijo que
debía estar contento, no había hecho falta discutir con ella para que accediera
a no participar, pero por alguna razón se sentía desgraciado. Se levantó y
terminó de desvestirse, estaba seguro que un baño le despejaría la mente pero
luego de él, seguía sintiendo la misma incómoda desazón. Era como si hubiese
hecho lo correcto pero con un resultado que por alguna razón que no alcanzaba a
comprender, no lo hacía especialmente feliz.
Había
pensado bañarse y acostarse, pero después de caminar de un lado a otro de la
habitación sin conseguir sentirse mejor, se vistió a toda prisa y aun sin terminar de colocarse la camisa correctamente salió al
pasillo y casi derriba a Laria que venía llorando.
-
¿Por qué?
-- preguntó la chica deteniéndose
bruscamente
-
¿Disculpa? --
preguntó él a su vez
Pero
en ese momento apareció Eve en compañía de Vlad y Laria dio media vuelta y
corrió en dirección a su habitación.
-
¿Alguien puede explicarme?
-
Eowaz acaba de hablar con ella suspendiéndola oficialmente de la misión
-- le informó Vlad
En ese
momento Giulian entendió la pregunta de la chica, aunque él era su jefe
inmediato, Eowaz debió haberle informado los motivos por los que salía del equipo,
así que su actitud era muy poco profesional.
-
¡Mujeres!
-- dijo en forma casi despectiva
y sacudiendo la cabeza
-
¡Óyeme!
-- exclamó Eve
-
No me refería a ti Vampi --
aclaró empezando a caminar en dirección a la habitación de Sam
-
¿Dónde vas? --
preguntó Vlad -- La reunión ya terminó
-
Lo supongo y en cualquier caso no pensaba
asistir a ella -- le contestó mientras seguía andando
-
Sea donde sea que vayas --
dijo Eve -- por lo menos ten la decencia de vestirte
adecuadamente
Pero
en esta ocasión Giulian no se molestó ni en voltear ni en contestar.
-
Juro que no he conocido un sujeto más
majadero en mi vida -- siguió Eve, pero al mirar los ojos sonrientes
de su marido, agregó -- bueno, tal vez uno más.
Vlad
rió de manera estruendosa y sujetándola por la cintura se encaminaron a su
habitación.
Giulian
se detuvo ante la puerta de la habitación de Sam con la mano en el picaporte y
se preguntó qué demonios hacía allí, pero aunque su cerebro no le dio una
respuesta a esa pregunta, igual abrió la puerta y entró. Sam estaba parada
mirando por la ventana.
-
¿Sucede algo Giulian? --
preguntó sin volverse
Giulian
pensó que sin duda la chica poseía la aguda percepción de un Arzhaelí, no solo
era la única que podía diferenciarlo sin dificultad de su hermano, sino que
obviando el hecho de que no había hecho el menor ruido al entrar, ella ni
siquiera se había vuelto y sin embargo sabía que se trataba de él. Volvió a
preguntarse qué estaba haciendo allí y como seguía sin respuesta, avanzó hacia ella.
-
¿Tiene que suceder algo para que venga a
verte?
-
No, por supuesto que no --
dijo ella girándose por fin
-- pero acabamos de vernos.
-
¿Qué es eso? --
preguntó Giulian al ver que ella sostenía algo en sus manos
-
Es una fotografía de mamá y papá.
Giulian
se acercó y al verla no solo recordó con exactitud dónde y cuándo había sido
hecha, sino que sintió un enorme dolor en su corazón. La miró y aunque siempre había sido más que
obvio el parecido de los gemelos con Dan, en ese momento también fue consciente
de la dulzura de la mirada de Amy en los ojos de Sam. Amy y él habían sido como
perros y gatos, la mitad del tiempo se la pasaban peleando, pero sin ninguna
duda la había adorado como si fuese en realidad su propia hermana y habría dado
su vida por la de ella.
-
Ambos estarían muy orgullosos de ti -- le
dijo --
y es por eso que no puedo negarme a que hagas lo que crees que debes
hacer princesa. Dan me mataría si te lo impidiese.
No
había terminado de decir aquello, cuando ya se estaba preguntando qué diablos
estaba haciendo, pero la mirada de Sam se iluminó de tal manera, que era como
si repentinamente hubiese salido el sol en aquella habitación, lo que hizo que
Giulian olvidase todo lo demás. Ella sonrió feliz y se colgó a su cuello.
-
¡Gracias!
-- dijo mientras lo besaba
-
Pero debes prometerme algo --
dijo intentando recuperar la coherencia
-- prestarás la mayor atención a
todo lo que se te diga en beneficio de tu seguridad ¿bueno?
-
Claro, pero no estoy para nada
preocupada -- le aseguró Sam -- ¿Y
sabes por qué?
-
¿Por qué?
-
Porque estaré con el mejor Arzhaelí -- le
dijo sonriendo -- y sé que no dejarías que nada malo me sucediese.
-
De eso puedes estar segura.
-
Lo estoy Giulian, lo estoy.
Pasaron
tres días antes de que pudiesen marcharse, porque Eowaz consideró prudente que
Sam primero fuese debidamente instruida en algunas técnicas de reacción ante
situaciones desesperadas. Vlad e Iván,
sí habían partido a la mañana siguiente en compañía de sus respectivos grupos y
durante el desayuno del tercer día Eowaz dio su consentimiento para que Giulian
y los suyos iniciaran sus actividades. Lo que nadie se esperó fue la reacción
de Anne.
-
Esto es una locura --
dijo de pronto -- No me importa lo que digan con respecto a que
Sam ya es mayor de edad, igual sigue siendo muy joven.
-
Anne por favor --
dijo Peter tratando de que su mujer se calmara, pero fue inútil
-
Esta vez has sobrepasado tus propios de
límites de locura -- continuó ahora mirando a Giulian
-
Riñe a tu hijo Anne, fue su idea, no
mía --
dijo él con su habitual desparpajo
Anne
giró la cabeza hacia Jonathan y éste se preparó para el aguacero.
-
Estarás contento ¿no? --
dijo Anne mirando a su hijo
-- Has hecho hasta lo imposible
por parecerte a él, así que debes sentirte muy satisfecho porque lo has
superado.
-
Madre…
-- pero Anne no parecía dispuesta
a dar tregua
-
Tanto tú
-- dijo señalando a Jonathan y
volviéndose a Giulian -- como tú e Iván, se van a arrepentir de esto
-
Anne
-- interrumpió Eowaz --
como señalaste, Samantha ya está en edad de tomar sus propias decisiones
y ni Iván ni Giulian podrían impedírselo
-
¡Son unos irresponsables todos! --
exclamó y salió a toda prisa del comedor
Todos
estaban tan sorprendidos que no acertaron a decir nada.
-
Disculpen
-- dijo Peter levantándose y
saliendo tras su esposa
Los
chicos estaban en estupefacto silencio, mientras que los demás tenían cara de
pena, a excepción de Giulian y Jonathan que parecían indiferentes ante la
explosión de Anne, y Laria que miraba con franco desagrado a Sam.
-
Yo estoy de acuerdo con la señora
McKenzie -- dijo la Kriger --
ella es una niña y…
-
No recuerdo que nadie haya pedido tu
opinión -- la cortó Sam con voz helada
-
Escúchame niña… --
pero no pudo continuar
Giulian
se había puesto de pie y si la voz de Sam había sido fría, la mirada de él
resultaba tan gélida y cortante como la filosa hoja de su Athame. De modo que
no hizo falta nada más para silenciar a
Laria. Después de este inusual desayuno, los chicos comenzaron a despedirse de
Sam
-
Te cuidaras ¿no? --
dijo Aderyn mientras le daba un abrazo
-
Claro que sí --
contestó sonriéndole
-
Vas a ir a divertirte sin mí, así que al
menos ten la decencia de extrañarme
-- dijo Gail con su habitual buen
humor y luego con más seriedad -- Déjanos las tonterías a nosotros y tú cuídate
mucho --
le dijo mientras la abrazaba.
-
Sé que estarás perfectamente --
aseguró Diandra mientras se acercaba a ella -- y
si es posible, acaba con unos cuantos de esos infelices.
Ambas
rieron y se separaron. Sam se volvió hacia Mael que la miraba con una mezcla de
preocupación y tristeza.
-
Estaré bien cachorro -- le
dijo mientras se acercaba a él
-
Lo sé, pero eso no impide que me sienta
como me siento -- la abrazó con suavidad y mientras acariciaba su
cabello susurró en su oído -- Ya sabes que Blaidd irá contigo y en cierta
forma será como si yo estuviese allí -- se separó un poco y la miró -- Sé
que llevas toda la protección posible, pero solo tienes que llamarme y estaré a
tu lado de inmediato ¿de acuerdo?
-
De acuerdo -- le
dio un beso en la mejilla y se volvió hacia su hermano
-
Sigue sin gustarme y no es porque no
confíe en ti sino porque yo no estaré contigo, de modo que prométeme que en
cualquier circunstancia si te ves en aprietos, me lo harás saber enseguida.
-
Te lo prometo
-
Si intentas bloquearme lo sabré y te juro
que…
-
No lo haré
-
Bien
Luego
de esto, la abrazó con innecesaria fuerza, casi hasta hacerle daño.
-
No podría vivir si algo te sucediera y lo
sabes --
le dijo con un sospechoso brillo en sus ojos
-
Nada va a sucederme Danny
Finalmente
Danny se volvió hacia Giulian con una mirada feroz.
-
Más te vale que la cuides, porque si algo
le sucede tendrás que huir muy lejos de mi ira
-- le dijo en forma áspera
-
¡Douglas!
-- exclamó Diandra y lo arrastró
por un brazo, ya que Danny parecía a punto de golpear a Giulian
-
Descuiden
-- dijo Giulian que había
asistido a la despedida en silencio
-- Tendrían que matarme antes de
acercarse a ella.
Los
chicos comenzaron a marchar hacia el área de la escuela, pero Mael se acercó y
de forma más discreta que Danny y con sus ojos brillando como esmeraldas
susurró a Giulian de manera fría y en extremo peligrosa.
-
Más vale que te hagas matar si ella sufre
un solo daño. No me importa que tan poderoso seas o que tan lejos te escondas
de la ira de Danny, porque nada te salvará de la mía --
dicho esto, se fue con los demás
Giulian
sintió una incómoda desazón y no tenía nada que ver con el temor, por un
momento sintió el deseo de golpear a Mael, pero aquello era ridículo, de modo
que se deshizo de ello y se volvió hacia Sam y Jonathan que esperaban por él.
-
¿Listos?
-- y ellos asintieron
Abandonaron
el castillo y caminaron por la calle principal de la ciudadela hasta llegar a
las puertas. En Arx nadie podía aparecer ni desaparecer sin expresa
autorización de Eowaz, y esto no se hacía a menos que fuese en extremo
necesario de modo de conservar intactas las defensas del lugar. Por supuesto
los Arzhaelíes podían hacerlo, pero estando en compañía de Samantha prefirieron
adoptar las medidas de seguridad apropiadas.
Una
vez fuera de los límites de la ciudadela, Giulian sujetó a Sam por la cintura.
-
El viaje será un poco largo -- le
dijo --
sujétate fuerte.
-
¿Para qué? --
preguntó ella -- Ya tú lo haces como si temieras perderme.
Giulian
pensó que ese era un temor que siempre tendría, pero no dijo nada más y se
sumergieron en la nada.
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