Tal y como había dicho Mael, Danny no estaba en
su habitación, de modo que se fue a la de Sam y allí lo encontró.
-
¿Qué haces
aquí cachorro? -- preguntó sin levantar la cabeza
-
Buscándote
-
¿Para qué?
-
Para que te
vayas a tu habitación
-
No iré a
ningún lado hasta que Sam me aclare todo este lío
-
Danny, no
creo que la nena esté en condiciones de aclarar nada en este momento, déjala
descansar y mañana hablas con ella
-
Mael tiene
razón --
escucharon y giraron la cabeza con muy mala cara ambos --
Alto al fuego, soy Vlad -- aclaró él
-
Si el
cachorro tiene razón -- dijo Danny
-- ¿Qué haces tú aquí?
-
En
principio, siempre vengo a darle las buenas noches, y hoy en particular solo
quería asegurarme que estuviese bien pero al parecer no podré hacer ninguna de
las dos cosas. Así que será mejor que todos nos vayamos a dormir.
-
Ya dije que
no pienso ir a ninguna parte hasta hablar con ella
-
Danny, deja
que sea ella la que decida…
-
¡No! --
exclamó él -- ¡Ninguno de ustedes sabe cómo está! ¡No son
ustedes los que están sintiendo lo que ella está sintiendo! ¡Así que no me digan qué es lo que tengo que
hacer!
Por primera vez Vlad se cuestionó el buen juicio
de Amy al hacerle aquel conjuro a sus hijos, porque era evidente que Danny lo
estaba pasando muy mal y si había alguien que podía entender eso era él, porque
si él lo pasaba mal cuando Giulian lo estaba y no lo bloqueaba, se imaginaba
que para Danny y Sam debía ser mucho peor.
-
Danny, no
pretendo decirte qué hacer pero piensa en ella, tal vez en este momento no
desee hablar de esto -- dijo Mael
-- Comprendo que estés angustiado,
todos lo estamos, pero solo te pido que le dejes algo de espacio.
Sin embargo, por mucho que argumentaron no
consiguieron convencerlo. De modo que Vlad se fue a su habitación pero Mael se
quedó con Danny y decidió que si cuando Sam llegase Danny se ponía
impertinente, recurriría a medios más extremos, el asunto fue que Sam no llegó
en toda la noche.
Samantha no había prestado atención a qué camino
tomaban o a dónde se dirigían, todo lo que quería era no tener que volver al
Castillo. De modo que cuando se vio en una estancia amplia y decorada con pocos
pero costosos muebles y adornos, miró a Will.
-
¿Dónde
estamos?
-
En el
departamento de Jonathan -- le dijo
-
En el… -- y
volvió a mirar a su alrededor -- pero si Jonathan vive en el Castillo --
pero Will la miró y sonrió
De pronto Sam comprendió, ciertamente Jonathan vivía
nominalmente en el Castillo y tenía su habitación allí, porque ella había estado
muchas veces en ella por distintos motivos, desde bromas hasta buscarlo para
algo en particular, pero no le fue nada complicado imaginar la necesidad de
tener su propio departamento y acto seguido su mente se llenó de imágenes a las
que le cerró la puerta con decisión.
-
¿Tienes
hambre? -- preguntó Will
-- No has comido nada desde la
hora del almuerzo y apenas probaste nada entonces -- y
ella lo miró con cierto grado de extrañeza
-- Me siento a tu lado, así que
no puedo evitar ver lo poco que comes.
-
No me dirás
que también sabes cocinar -- dijo ella
-
No, pero
algo se podrá hacer -- dijo mientras abría unos anaqueles -- Veamos,
aquí hay pan… mantequilla… mmm… té por supuesto -- enumeró mientras seguía mirando -- Bueno parece que este infeliz no come --
finalizó
-
No creo que
venga aquí a cocinar precisamente
-- dijo ella sin poderlo evitar y
él la miró
-
Lo siento,
espero que no te incomode -- dijo Will
-- pero siendo que no querías
regresar al Castillo, la otra alternativa era llevarte al Hotel de la Ciudadela
y eres demasiado conocida como para exponerte a las murmuraciones, así que esto
fue lo mejor que se me ocurrió.
-
Gracias Will
Siendo que Sam no tenía hambre y a decir verdad
él tampoco, pensó en preparar un poco de té, pero ya habían tomado suficiente
en el tiempo que estuvieron sentados en el restaurant, de modo que le sugirió
irse a descansar. No era que Sam tuviese sueño, pero sí estaba emocionalmente
agotada, de modo que aceptó acostarse aunque dudaba que pudiese dormir. Sin
embargo, y contrario a lo que había pensado, después de unos minutos se quedó
dormida.
Will salió de la habitación con sigilo pero dejó
la puerta entreabierta por si ella despertaba. Salió al balcón y miró hacia la
oscuridad de la noche.
-
¿Y ahora qué
Will McKenzie? -- se preguntó
En ningún caso habría esperado verse metido en
aquel problema, pero una vez hecho y aun sin su consentimiento, ahora no podía
dejarla sola en medio de él pero se preguntaba cuál sería el paso siguiente.
Sin duda la conversación con sus padres no sería
agradable, sabía que Peter sería político y conciliador aunque intentaría por
todos los medios a su alcance llegar al fondo del asunto, mientras que su madre sería directamente desagradable, lo
acusaría de hacer siempre a la familia a un lado y de no ser partícipe de la
adecuada unión familiar.
Will estaba consciente que su madre era una gran
mujer y una madre a tiempo completo, pero tenía la desagradable tendencia a
sobreproteger a sus hijos. Peter y Jonathan fingían aceptar aquella
sobreprotección aunque terminaran haciendo lo que se les antojaba y diciéndole
bonitas mentiras a Anne pero que siempre era lo que ella quería escuchar. Y en
el caso de Kenny ciertamente disfrutaba de la sobreprotección de su madre y era
tan unido a ella que eso había causado cierto malestar en su recientemente
adquirida esposa. Anastasia Lèbedev, ahora Anastasia McKenzie, había sostenido un
duelo de voluntades con Anne para poder realizar su boda como ella había
querido y no como Anne decía, aunque Will debía reconocer en beneficio de su
madre que parecía haber entendido y ahora se comportaba de una manera distinta,
no estaba muy seguro de si por influencia de su padre o si porque en realidad
había comprendido que si no cambiaba su actitud, corría el riesgo de perder a
su hijo.
Pero Will era demasiado independiente y directo
como para someterse a una sobreprotección materna que ni deseaba ni le parecía
sana. Amaba a su madre pero su vida era suya y de nadie más, de modo que aquel
asunto estaba seguro que iba a acarrearle un serio disgusto con Anne. Sin embargo, no era eso lo más preocupante,
sus verdaderos problemas provendrían de otra fuente. Giulian Cornwall.
Sin bien era cierto que las cosas con Iván y con
Vladimir no serían fáciles, porque Vlad reaccionaría de manera muy parecida a
su hermano y tendría el impulso de arrancarle la cabeza, había demostrado en
distintas oportunidades ser un poco más capaz que Giulian para razonar y en el caso
de Iván el duelo sería mental. Will estaba perfectamente consciente de la
habilidad de Iván, aunque al mismo tiempo sabía que por muy preocupado o angustiado
que estuviese por Samantha nunca utilizaría su poder de forma invasiva, lo
utilizaría, sí, pero hasta donde era legal y moralmente permitido, y eso, él
podía manejarlo.
Pero con Giulian las cosas serían muy distintas.
Will estaba positivamente seguro que una vez que aquel cretino hubiese
asimilado la magnitud del desastre que había causado con su estúpida y
decididamente ciega actitud, y se diese cuenta
a quién había señalado Samantha como el hombre que le interesaba,
Giulian querría destrozarlo. Y no es que le tuviese miedo, porque Arzhaelí o
no, no estaba en la naturaleza de Will sentir miedo de nada ni de nadie y menos
de un individuo simplemente incapaz de controlar sus emociones, y por muy hábil
y poderoso que fuese, él le llevaba la ventaja de la extrema frialdad, además
de que estaba muy consciente de su
propio poder y el control que podía ejercer sobre el mismo. De modo que su
preocupación no era por su seguridad, sino por las consecuencias de lo que un
enfrentamiento entre ellos podía ocasionar.
Estaba convencido de que la mejor manera de que
Samantha pudiese salir de aquel lío era como él le había sugerido, es decir,
manteniendo la mentira, pero no estaba muy seguro de si ella sería capaz y
menos cuando se diese cuenta de los muchos problemas que esto iba a ocasionarle
a él. De modo que tomó la decisión de hacer todo cuanto estuviese en sus manos
para que ella se viese lo menos afectada por esto. No había notado que la noche
había dado paso al nuevo día hasta que sintió la presencia de ella.
-
Buenos días
Samantha -- dijo sin volverse --
Espero que hayas podido descansar.
-
Sí
gracias -- dijo ella
-- pero parece que tú no.
-
Por supuesto
que sí -- mintió con convicción -- ese
sofá es bastante cómodo.
-
Lo lamento
Will, yo…
-
Creo que si
estás preparada deberíamos regresar
-- la interrumpió girándose por
fin
-
Antes de
irnos quiero que sepas que lo estuve pensando y… bueno…
-
No he
cambiado de opinión
Ella lo miró durante unos segundos y finalmente
sonrió.
-
Gracias Will
-
¿Nos vamos?
-
De acuerdo,
vamos
-
Una cosa
más --
le dijo antes de abrir la puerta
-- Quizá no te resulte agradable
y lo entiendo, pero habrá momentos en que debas fingir de manera convincente tu
afecto hacia mí.
-
No tendré
que fingir Will -- le dijo
-- porque si bien es cierto que
no te amo, sí te tengo gran aprecio
-
Bien, con
eso será suficiente, a cambio prometo ser menos desagradable --
agregó él con su media sonrisa
Mientras Danny se había quedado dormido recostado
en la cama de su hermana, Mael no había pegado los ojos ni un minuto en toda la
noche, y cuando Danny despertó sobresaltado, él estaba de pie ante la ventana.
-
¡Maldición! --
exclamó Danny -- No vino
-
No, no lo
hizo
-
O tal vez al
vernos aquí…
-
No, no ha
venido Danny -- Mael fue consciente del cambio en la
expresión de Danny y supo que se le avecinaban problemas
-
¡Voy a
destrozarle cada maldito hueso a Wilhelm McKenzie!
-
¡Danny! --
dijo sujetándolo -- Escúchala primero
-
¡No me digas
qué hacer Mael!
-
De
acuerdo -- dijo él con voz serena -- No
lo haré, pero a menos que me mates no te voy a permitir acercarte a ella en ese
estado.
-
¿Qué no…? --
comenzó Danny incrédulo -- ¿Cómo te atreves infeliz?
-
Escúchame
bien Danny. Si tengo que encerrarte, lo haré, si tengo que golpearte, también
lo haré, y sabes que no tienes ninguna oportunidad de detenerme. Así que por tu
propio bien te sugiero que la dejes en paz y esperes a que esté en condiciones
de hablar.
-
¡No tienes
ningún derecho!
-
Es posible,
pero aun así haré lo que sea necesario para protegerla de tu necedad y de la de
quien sea.
-
Danny
Ambos giraron la cabeza y vieron a Iván de pie en
la puerta y por su aspecto era obvio que no había descansado gran cosa.
-
Mael tiene
razón. Lo que sucedió anoche no debió ocurrir pero en vista de que fue así, lo
mejor que podemos hacer es permitir que Sam hable cuando esté lista para ello. Sé
que estás preocupado, pero también sé que esa preocupación se debe a que la
amas al igual que todos nosotros, y justamente por eso no debemos angustiarla
más.
La ira de Danny se había evaporado y no porque
Iván hubiese ejercido su poder sobre él, sino que esta dio paso al dolor. El
chico se desplomó en la cama y hundió el rostro en sus manos. Iván miró a Mael
y a éste le quedó claro el mensaje de que él se haría cargo, de modo que
abandonó la habitación en silencio.
-
¿Por qué
Iván? --
estaba preguntando Danny -- ¿Por qué les hizo esto?
-
Danny --
dijo él acercándose y sentándose a su lado --
Giulian es un hombre de sentimientos extremos y eso no es un secreto
para nadie. No voy a decir que estuvo bien lo que hizo, pero simplemente se
dejó llevar por ellos.
-
¿Cómo puedes
defenderlo? -- preguntó con exasperación --
¿Acaso no escuchaste todo lo que dijo? ¿Cómo puede decir semejantes
cosas de ti? ¡Se supone que es tu amigo!
-
En primer
lugar no lo estoy defendiendo y ciertamente escuché tan bien como todos, el que no está escuchando eres
tú. No voy a fingir que no me afectó lo que dijo porque mentiría, soy tan
humano como cualquiera Danny, pero justamente por eso es que puedo entender que
todos cometemos errores y a veces con ellos lastimamos a los que amamos. Si
Giulian dijo lo que dijo fue en un momento de ofuscación, y siendo como es y
aunque eso no lo justifica, deberíamos ser capaces de entenderlo.
-
Pues no lo
entiendo, eso no se le hace a un amigo
-- insistió el chico
-
¿Consideras
a Mael tu amigo?
-
Pero… ¿qué
dices? -- preguntó confundido --
Mael es mi hermano.
-
Y sin
embargo acabas de gritarle que no tenía ningún derecho a meterse
-
Pero eso es
diferente, porque…
-
Danny, los
seres humanos somos seres complejos y todos somos diferentes, sin embargo,
cuando amamos debemos aceptar a las personas como son. Eso no significa que no
van a hacernos daño en alguna oportunidad, y si lo hacen es justamente porque
los amamos que nos duele -- hizo una pausa y luego agregó --
Giulian es mi amigo, es como mi hermano y estoy seguro que no quería
hacerme ningún daño, y a Sam mucho menos, pero su naturaleza es volátil y
aunque como dije eso no lo justifica, él será su peor juez y su peor verdugo,
porque si hay algo que nos persigue y no nos perdona nuestros errores, es
nuestra propia consciencia.
-
Sigo
pensando que es un imbécil -- dijo Danny un poco más tranquilo
-
Bueno eso
también, pero lo queremos imbécil y todo, y porque lo queremos debemos estar
ahí para cuando intente castigarse a sí mismo más de la cuenta.
-
No me siento
especialmente inclinado a detenerlo si veo que quiere lanzarse a una piscina
llena de veneno de Midgard.
-
Lo harías,
porque si no lo hicieras el que querría lanzarse a continuación serías tú.
El sujeto objeto de toda aquella discusión, en
ese momento estaba torturándose hasta lo increíble, rememorando todo lo
acontecido la noche anterior. Había experimentado una gran variedad de
sentimientos en las últimas horas y estaba al borde de un colapso. De los celos,
la ira, el dolor, la sorpresa y la indignación, había pasado al arrepentimiento
y la desesperación. Cuando un mínimo rayo de cordura se había abierto paso en
su caótico cerebro, se preguntó cómo demonios había llegado hasta la actual
situación.
Él llevaba tiempo notando el marcado interés de
Sam por Iván y aquello le había parecido monstruoso, aunque ahora se preguntaba
por qué. Cuando Iván había resultado herido, la desolación de Sam lo había llevado
a confirmar sus temores y después de
hablar con Vlad, se había sentido mucho peor con la afirmación de su hermano en
el sentido de que Iván jamás amaría a otra mujer que no fuese Ángela. Entonces,
¿cómo demonios había podido acusar a su amigo de semejante conducta? Aquí el
único monstruo era él sin duda alguna.
Pero para empeorar aún más la situación, Sam
había hecho aquella inesperada revelación pero se dijo que si hubiese prestado
la atención debida, aquello no habría sido así, porque recordó que Angmar ya lo
había advertido en ese sentido cuando le dijo del joven que visitaba a Sam en
el hospital y que él había creído neciamente que se trataba de Kenny cuando en
realidad ahora no tenía ninguna duda de que se trataba de su estúpido hermano.
Y en ese momento se preguntaba ¿cómo era que aquel infeliz ratón de biblioteca
había podido conseguir el interés de su princesa? En este punto la ira volvió a crecer como si
se tratase de una Hidra que una vez cortada una cabeza le hubiesen crecido dos
más.
Estando como estaba al borde de sus emociones, el
viejo propósito de aceptar con ecuanimidad la elección que ella hiciese, se fue
al diablo, porque estaba convencido de que aquel monigote no era el indicado
para Sam y estaba dispuesto a hacer cualquier cosa para que ella se diese
cuenta de eso. Obviando la posibilidad de estar a punto de cometer otro
terrible error.
Después de dejar a Danny en su habitación, Iván
había bajado dispuesto a enfrentar lo que venía y los primeros a los que tuvo
que hacerle frente, fue a su hermana y a su cuñado.
-
¡Iván! --
exclamó ella al verlo y corrió hacia él
-- ¿Cómo sucedió todo esto? ¿Por qué no me lo dijiste? -- y
él miro a Vlad
-
Lo siento,
no ha querido escucharme y se niega a creerme cuando digo que todo esto es un
terrible error -- dijo el gemelo para gran alivio de Iván
-
Me alegra
que alguien entienda que todo esto no fue más que un estúpido y lamentable error --
dijo él
-
No voy a
fingir que no llegué a tener mis dudas, pero te conozco lo suficiente como para
saberlo -- agregó Vlad
-
Espera un
momento -- dijo Eve que los miraba con incredulidad --
¿Quieres decir que…?
-
No Eve --
dijo Iván -- Giulian está terriblemente equivocado en todo
cuanto dijo y francamente quien menos
habría esperado que le creyese semejante disparate habrías sido tú
-
Perdóname
Iván --
dijo ella aliviada por un lado y apenada por el otro --
Pero es que había tantas cosas…
-
Descuida,
puedo entenderlo, pero ahora lo importante son dos cosas. La primera, esperar a
que Sam vuelva y que esté dispuesta a aclarar todo este lío. Y la segunda,
evitar que Giulian cometa más locuras.
-
¡Ese
estúpido me las va a pagar! -- vociferó Eve
-
¡Eve! -- la
detuvo Iván -- Tú no vas a hacerle nada, ya él mismo se debe
estar encargando de martirizarse.
-
Eso es
cierto, y aunque no lo estoy pasando precisamente bien, creo que se lo tiene
merecido y por eso no he hecho nada para evitarlo --
dijo Vlad
-
Vlad --
dijo Iván con cierta nota de tristeza
-- es tu hermano
-
Sí, pero
también es un cretino
-
Todos aquí
sabemos perfectamente cómo es, de modo que nada ganamos con señalar sus
errores, lo que debemos hacer es evitar que cometa otros mayores. Así que hay
que hablar con él antes de que Will McKenzie se exponga a un peligro
innecesario.
-
¿Hablar con
él? Vamos Iván --
dijo Eve -- Eso sería tanto como intentar hablarle a una
roca y tal vez tendrías más resultados con la roca.
-
Déjense de
tonterías y…
-
Buenos días
Los tres se giraron para ver a Will y a Sam que
venían entrando al comedor, y lo primero que hizo ella después de saludar, fue
correr a los brazos de Iván. Will también se acercó y miro a Eve y a Vlad, en
los ojos de ella había curiosidad más que otra cosa, y en los de Vlad no pudo
ver absolutamente nada, por lo que decidió que ambos y probablemente Iván
también, no creían una sola palabra de lo dicho por Samantha.
Como si hubiesen sido convocados, en ese momento
aparecieron tanto los chicos en pleno como sus padres, de modo que Will se
preparó para la tormenta.
-
¡Sam! --
exclamaron Danny y Gail mientras ella seguía llorando en brazos de Iván
-
Tranquila
linda --
le susurró él -- todo se va a
arreglar.
El asunto es que no estaban ni cerca de que fuese
así, porque en aquel momento entró Giulian también y se fue derecho hacia ella.
-
Princesa, sé
que estás en tu derecho de querer masacrarme y estoy dispuesto a dejarte
hacerlo, pero te pido que por favor me acompañes y podamos hablar un momento antes
de que eso suceda.
-
Ahora no
Giulian -- dijo ella con cansancio --
Creo que ahora con quien debes hablar es con Iván y pedirle disculpas
por todas las barbaridades que fuiste capaz de decir de él.
-
Pero
princesa…
-
Ya la
escuchaste Cornwall -- intervino Will -- No
quiere hablar contigo y no puedes obligarla
-
¡No te meas
McKenzie, esto no es asunto tuyo!
-
Creo que ahí
te equivocas -- extendió la mano y Sam se la sujetó --
Como verás tenemos un problema, porque si mi novia dice que no
quiere hablarte, yo no voy a permitir que te le acerques
-
¿Qué tú
qué? --
preguntó Giulian con absoluta incredulidad y concluyendo que aquel
sujeto debía estar rematadamente loco como para colocarse en la peligrosa
posición de desafiarlo a él
-
Aclaremos
algo, y para todos de una vez -- dijo Will
-- Samantha va a ser mi esposa
les guste o no, así que es mejor que
todos vayan haciéndose a la idea y nos evitemos malos ratos en el futuro
Todos habían contenido la respiración y en la
mayoría de los casos se estaban preguntando por qué insistían en el mismo
asunto, pero a pesar de que Will sabía que aquello nunca sucedería, lo había
dicho con tal convicción que algunos comenzaron a preocuparse, mientras que
Iván pensó que había llegado el momento de detener toda esta locura.
-
Sam, si no quieres hablar ahora está bien y todos lo entendemos --
dijo mirando Giulian -- pero no es necesario que continúes…
-
Iván -- lo
interrumpió ella -- lamento mucho que esto se haya dado de esta
forma tan inapropiada, pero Will y yo íbamos a hablar contigo antes de mi
cumpleaños con la intención de pedir tu permiso para el compromiso -- y
luego miró a Giulian -- Una vez me prometiste que no interferirías en
mis decisiones, de modo que espero que cumplas con tu palabra.
Dicho esto ambos se dirigieron a la puerta sin
decir nada más y sin mirar a nadie, dejando a todo el mundo con la sensación de
haber sido golpeados con algo contundente. Llevaban ya mucho tiempo, inmersos en una guerra pero aquella apenas había comenzado.
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