Cap. 27 Prueba final II…

Samantha abrió los ojos y miró alrededor tratando de ubicarse. La luz era tenue, pero pudo ver que se encontraba en lo que parecía una habitación muy grande, las paredes eran de áspera piedra y el piso de tierra compacta.  Un quejido emitido muy cerca de ella la hizo intentar volver la cabeza pero no pudo, por lo que dedujo que se encontraba bajo un conjuro paralizante. Lo último que recordaba era haber estado peleando contra los Schrat y pensó entonces que tal vez había sido raptada por uno de aquellos demonios. Sin embargo, ese pensamiento abandonó rápidamente su mente al recordar que aquellas criaturas no tenían el poder para realizar conjuros, y estaba segura de estar bajo uno, de modo que se tranquilizó.

Escuchó el ruido de pisadas y prestó atención. Unos minutos después se oyó el sonido de una puerta al abrirse. Una ráfaga de aire helado penetró en el lugar pero también escuchó el inconfundible sonido de varios cuerpos cayendo al piso.

-         Tal y como dijiste el de Berserker fue el primer grupo en conseguirlo  --  dijo una voz que Sam identificó como la de  Armel, uno de los instructores

-         Veremos cuanto demoran los otros  --  dijo Waleska

-         Les daremos hasta el amanecer, si para entonces no han llegado todos habrá que ir por ellos  --  escuchó que decía Garlan

Aquella conversación le hizo comprender a Sam, que desde el inicio habían planeado apresarlos, lo que no tenía claro era el fin. Garlan les había dicho que era un ejercicio de rastreo y rescate, pero evidentemente no solo estaban esperándolos sino que además si no llegaban al sitio, serían cazados y traídos a la fuerza. Cuando las voces dejaron de oírse, Sam intentó comunicarse con los suyos.

-         ¿Danny?

-         ¡Sam!  --  varias voces habían penetrado su mente

-         ¿Están bien?  -- preguntó ella

-         Nosotros sí ¿y tú?  --  esta vez fue Mael quien le habló

-         Desperté hace un momento pero no puedo moverme

Intercambiaron la escasa información que poseían y Mael recomendó ser cuidadosos, porque era posible que alguno de los Arzhaelíes pudiese interceptar sus pensamientos. Las horas comenzaron a deslizarse con lentitud. Eventualmente Gail o Mael les transmitían lo que escuchaban del exterior, pero en conjunto no había sido mucho.

Calculaban que ya estaban bastante más allá de la media noche, cuando Mael les informó que se acercaba otro grupo, y en efecto unos minutos después escucharon de nuevo que la puerta se abría y el caer de los cuerpos al piso. Lo mismo sucedió poco antes del amanecer, de modo que ya solo faltaba uno.

Sam pudo ver un mínimo rayo de sol que se filtraba a través de una abertura que debía encontrarse varios metros por encima de su cabeza, pero que en realidad no era suficiente como para proporcionar claridad a la estancia. Calculó que había transcurrido otra hora más, cuando el último grupo fue introducido. Se preguntaba qué sucedería a continuación cuando repentinamente sintió que alguien la sujetaba y la alzaba. La llevaron hacia el centro de la estancia, levantaron sus brazos y sintió que juntaban sus muñecas sujetándolas con lo que le pareció una cadena, y al minuto siguiente recobró la movilidad pero fue suspendida en el aire.

Por un momento se sintió desorientada por el súbito cambio de posición, pero enseguida se dio cuenta que pendía del techo sujeta de una cadena y las puntas de sus pies apenas rozaban el piso. Miró hacia el frente y vio varias figuras donde suponía que ella había estado hasta hacía unos minutos pero no podía distinguir con claridad, porque la luz seguía siendo muy tenue.

Quien sí la estaba mirando horrorizado era Mael. En cuanto el sujeto que la había colgado del techo se movió, el chico abrió mucho los ojos al ver a Sam. Vio que hacían lo mismo con otros tres de sus compañeros, dos chicos y otra chica, pero esperó en vano que los movieran a ellos porque esto no sucedió. Transcurridos unos momentos la luz inundó el lugar, Mael se cerró los ojos en cuanto esta se los hirió, pero casi de inmediato los abrió de nuevo parpadeando furiosamente hasta que la luz dejó de hacerle daño. Seis figuras vestidas completamente de negro hicieron su entrada y casi de inmediato les fue devuelta su movilidad a los cautivos, pero al mismo tiempo, una reja se había materializado ante ellos.

Ninguno de ellos tenía dudas acerca de quiénes eran los que acababan de entrar aunque llevaban los rostros cubiertos. Tal vez si no supiesen que estaban en un ejercicio y si  no los hubiesen escuchado hablar antes, habrían podido creer que habían caído en manos de los Vänator. A continuación escucharon la voz de Philip y lo que dijo dejaba claro que el ejercicio continuaba y ellos eran el enemigo.

-         Bien, vamos a ver quiénes son estos sujetos  --  dijo

Aquello les dio una imagen clara del verdadero objetivo del ejercicio, ya habían probado ser capaces de rastrear, porque habían llegado hasta allí, ahora tendrían que probar que eran capaces de guardar silencio.  Recordaron uno de sus primero ejercicios pero no sabían lo lejos que estaba este de ser igual a aquel. Vieron a Philip acercarse a Stone, el primer chico.

-         Tu nombre  --  le dijo, pero el muchacho guardó silencio  --  He preguntado  --  y descargó un puñetazo en su abdomen  --  tu nombre

Después de varios minutos Stone seguía sin decir nada. Philip caminó alrededor del él y de pronto le sujetó el cabello y echó su cabeza violentamente hacia atrás.

-         Tú no quieres hacerme enfadar  --  le dijo

Aquello continuó por espacio de una hora, al cabo de la cual Stone tenía los ojos morados, la nariz partida y la boca sangrante, pero había guardado absoluto silencio hasta perder el sentido.

Mientras esto sucedía, Danny, Gail y Mael buscaban frenéticamente la forma de salir de allí, porque estaban seguros que no podrían soportar ver que alguno de aquellos individuos pusiera una sola mano sobre Samantha, pero aquel lugar parecía estar sólidamente protegido contra cualquier clase de encantamiento. A sus espaldas tenían una pared de roca y al frente una reja de gruesos barrotes, de modo que no veían opciones.

Otro de los sujetos avanzó hacia Dana Petersen y casi fue palpable la tensión de todos los ocupantes de la enorme celda.

-         Dana Petersen  --  ahora escucharon la voz de Brice  --  sería una pena desfigurar ese rostro  --  dijo acercándose más  --  de modo que será más sencillo si me dices cual era tu objetivo

Era evidente para todos, el miedo de la chica pero aun así guardó silencio. Lo próximo que vieron fue la bofetada que recibió. Aquello generó la indignación de los miembros masculinos del grupo y los insultos no se hicieron esperar.

-         ¡Bastardo!

-         ¡Desgraciado!

Y una extensa lista de epítetos que él aludido ignoró. El interrogatorio de Dana duro algo más de veinte minutos, luego de los cuales la chica perdió el conocimiento.

Ahora fue el turno de Andrew Gallager, vieron acercarse a otro de ellos pero cuando vieron mejor, notaron menor estatura y al escuchar su voz, todos los ojos se abrieron con asombro.

-         Gallager, ya que tu compañera no nos ha sido de mucha utilidad, espero que tú puedas cubrir esa deficiencia  --  la que estaba hablando era Waleska

Pero si esperaban que por ser mujer se mostrara menos agresiva, se equivocaron tristemente, porque resultó tan violenta como los dos anteriores. Sin embargo, obtuvo el mismo resultado. Después de algo más de una hora, Andrew también perdió el sentido.

La angustia de Danny, Gail, las McKenzie y Mael alcanzó límites exagerados. La que quedaba era Sam y tenían pocas esperanzas de un trato diferente. Uno de los individuos avanzó pero fue detenido por otro que avanzó en su lugar.

-         Veamos señorita  --  al escuchar la voz, todos sintieron que algo muy frío recorría sus espaldas, porque se trataba de Garlan  --  lo que quiero saber es sencillo y si me lo dices, te ahorrarás mucho dolor.

-         ¡Ya te lo advertí una vez, McEwan!  --  gritó Mael pero el Arzhaelí ni se molestó en voltear

-         Como te dije, lo que quiero saber es sencillo  --  continuó Garlan mientras se paseaba alrededor de Sam  --  dime el nombre del jefe de tu grupo.

Sam casi habría podido reír de no encontrarse en aquella situación. Le dolían los brazos,  llevaba alrededor de dos horas suspendida de aquella forma y las cadenas habían lacerado la piel de sus muñecas, pero si aquel infeliz esperaba que precisamente ella le diera aquel nombre, no la conocía lo suficiente.

Sam había permanecido con la cabeza echada hacia adelante por efectos del cansancio, pero en cuanto Garlan se detuvo frente a ella, la levantó y lo miró directo a los ojos. Vio formarse la acción antes de ser ejecutada, por lo que estaba preparada para recibir el golpe y la ira de Danny hizo violenta explosión en aquel momento.

-         ¡Voy a matarte, McEwan!  --  pero fue ignorado lo mismo que Mael

Transcurrieron dos horas, las más largas y angustiantes que pudiesen recordar, y en las que se habían visto obligados a ser testigos impotentes de la brutal paliza que estaba recibiendo Samantha. Aderyn lloraba en forma desesperada mientras Diandra suplicaba para que Sam perdiese el sentido de una vez, sin embargo, su amiga estaba demostrando ser tan terca como su gemelo. Los ojos de Gail habían adquirido el color de los rubíes mientras que Danny se sujetaba a los barrotes con tanta fuerza que ya le dolían las manos. Pero la peor de las expresiones la tenía Mael sin duda alguna y casi parecía que estuviese sufriendo un dolor físico.

Los Arzhaelíes por su parte, estaban dudando de la cordura de Garlan, porque si bien era cierto que parte del entrenamiento era probar qué tanto dolor podían resistir, consideraban que aquello ya se estaba pasando, aparte de que llevaban dos horas sin el más mínimo resultado.

-         Te lo preguntaré una vez más  --  estaba diciendo en aquel momento

-         Ahorra aliento… para que… puedas seguir… golpeándome  --  dijo Sam

Garlan abrió mucho los ojos al escucharla, no podía creer que aun tuviese arrestos para hablar y mucho menos como para decir aquello.

-         Escúchame niña tonta…

-         Podemos seguir… aquí todo el día… y no… estarás más cerca de… que te diga nada

Garlan descargó otro golpe en su estómago y acto seguido la sujetó por el cabello.

-         ¡Habla de una maldita vez!  --  exclamó al parecer perdiendo la paciencia

Pero no se dio cuenta que en aquel brevísimo momento, había descuidado sus defensas mentales y Sam había penetrado con una facilidad absurda, aunque fue expulsada casi de inmediato. Alaric y Armel se acercaron a ellos, y Garlan la soltó.

-         Creo que ya es suficiente  --  susurró Armel

-         Ha demostrado más resistencia incluso que Gallager y Stone, déjala  --  susurró a su vez Alaric

-         Te sugiero escucharlos… porque no conseguirás nada… de mí

-         ¡Lo harás así tenga que…  --  y para sorpresa de los tres, ella esbozó una sonrisa

-         No tienes lo que se necesita… yo soy una Douglas… y tú no estás a mi altura

Danny gimió internamente al escuchar a su gemela y se preguntaba por qué razón no podía quedarse callada ni en una situación como aquella. Y ciertamente Garlan enrojeció de ira al escucharla descargando otro golpe en su estómago, con lo que Sam comenzó a vomitar.

Todos los presentes se volvieron hacia la celda cuando un aterrador gruñido se dejó escuchar. Los otros ocupantes de la celda se apartaron con rapidez mientras que Danny miraba a Mael. Sus ojos brillaban con aquel verde esmeralda intenso que podía verse solo en la oscuridad, mientras que sus facciones estaban cambiando para dar paso al lobo.

-         No lo hagas cachorro  --  le dijo Danny tratando de mantener la calma

-         Mael por favor  --  susurró una aterrorizada Aderyn

Los Arzhaelíes por su parte miraban asombrados pero al mismo tiempo habían alzado sus Gwialen apuntando al chico.

-         No lo hagas Mael, eso es lo que este desgraciado quiere  --  le dijo Sam  --  te lo suplico, contrólate, tú puedes hacerlo  --  esta última parte solo había sido captada por el interesado, por Danny y por Gail

La parte racional de Mael parecía haber acatado la súplica de Sam, porque todos vieron que la transformación se había detenido. Los chicos soltaron el aliento y los Arzhaelíes bajaron sus Gwialen.

-         Terminemos con esto Garlan  --  le dijo Alaric

-         Acéptalo Garlan, esta vez perdiste  --  dijo Sam

Alaric y Armel la miraron con idéntica expresión y era algo a medio camino entre la admiración y la incredulidad. Sin embargo, nadie tuvo tiempo de hacer ni de decir nada más, porque varias cosas sucedieron al mismo tiempo.

Sam había pasado un mensaje a Diandra y la chica se había puesto trabajar enseguida, y cuando verificó lo que Sam le había dicho, se lo hizo saber. De modo que a continuación, Sam les envió un mensaje a los demás:

-         Diandra y yo sabemos dónde está Daira, prepárense

Aunque los chicos no entendieron muy bien, agudizaron sus sentidos y esperaron la orden fuere esta cual fuere. A continuación entró un Kriger y no se molestó en dar la información en voz baja.

-         ¡Señores, estamos cercados por una jauría de Lobos!

Pero mientras los demás volteaban a mirar a Mael, un violento temblor comenzó a sacudir la tierra. No obstante, los Arzhaelíes ignoraron lo último y salieron a hacer frente a lo que estaban escuchando. Apenas salieron las cadenas que sujetaban a los cuatro que habían estado siendo interrogados se soltaron y la reja saltó hecha pedazos. Los chicos corrieron hacia Sam pero Gail y Mael llegaron primero.

-         Nena…

-         Olvídense de mí  --  dijo ella  --  vayan con Di… y rescaten a Daira.

-         Sam esto es…  --  comenzó Gail

-         Esto es… un ejercicio y… lo completaremos  --  dijo ella pero no se enteró si le habían prestado atención o no, porque perdió el sentido

Sin embargo, Mael le dio la orden a su grupo de seguir a Diandra pero él alzó a Sam y les dijo que la llevaría de vuelta porque necesitaba atención.

Cuando los chicos irrumpieron en el sótano Daira no se lo podía creer. No estaba custodiada, porque en realidad no esperaban que ninguno completase aquella parte de la misión, sin embargo, había permanecido en su sitio hasta que le avisaran que podía salir.

-         ¡Vamos!  --  le dijo Danny

-         Pero… ¿cómo…?

-         No tenemos tiempo para explicaciones  --  le dijo con su habitual “dulzura” y sujetándola por un brazo la arrastró fuera

El regreso resultó relativamente sencillo, ya que los Arzhaelíes en medio de la confusión no habían notado lo que ellos estaban haciendo y para cuando habían controlado la situación con los lobos y habían vuelto al interior con la intención liberarlos, se encontraron con los destrozos y el hecho de que habían escapado por otro lado. Pero su asombro fue aún mayor cuando Brice, que había bajado por Daira y les notificó que la Arzhaelí no estaba, y sabiendo como sabían que la única manera de que no estuviese allí era que la hubiesen sacado, se dieron al mayor de las prisas en volver y en efecto Daira estaba en el patio central esperándolos.

-         ¿Quién?  --  preguntó Armel

-         El grupo de Berserker  --  les informó ella  --  pero ¿pueden explicarme qué demonios pasó?

-         Larga historia  --  dijo Alaric

Y la verdad era que aparte de que estaban cansados, no les entusiasmaba nada tener que explicarlo dos veces, y ese informe iban a tener que rendirlo  ante Eowaz en breve.

-         ¿Dónde están?  --  preguntó Waleska  --  ¿Llegaron todos?

-         Sí, unos están en sus habitaciones y otros en la enfermería

Los Arzhaelíes asintieron y subieron a sus habitaciones a bañarse y a cambiarse antes de ir a reunirse con Eowaz.

La Nyrs que atendía la enfermería de la academia, se mostró muy preocupada por el estado de Sam y de Gallager, por lo que envió aviso a Daira que en unos minutos se hizo presente.

-         Estos chicos están mal  --  le dijo la Nyrs  --  revíselos usted misma, pero opino que deberían ser trasladados al Hospital de inmediato.

Aunque Daira no tenía motivos para dudar de la mujer, igual los revisó llegando a la misma conclusión. Daira al igual que Iván, había querido ser Läkare y en su caso tenía si se quiere, mucha más inclinación a ello, ya que su don era la sanación, pero una serie de eventos la habían llevado a convertirse en Arzhaelí, y aunque era quien atendía a los heridos en batalla del mismo que lo hacía Iván, estaba consciente de sus limitaciones. De modo que estuvo de acuerdo en el traslado de los chicos.

Una vez que se tomó esa decisión tuvieron que enfrentar la ira de los demás cuando les dijeron que ellos no podían ir, y que si era necesario serían encerrados en el calabozo. A Mael, Danny y Gail eso no les importó e hicieron hasta lo imposible por ir con Sam, pero los Krigers se lo impidieron y fueron encerrados en el calabozo.

Diandra y Aderyn se desesperaron e hicieron lo que tal vez no debían haber hecho, le enviaron un mensaje a Giulian y a Iván.

Iván estaba con Vlad en el momento que recibió el mensaje de Diandra y ambos partieron a toda velocidad. Mientras que Giulian estaba algo más ocupado en compañía de una chica, pero al recibir el mensaje de Aderyn que era mucho más expresiva que Diandra, sintió que el corazón había dejado de latirle por unos segundos. Se levantó a toda prisa dejando a su muy decepcionada acompañante preguntándose si después que le había costado tanto llevarlo hasta allí, tendría otra oportunidad. Cuando llegó al hospital, Iván y Vlad acababan de entrar y conversaban con unas Nyrs.

-         ¿Qué sucedió?

-         No lo sabemos bien aún, Alan la está atendiendo  --  le dijo Vlad

Los gemelos miraron a Iván que era quien siempre conservaba la calma en situaciones como aquellas y buscaba la explicación lógica y racional a todo,  pero en ese momento estaba tan pálido que parecía a punto de descomponerse.

Si estuviese al tanto de lo ocurrido habría sido diferente, pero no sabiendo nada, Iván se sentía como al borde de un abismo. Pero mientras él estaba en ese estado de desesperación producto de la ignorancia, los otros dos lo interpretaron de forma completamente diferente y mientras Vlad se planteaba conversar con Iván al respecto, Giulian solo quería asesinarlo. Lo afortunado del asunto, al menos para Iván, fue que el objetivo del gemelo estaba a punto de cambiar.