La Magia de Arzhvael

La Magia de Arzhvael
¿Qué es el destino? El destino es un conjunto de hechos inevitables o ineludibles, y existen distintas interpretaciones a cerca de él. Desde el punto de vista religioso, el destino es un gran plan creado por Dios y que no puede ser modificado por nada ni por nadie, algo que se contradice de entrada, con su concepto de libre albedrío. La filosofía en cambio le da un significado algo más amplio. Aceptando que nada sucede por azar, que nada se crea de la nada y que todo tiene una causa, entonces es porque estaba predestinado a suceder desde el momento en el que surgió la causa primaria. Teniendo en cuenta todo lo anterior, podemos resumir la cuestión, en que el señor destino, es una sucesión de acontecimientos que ocurren en diferente lugar y tiempo y cuyas consecuencias afectan al futuro, porque las acciones presentes son consecuencia de otras pasadas y de ellas derivaran las futuras… Adentrémonos pues, en las vidas, acontecimientos y decisiones que han tomado nuestros protagonistas, y veamos que misterios, aventuras o desventuras traerá consigo… El Destino

jueves, 15 de mayo de 2014

CAP. 07 ¿Sí o No?


Los Arzhaelíes entraron al Castillo y tanto Vlad como Iván, se dirigieron directamente al comedor, pero Giulian se desvió hacia las escaleras.

-         ¡Ey!  --  llamó Vlad  --  ¿A dónde vas ahora?
-         Eso no es asunto tuyo, Idem  --  le contestó sin volverse
-         Veamos, ya nos perdimos la cena por tu culpa, al menos podrías tener la decencia…
-         Yo no te estoy impidiendo comer  --  dijo cuando ya se acercaba a las escaleras  --  no me necesitas a mí para ello.
-         No, pero quiero saber a dónde demonios vas, porque tienes la desagradable costumbre de desaparecer de forma muy inoportuna  --  replicó el gemelo
-         Giulian déjala  --  dijo Iván  --  ya hablará contigo cuando lo juzgue conveniente
-         ¡Déjenme en paz los dos!  --  gruñó Giulian y subió los escalones de dos en dos sin mirar atrás

Caminó directo a la habitación de Sam y entró sin llamar, pero una vez dentro pensó que se le estaban contagiando las costumbres de su ahijada y sonrió.

-         Princesa  --  llamó al no verla y suponiendo que estaría en el baño

No recibió respuesta y decidió esperar, pero viendo que pasaba el tiempo y ella no salía, se acercó y tocó la puerta.

-         Princesa  --  repitió  --  ¿Estás bien?

Pero de igual modo nadie le contestó, así que empujó la puerta con precaución y pensó en su cuñada.

-         Vampi, si estuvieses aquí me matarías  --  murmuró en voz baja y sonrió

Sin embargo, el lugar estaba tan vacío como la habitación. Frunció el entrecejo y caminó hacia la puerta. Probablemente la chica estaba con su hermano y sus amigos, de modo que decidió no molestarla y esperar dirigiéndose a su habitación.

Efectivamente Sam estaba en la habitación de Mael donde estaban todos reunidos y acaba de contarles todo el asunto.

-         No me gusta  --  dijo Mael
-         ¿Por qué no?  --  preguntó Diandra
-         Porque es peligroso Di  --  dijo el chico
-         Supongo que si te lo planteó el mismo Eowaz, es porque no corres tanto peligro  --  opinó Gail
-         Sabes que confío en ti  --  dijo Danny  --  pero no podré estar tranquilo si no voy contigo
-         Pero no te lo pidieron a ti Douglas  --  intervino Diandra de nuevo  --  así que no te pongas pesado
-         Es mi hermana Di, no puede…
-         Todos ustedes están olvidando lo más importante  --  habló Aderyn que había permanecido en silencio
-         ¿Qué cosa?  --  preguntó Gail
-         Que Sam estará en compañía de Jonathan y de Giulian  --  dijo ella  --  y aquí todos sabemos que el solo hecho de mirar mal a Sam es suficiente para que Giulian comience a cortar cabezas. Así que no creo que haya mucho por lo qué preocuparse.

Sam le sonrió a su amiga y pensó con cierto remordimiento que no les había mencionado que precisamente Giulian se oponía a todo el asunto, al tiempo que recordaba que tenía una conversación pendiente con él. De manera que se excusó con los chicos y se dirigió directo a la habitación de Giulian, abrió y asomó la cabeza.

-         ¿Se puede?  --  preguntó

Giulian que estaba a punto de sacarse la camisa, sonrió y se giró al escuchar su voz.

-         ¿Desde cuándo pides permiso?  --  preguntó a su vez  --  Y sí, siempre puedes

Ella terminó de entrar y fue directo a refugiarse en sus brazos. Después de unos segundos se separó pero el cabello se le enredó en la cadena que pendía del cuello de Giulian. Él rió y la ayudó a desembarazarse de ella. Sam tomó la placa y leyó Propiedad de G.C.

-         ¿Temes perderla?
-         Ciertamente no, tiene un hechizo que impide que alguien pueda quitármela  --  le dijo

Sam lo miró y se puso seria.

-         Tenemos que hablar  --  tomó su mano y lo guió hasta sentarse en la cama  --  Ya sabes lo que Eowaz me pidió esta mañana  --  comenzó y él asintió  --  Me explicaron todo, sé que hay ciertos riesgos como por ejemplo que Bastian me encuentre, pero eso no me importa porque debemos detener lo que está haciendo de alguna manera, y si es ésta, estoy dispuesta a ello  --  hizo una pausa esperando a ver si él decía algo y como no lo hizo continuó  --  Es probable que pienses que aún soy muy joven para involucrarme en esto, pero en realidad ya no soy una niña Giulian, estoy segura de que papá estaría de acuerdo con ese hecho. Del mismo modo que sé que él no se habría negado a hacer algo, por arriesgado que fuese si con ello podía fastidiar a Bastian, y siempre dices que me parezco a él  --  en este punto él esbozó una levísima sonrisa pero siguió sin decir nada  --  Nadie puede garantizar que en algún momento las cosas puedan salir mal, pero es deber de todos hacer cuanto esté a nuestro alcance para terminar con esta pesadilla. Aunque estoy dispuesta a afrontar esto, quiero escuchar lo que tengas que decir al respecto.

A pesar de que ciertamente él había tenido mucho que decir, hacía rato que su mente se había ido vaciando mientras la escuchaba, de modo que le costó volver a la realidad y aun así no se veía capaz de hacer una exposición coherente de sus motivos para negarse, y en realidad ni siquiera era consciente de que ella había demolido la mayor parte.

-         Sé que eres poderosa y hábil princesa  --  dijo finalmente  --  pero no soportaría perderte por un estúpido error, estoy seguro de que podríamos encontrar a alguien que pudiese hacer esto sin necesidad de arriesgarte.

Ella guardó silencio y se miró en la profundidad de aquellos ojos que repentinamente habían adquirido un tono azul intenso que semejaba el cielo de medianoche.

-         ¿Acaso vas protegerme toda la vida?
-         Ese fue el juramento que hice  --  dijo levantando su mano donde se veía el tatuaje en forma de estrella símbolo de su compromiso  --  estoy contento de haberlo hecho y me hará feliz cumplirlo hasta el último de mis días.
-         También yo estoy contenta por eso  --  dijo ella elevando una mano hasta el rostro del Arzhaelí  --  pero no podrás hacerlo siempre Giulian, debo cumplir con la tarea que me fue asignada al venir al mundo. Por mucho que lo intentes, no podrás ahorrarme los sufrimientos que me esperan sean cuales sean  --  una solitaria lágrima resbaló por su mejilla  --  me hace feliz que me quieras y me protejas como lo habría hecho mi padre, pero tienes que dejarme vivir.

Giulian sintió una desagradable e inexplicable opresión en el pecho, pero antes de que pudiese decir o hacer nada, ella se puso de pie.

-         Como dije, no haré nada si tú no lo apruebas, pero recuerda  --  dijo mirándolo fijamente  --  en algún momento debes soltarme y dejarme caminar sola  --  se inclinó le dio un beso y abandonó la habitación

Todo había sucedido con tanta rapidez que Giulian no tuvo ocasión de reaccionar y cuando se dio cuenta, ella había desparecido. Lo pensó un momento y se dijo que debía estar contento, no había hecho falta discutir con ella para que accediera a no participar, pero por alguna razón se sentía desgraciado. Se levantó y terminó de desvestirse, estaba seguro que un baño le despejaría la mente pero luego de él, seguía sintiendo la misma incómoda desazón. Era como si hubiese hecho lo correcto pero con un resultado que por alguna razón que no alcanzaba a comprender, no lo hacía especialmente feliz. 

Había pensado bañarse y acostarse, pero después de caminar de un lado a otro de la habitación sin conseguir sentirse mejor, se vistió a toda prisa y aun sin terminar de colocarse la camisa correctamente salió al pasillo y casi derriba a Laria que venía llorando.

-         ¿Por qué?  --  preguntó la chica deteniéndose bruscamente
-         ¿Disculpa?  --  preguntó él a su vez

Pero en ese momento apareció Eve en compañía de Vlad y Laria dio media vuelta y corrió en dirección a su habitación.

-         ¿Alguien puede explicarme?
-         Eowaz acaba de hablar con ella  suspendiéndola oficialmente de la misión --  le informó Vlad  

En ese momento Giulian entendió la pregunta de la chica, aunque él era su jefe inmediato, Eowaz debió haberle informado los motivos por los que salía del equipo, así que su actitud era muy poco profesional.

-         ¡Mujeres!  --  dijo en forma casi despectiva y sacudiendo la cabeza
-         ¡Óyeme!   --  exclamó Eve
-         No me refería a ti Vampi  --  aclaró empezando a caminar en dirección a la habitación de Sam
-         ¿Dónde vas?  --  preguntó Vlad  --  La reunión ya terminó
-         Lo supongo y en cualquier caso no pensaba asistir a ella  --  le contestó mientras seguía andando
-         Sea donde sea que vayas  --  dijo Eve  --  por lo menos ten la decencia de vestirte adecuadamente

Pero en esta ocasión Giulian no se molestó ni en voltear ni en contestar.

-         Juro que no he conocido un sujeto más majadero en mi vida  --  siguió Eve, pero al mirar los ojos sonrientes de su marido, agregó  --  bueno, tal vez uno más.

Vlad rió de manera estruendosa y sujetándola por la cintura se encaminaron a su habitación.

Giulian se detuvo ante la puerta de la habitación de Sam con la mano en el picaporte y se preguntó qué demonios hacía allí, pero aunque su cerebro no le dio una respuesta a esa pregunta, igual abrió la puerta y entró. Sam estaba parada mirando por la ventana.

-         ¿Sucede algo Giulian?  --  preguntó sin volverse

Giulian pensó que sin duda la chica poseía la aguda percepción de un Arzhaelí, no solo era la única que podía diferenciarlo sin dificultad de su hermano, sino que obviando el hecho de que no había hecho el menor ruido al entrar, ella ni siquiera se había vuelto y sin embargo sabía que se trataba de él. Volvió a preguntarse qué estaba haciendo allí y como seguía sin respuesta, avanzó hacia ella.

-         ¿Tiene que suceder algo para que venga a verte?
-         No, por supuesto que no  --  dijo ella girándose por fin  --  pero acabamos de vernos.
-         ¿Qué es eso?  --  preguntó Giulian al ver que ella sostenía algo en sus manos
-         Es una fotografía  de mamá y papá.

Giulian se acercó y al verla no solo recordó con exactitud dónde y cuándo había sido hecha, sino que sintió un enorme dolor en su corazón.  La miró y aunque siempre había sido más que obvio el parecido de los gemelos con Dan, en ese momento también fue consciente de la dulzura de la mirada de Amy en los ojos de Sam. Amy y él habían sido como perros y gatos, la mitad del tiempo se la pasaban peleando, pero sin ninguna duda la había adorado como si fuese en realidad su propia hermana y habría dado su vida por la de ella.

-         Ambos estarían muy orgullosos de ti  --  le dijo  --  y es por eso que no puedo negarme a que hagas lo que crees que debes hacer princesa. Dan me mataría si te lo impidiese.

No había terminado de decir aquello, cuando ya se estaba preguntando qué diablos estaba haciendo, pero la mirada de Sam se iluminó de tal manera, que era como si repentinamente hubiese salido el sol en aquella habitación, lo que hizo que Giulian olvidase todo lo demás. Ella sonrió feliz y se colgó a su cuello.

-         ¡Gracias!  --  dijo mientras lo besaba
-         Pero debes prometerme algo  --  dijo intentando recuperar la coherencia  --  prestarás la mayor atención a todo lo que se te diga en beneficio de tu seguridad ¿bueno?
-         Claro, pero no estoy para nada preocupada  --  le aseguró Sam  --  ¿Y sabes por qué?
-         ¿Por qué?
-         Porque estaré con el mejor Arzhaelí  --  le dijo sonriendo  --  y sé que no dejarías que nada malo me sucediese.
-         De eso puedes estar segura.
-         Lo estoy Giulian, lo estoy.

Pasaron tres días antes de que pudiesen marcharse, porque Eowaz consideró prudente que Sam primero fuese debidamente instruida en algunas técnicas de reacción ante situaciones desesperadas.  Vlad e Iván, sí habían partido a la mañana siguiente en compañía de sus respectivos grupos y durante el desayuno del tercer día Eowaz dio su consentimiento para que Giulian y los suyos iniciaran sus actividades. Lo que nadie se esperó fue la reacción de Anne.

-         Esto es una locura  --  dijo de pronto  --  No me importa lo que digan con respecto a que Sam ya es mayor de edad, igual sigue siendo muy joven.
-         Anne por favor  --  dijo Peter tratando de que su mujer se calmara, pero fue inútil
-         Esta vez has sobrepasado tus propios de límites de locura  --  continuó ahora mirando a Giulian
-         Riñe a tu hijo Anne, fue su idea, no mía  --  dijo él con su habitual desparpajo

Anne giró la cabeza hacia Jonathan y éste se preparó para el aguacero.

-         Estarás contento ¿no?  --  dijo Anne mirando a su hijo  --  Has hecho hasta lo imposible por parecerte a él, así que debes sentirte muy satisfecho porque lo has superado.
-         Madre…  --  pero Anne no parecía dispuesta a dar tregua
-         Tanto tú  --  dijo señalando a Jonathan y volviéndose a Giulian  --  como tú e Iván, se van a arrepentir de esto
-         Anne  --  interrumpió Eowaz  --  como señalaste, Samantha ya está en edad de tomar sus propias decisiones y ni Iván ni Giulian podrían impedírselo
-         ¡Son unos irresponsables todos!  --  exclamó y salió a toda prisa del comedor

Todos estaban tan sorprendidos que no acertaron a decir nada.

-         Disculpen  --  dijo Peter levantándose y saliendo tras su esposa

Los chicos estaban en estupefacto silencio, mientras que los demás tenían cara de pena, a excepción de Giulian y Jonathan que parecían indiferentes ante la explosión de Anne, y Laria que miraba con franco desagrado a Sam.

-         Yo estoy de acuerdo con la señora McKenzie  --  dijo la Kriger  --  ella es una niña y…
-         No recuerdo que nadie haya pedido tu opinión  --  la cortó Sam con voz helada
-         Escúchame niña…  --  pero no pudo continuar

Giulian se había puesto de pie y si la voz de Sam había sido fría, la mirada de él resultaba tan gélida y cortante como la filosa hoja de su Athame. De modo que no  hizo falta nada más para silenciar a Laria. Después de este inusual desayuno, los chicos comenzaron a despedirse de Sam

-         Te cuidaras ¿no?  --  dijo Aderyn mientras le daba un abrazo
-         Claro que sí  --  contestó sonriéndole
-         Vas a ir a divertirte sin mí, así que al menos ten la decencia de extrañarme  --  dijo Gail con su habitual buen humor y luego con más seriedad  --  Déjanos las tonterías a nosotros y tú cuídate mucho  --  le dijo mientras la abrazaba.
-         Sé que estarás perfectamente  --  aseguró Diandra mientras se acercaba a ella  --  y si es posible, acaba con unos cuantos de esos infelices.

Ambas rieron y se separaron. Sam se volvió hacia Mael que la miraba con una mezcla de preocupación y tristeza.

-         Estaré bien cachorro  --  le dijo mientras se acercaba a él
-         Lo sé, pero eso no impide que me sienta como me siento  --  la abrazó con suavidad y mientras acariciaba su cabello susurró en su oído  --  Ya sabes que Blaidd irá contigo y en cierta forma será como si yo estuviese allí  --  se separó un poco y la miró  --  Sé que llevas toda la protección posible, pero solo tienes que llamarme y estaré a tu lado de inmediato ¿de acuerdo?
-         De acuerdo  --  le dio un beso en la mejilla y se volvió hacia su hermano
-         Sigue sin gustarme y no es porque no confíe en ti sino porque yo no estaré contigo, de modo que prométeme que en cualquier circunstancia si te ves en aprietos, me lo harás saber enseguida.
-         Te lo prometo
-         Si intentas bloquearme lo sabré y te juro que…
-         No lo haré
-         Bien

Luego de esto, la abrazó con innecesaria fuerza, casi hasta hacerle daño.

-         No podría vivir si algo te sucediera y lo sabes  --  le dijo con un sospechoso brillo en sus ojos
-         Nada va a sucederme Danny

Finalmente Danny se volvió hacia Giulian con una mirada feroz.

-         Más te vale que la cuides, porque si algo le sucede tendrás que huir muy lejos de mi ira  --  le dijo en forma áspera
-         ¡Douglas!  --  exclamó Diandra y lo arrastró por un brazo, ya que Danny parecía a punto de golpear a Giulian
-         Descuiden  --  dijo Giulian que había asistido a la despedida en silencio  --   Tendrían que matarme antes de acercarse a ella.

Los chicos comenzaron a marchar hacia el área de la escuela, pero Mael se acercó y de forma más discreta que Danny y con sus ojos brillando como esmeraldas susurró a Giulian de manera fría y en extremo peligrosa.

-         Más vale que te hagas matar si ella sufre un solo daño. No me importa que tan poderoso seas o que tan lejos te escondas de la ira de Danny, porque nada te salvará de la mía  --  dicho esto, se fue con los demás

Giulian sintió una incómoda desazón y no tenía nada que ver con el temor, por un momento sintió el deseo de golpear a Mael, pero aquello era ridículo, de modo que se deshizo de ello y se volvió hacia Sam y Jonathan que esperaban por él.

-         ¿Listos?  --  y ellos asintieron

Abandonaron el castillo y caminaron por la calle principal de la ciudadela hasta llegar a las puertas. En Arx nadie podía aparecer ni desaparecer sin expresa autorización de Eowaz, y esto no se hacía a menos que fuese en extremo necesario de modo de conservar intactas las defensas del lugar. Por supuesto los Arzhaelíes podían hacerlo, pero estando en compañía de Samantha prefirieron adoptar las medidas de seguridad apropiadas.

Una vez fuera de los límites de la ciudadela, Giulian sujetó a Sam por la cintura.

-         El viaje será un poco largo  --  le dijo  --  sujétate fuerte.
-         ¿Para qué?  --  preguntó ella  --  Ya tú lo haces como si temieras perderme.


Giulian pensó que ese era un temor que siempre tendría, pero no dijo nada más y se sumergieron en la nada.

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